Si nos secuestran domiciliariamente el 18 de septiembre, España debe reventar. Por Luys Coleto

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EuroWeekly, el medio de habla inglesa más importante de España: el gobierno español ya tendría elegida esa fecha, el sábado 18 de septiembre y los pasos a seguir en esta “escalada” de nuevo confinamiento. Los dos pretextos que argüirá el psicópata monclovita, todo tan previsible: los rebrotes que se están dando por todo el país y el aumento significativo del número de «positivos». ¡Qué bien os viene la realización masiva de las fraudulentas PCR, cacho perros! De nuevo, secuestro domiciliario. Además, según el citado diario, líderes de otros países ya estarían al corriente de este plan, entre ellos el primer ministro británico, Boris Johnson.

Cómo sería el nuevo arresto domiciliario

En esta ocasión, según EuroWeekly – cuyas fuentes asegura son «ministros del gobierno y «dos miembros del Congreso»- el arresto casero diferiría del acaecido en marzo. En vez de «desescalada», paulatina «escalada». Primero nos apretarían un huevo y, poco a poco, el segundo.

La primera fase de este designio imposibilitaría que la población pudiera moverse más allá de sus municipios de residencia, además de «un cierre de las fronteras con Francia, Portugal e Italia». La segunda etapa, catorce días después, supondría «un cierre de actividades no esenciales como bares, restaurantes y cafés, además de teatros, cines y otros centros sociales». La tercera fase, de ser requerida, «sólo permitiría salir de las casas en caso de necesidades esenciales”.

Vamos, en este caso, tras habernos dejado de torturar (psicológica y físicamente) un ratito durante los meses estivales, otra sesión de tortura. Si durante los meses de marzo, para que se entienda, fueron golpes y tundas a gogó, ahogamiento con bolsa y en bañera, extenuación física, supresión del sueño, violación con perro, amenazas y chantajes, inacabables interrogatorios, electrodos en los testículos y simulacros de ejecución, a mitad del próximo mes, disminuirá la intensidad de las sevicias un poquito. Grosso modo, torturas y, a continuación, un poquito de Nivea. Eso sí, en ambos casos, que no falten las figuras del poli bueno y el poli malo. Pongan ustedes los rostros de los maderos que estimen pertinente.

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Si se confirma, la única pregunta que me interesa. ¿Les dejaremos? La única respuesta. NO. Busquemos y encontremos entre todos cómo NO permitírselo. Libertad o esclavitud, único dilema. En fin.

Autor

Luys Coleto: Nacido en Bilbao, vive en Madrid, tierra de todos los transterrados de España. Escaqueado de la existencia, el periodismo, amor de juventud, representa para él lo contrario a las hodiernas hordas de amanuenses poseídos por el miedo y la ideología. Amante, también, de disquisiciones teológicas y filosóficas diversas, pluma y la espada le sirven para mitigar, entre otros menesteres, dentro de lo que cabe, la gramsciana y apabullante hegemonía cultural de los socialismos liberticidas, de derechas y de izquierdas.