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Estos “soretes” (trozo sólido de excremento en argot “argento”), están empeñados en prepararnos un menú delicioso y exclusivo: De primero, un salteado de saltamontes y gusanitos revoltosos del amerún aderezado con una exquisita salsa de escarabajo pelotero al aroma del “guano” aún calentito. De segundo, – y si es que te has quedado con hambre -, “fantasías” impresas (por impresoras 3D), al gusto .
También podrás deleitarte con una deliciosa carne cultivada (de células de animal in vitro) de un moderno laboratorio de Singapur muy simpático, y de hasta unos deliciosos solomillos (más “solos” que tuyos) de carne sintética, gentileza de la empresa israelita “Believer meats” con sede en Reovot (nombre que le viene que ni al pelo).
Y es que desde esta transición verdusca y con un aroma muy fétido a abono, se nos plantea una “sana» y barata dieta para los que no podremos pagar las viandas de los señoritos que pisan moqueta y viajan en jets privados.
Ellos, sí. Nosotros, no, que contamina y lo de la “huella de carbono”, lo del nitrógeno y todo eso.
Alimentación prescrita como ya nos susurra la ingeniería social de la histérica Greta -sin garbo-, hija putativa del a «punto de caramelo», Soros (de Sorete).
Pero claro, aún existen algunos escollos que deben ser enterrados mientras se destierran y desentierran las raíces. Y estos son los agricultores y ganaderos que estorban y mucho.
Miles de millones en el mundo que dependen de esta forma tradicional, van a ser desprovistos de su – único -modo de vida.
Empezaron en Holanda (con la moderna ministra del nitrógeno), Australia, Nueva Zelanda, USA y por supuesto, Españistan que pronto ni “istaran”. Mediante normas y reglas “legales” (todo muy democrático, claro) se están dedicando, con la sutileza de un orangután borracho -con síndrome de Dawn-, a destruir todo lo que huela a independencia alimentaria.
La brillante idea es sustraer las tierras a los hombres del campo, haciéndoles la vida imposible.
Y si no es posible, directamente obligarles a que las tengan que vender. La cuestión es que no se cultive. Como sea, pero que dejen de hacerlo. El Ministerio de Agricultura del gobierno de Irlanda – como en holanda que pretendía cerrar 2/3 de las explotaciones agrarias en el 2022 – analiza pagar a los productores agropecuarios para que sacrifiquen 65.000 vacas por año para alcanzar los objetivos climáticos de la ONU.
¿Quién es la ONU? Pues eso…
El Ministerio analizó la posibilidad de reembolsar a los productores con 600 millones de euros, a cambio de que usen ese dinero para invertir en producción de alimentos veganos, que – según ellos – contaminan menos.
El ecológico sacrificio de 200.000 vacas implicaría reducir en un 10% la cantidad de vacas lecheras en el país y en un 25% las vacas que se utilizan para producir carne. Las matamos, pero ni se te ocurra comértelas porque “Natura 2000”. https://es.wikipedia.org/wiki/
Y si no las sacrificas por las buenas, se mueren solas por algún tipo de virus extrañísimo como lo que acaba de ocurrir en el Piamonte italiano donde, – tras ser vacunadas curiosamente – han aparecido al día siguiente casi todas muertas. Sucesos insólitos que acontecen de improviso y nadie parece saber porqué…
Pero tranquilos; no hay que preocuparse, porque una empresa israelita de nombre “ImaginDairy” ha logrado producir ya leche de vaca sin vaca.
Maravillas de la tecnología moderna, y es que la creatividad y la innovación de este “territorio” (ISIS ra hell), ha creado además vacas que no producen metano. ¿Cómo? Ni idea, pero eso dicen. Me imagino que gentileza de los adorables prestidigitadores genetistas que tantas sorpresas nos tienen aún reservadas para el futuro.
Las semillas de la destrucción.
Y Es que la agricultura es muy peligrosa para el medio ambiente y para la humanidad en su conjunto. ¡Cómo vas a comparar, por dios, donde este alguna de esas deliciosas y modernas viandas genéticamente modificadas, que se quite lo natural! Y es que los benefactores de la humanidad se encargaran de recetarnos comida si es que la necesitáramos…
El plan sin pan del globalismo (agenda que se quiere agenciar todo y no dejarte con nada) maneja los estados como si fuera su monopoli.
Ahora quitamos la agricultura en España y se la damos a Marruecos que nos cae mejor el borrachín ese.
Mohamed de remojo -‘mohado’ -, de licor, obviamente. Amíguete de Washington y Tel Aviv, porque compra mucho (armamento). Él y su país, mojado – y untado -, y España seca. Cosas de los aviones – del ejército – y sus estelas supernaturales químicas…
Ahora, llueve a raudales en junio. Todo normal. ¿El turismo bien, no?
¿Y en España? El chupa “calippos” del presidente tiene un plan. Llenarlo de placas solares y hélices enormes -de las que no funcionan, como el gobierno-, que para eso tenemos cierzo, sol y “furbo”. El “furbo” para que la gente mira para otro lado.
Mientras el “presi” sueña con trascender y convertirse en un gran estadista junto a su elegante señora o lo que sea, los cultivos aparecen envenenados y destruidos de manera muy coincidente con el plan.
Él, mira a la cámara y dice sin pestañear: — Pero es por el cambio climático.
Debido a los pedos de las vacas, no te vayas a confundir.
Que también lo dice el teleñeco adolescente Greta (brutamberg) a grito “pelao”.
¿Que los agricultores protestan -y se enfadan- por se quedan en la ruina? Pues aplican el 155 como ha sucedido en Castilla y León. Los gentilísimos cancerberos del régimen han cargado contra la manifestación de ganaderos expoliados por la tuberculosis bovina, que mira tú por donde, ha aparecido por ahí de casualidad, como los incendios en Canadá que han desplazado ya a 120,000 personas y quemado casi 5 millones de Hectáreas. Si la tierra se quema, ya no puedes cultivarla, esto está claro.
En su día, el Gobierno implantó un plan para la «erradicación de la tuberculosis bovina». Los criaderos se someten a controles periódicos rigurosos porque ya sabes, el gran líder Sandez alias «falconetti 305 dias al año», lo “da todo” por la salud del ciudadano. Como ya nos comentaban los de Davos con aquella simpática “promo” de no tendrás nada, pero ¡bailaras la jota de felicidad!
Cuando los veterinarios detectan un positivo, ese ternero se sacrifica o se vende por un 40% menos de su valor, a lo que se denomina como «cebadero sucio». Además, la explotación al completo queda inmovilizada y los animales no se pueden desplazar ni siquiera de un pasto a otro.
El ligero escollo está en que «las pruebas diagnósticas no son fiables porque hay un 87% de falsos positivos», como denuncia Jesús Manuel González Palacín, coordinador general de la Unión de Campesinos de Castilla y León:
<<Después de sacrificar al ternero, en un 87% de los casos los análisis “postmorten” desmienten el positivo inicial.>>
Falsos positivos… De que me sonara a mí esto…
La depreciación por los animales suponen pérdidas que no se pueden sostener a largo plazo. Es la ruina para muchos ganaderos.
Y es que la agricultura sostiene al 40% de las personas del planeta. Son los que crean la comida, que el 60% restante también necesita. No solo es crucial para la economía, sino para la propia existencia del ser humano, valga la obviedad.
Pero parece que el foro de Davos de Tito Klaus no lo entiende así, ya que nos quiere convencer de que el 30% de las emisiones del gas invernadero – malo, malo – , provienen de cultivar alimentos.
Mejor en laboratorios (de modificación genética) y si son nuestros – de ellos – , aún mejor, ¿no? Gran idea que deben comentar en sus guateques anuales antes de chuparse sus calippos de fresa (en mexicano, fresa significa “pijo” o “pija”).
Siguen dando la barrila con que el 60% de la biodiversidad está en peligro por el mismo problema; el de querer alimentarnos. Ay, que manía tenéis con eso de comer…
Y es que eso ya es pedir demasiado, mejor sacrificar a todos los animales y los cultivos, por el bien de la humanidad, claro. Quedando todos a merced del gran líder global y dependientes del estado y de sus dádivas en forma de CBDC bien programados para que te lo gastes en lo que ellos te señalen.
Lo mismo en india, y lo mismo en todas partes.
Y entonces llega el amigo Bill Puertas (con “Gili” delante), que por si acaso se ha convertido en el mayor propietario de tierras agrícolas de EE.UU. Pero no por nada en especial, sino porque le sobra el dinero y quiere invertirlo bien. Y que le dé más alubias, como buen alubio que es, claro.
Se calcula que las tierras del terco “Fuckunador”, están diseminadas por 18 estados, y ocuparían un área similar a siete veces Manhattan.
El Doctor Frankestein con apariencia de repipi con trauma de tamaño “gordo” a muy “preocupante”, esta más que empecinado en crear todo tipo de cosillas modificadas genéticamente. Es que parece que le dan mucha alegría y mucha risa.
Su fundación invierte millones y millones para generar “super cultivos” resistentes al cambio climático, ese que el mismo se ha inventado, pollos transgénicos infértiles, vacas lecheras raras y hasta mosquitos electrónicos con cámaras minúsculas y de picotazo sabor a polonio 210.
Todo un figura y mira que tenía cara de bobo cuando lo conocimos…
Seguimos en España, donde gracias al descuidado de Sanchinflas chupa calippos en videos de Tik tok marroquíes , y que no está siendo chantajeando por nadie, nos la cuela por la retaguardia – a su usanza – y regala al miramamolín del sur, Ceuta y Melilla.
Tik tok, el reloj sigue avanzando…
Y no solo eso, sino que facilita que las ensaladas europeas, tengan de todo con sabor rifeño.
Pues nada, que el aceite de Marruecos ahora – desde el otro día – ya puede entrar en Europa sin cupo ni aranceles, como si fuera uno más de la “chuchipandi”. Productos agrícolas obviamente que también. Así es el pacto entre los de Bruselas – los ordeñadores del ranchero – , el amigo del tarbush rojo, y el colorado del capullo en mano.
Ventajas, no reciprocas, mira tú.
¿Y el agua? Pues ni eso; sequías prefabricadas desde el aire y destrucción continua de pantanos auspiciado por el troglodita narcisista y sus secuaces zurdos.
Tratados para maltratar a nuestra Iberia averiada por los avaros de siempre. La degradación que aún se intensificara más, porque lo de estos es #sumar desastres.
¿Y España? Como el hijo pródigo -y como dice Juan Manuel de Prada-, tendrá que comerse las algarrobas de los puercos, o quizás fiambres, -no sé si de los de 3D, de los sintéticos importados o de los que se entierran famélicos -.
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