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Salvatierra es el pueblo más cobarde del mundo, caracterizado por la vileza, porque en ese lugar perdido de la mano de Dios, presumieron orgullosos sus habitantes de la complicidad con ETA que asesinó brutalmente a tres guardias civiles. Chivatos de Satanás, advirtieron a los terroristas que se marchaban que uno de los agentes continuaba todavía con vida y que se había escondido; regresaron para rematarlo con 24 disparos. Este es el relato que describe la podredumbre de un lugar satánico que será por siempre el pueblo más cobarde y rastrero del mundo. Tenga usted la precaución de dirigir sus pasos o planificar un viaje sin saber dónde va dónde va, porque podría recalar en un pueblo cuya historia se escribe con sangre; un pueblo de cobardía asesina como Salvatierra. Un territorio siniestro en España.
Y si insiste en pasar por allí, cuando visite este pueblo de Álava no tendrá la seguridad de que aquellos cobardes habitantes que actuaron con la saña de los pueblerinos más crueles de España en los tiempos de la democracia, hayan desaparecido o estén muertos. Podría ser que todavía no se los haya llevado el Diablo. Y aún estando enterrados, no tendrá la seguridad de que no dejaron en la genética familiar de sus herederos el rastro pestilente de la barbarie que protagonizaron en la década de los ochenta, los años de plomo y tiro en la nuca. Seguramente que desde ese aciago 1980 muchos de los protagonistas cobardes y rastreros de ese pueblo que albergó bestias están criando malvas con los gusanos, royéndoles las entrañas del alma. Malnacidos que en justicia se fueron al infierno de cabeza, siendo los más ignominiosos miserables de un pueblo de carroña que guarda para sí el orgullo asesino del chivatazo criminal. Porque todos a una, quizá habrá honrosas excepciones que no mostraron el rechazo a la abominación por miedo, las bestias del pueblo arrimaron el hombro para mancharse las manos de sangre y dejar la fama de criminales que por los siglos guardará el pueblo más cobarde del mundo: Salvatierra, pueblerinos sin alma y asesinos en Álava.
Un 4 de octubre de 1980, ETA asesinó en Salvatierra, el pueblo más cobarde del mundo, a los guardia civiles de Tráfico Avelino Palma, Ángel Prado y José Luis Vázquez, los motoristas encargados de dar cobertura de seguridad en una una carrera ciclista con motivo de las fiestas patronales. El cura del pueblo fue el instigador del triple asesinato, un demonio disfrazado con sotana cuyo nombre apestoso rezaba Ismael Arrieta Pérez de Mendiola. Cuando el Diablo lo llame, será recibido en el averno esta bestia sin entrañas que anunciará su llegada con peste de azufre que ya expelía sobre la tierra. Esta basura con apariencia bípeda salió de la cárcel en el 2014 sin mostrar un ápice de arrepentimiento.
Avelino, Ángel y José Luis quizá no podían sospechar estar rodeados de escorpiones y serpientes camuflados con la malicia del pueblo más cobarde del mundo hasta que la vomitaron el día en que ETA, con la complicidad carroñera de los aldeanos de Salvatierra, se dispuso a atentar contra la vida de los agentes. Tres terroristas, de esos tan valientes del tiro a la nuca y el asesinato sin dar ocasión a defenderse, valientes gudaris por la espalda, en connivencia con el cura acordaron el atentado. Contaban con la discreta , atenta e ilusionada complicidad de un pueblo rastrero, que actuó amablemente para que la fiesta de la sangre tuviera éxito.
El 4 de octubre, ávidos de ensoñación sanguinolenta, algunos pueblerinos se levantaron con una simultánea y aviesa sonrisa sabiendo que ETA les iba a regalar el honor de matar en Salvatierra. El cura, el hijo de Satanás disfrazado con sotana, facilitó cuanto necesitaban los asesinos para que todo tuviera carroñero éxito. El muy hijo de puta. En aquella semana, sólo en esa semana ya habían asesinado a 6 personas en el País Vasco y esperaban sumar tres víctimas más a la macabra cuenta. Llegado el momento Ismael Arrieta de su puta madre levantó el brazo para que aparecieran los tres terroristas que dispararon a bocajarro contra Avelino y Ángel que conducían sus motos oficiales, siendo rematado en el suelo.
El tercer guardia civil, José Luis, estaba hablando con el director de la carrera cuando recibió un balazo en el brazo. El compañero de los ya asesinados Avelino y Ángel, intentó ponerse a salvo y se refugió debajo de un coche y cuando los asesinos se disponían a marcharse, una turba de íncubos, de chivatos carroñeros, de cobardes en Salvatierra, el pueblo más cobarde y rastrero del mundo, gritó que quedaba uno con vida-este sigue vivo, está vivo, está vivo– e indicaron dónde se escondía. Los aclamados gudaris , valientes héroes del tiro por la espalda, se dirigieron donde señalaban los monos de Salvatierra y acribillaron a José Luis con 24 balazos celebrados con euforia demencial.
Se da la circunstancia de que el nauseabundo cura, escoria humana sin entrañas, que facilitó el atentado fue detenido en la cama de la alcaldesa María Luisa Murguiondo. El periódico Deia de la actual diputada de ETA, perdón, de Bildu, Aizpurúa, calificó a la ruin y puta alcaldesa de pionera de la democracia.
Además del cura fueron condenados por esta masacre: Ignacio Arakama Mendía, alias Makario; José Lorenzo Ayestaran Legorburu, Fanecas y Félix Alberto López de Lacalle, Mobutu… Todos ellos socios del gobierno actual que tan útil le sirve al otro carroñero Pedro Sánchez y sus cómplices en el consejo de ministros.
Si ve en lontananza Salvatierra y es usted persona de bien, no pasará por el pueblo más vil y cobarde del mundo que se enorgullece de la hazaña. Hoy Día de la Hispanidad, recordemos a los asesinados por la barbarie terrorista y mostremos a los cómplices de los asesinos que gritaron, cobardes hijos de Satanás: este está vivo, está vivo. Así se pudran por generaciones.
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Próximo paso: levantar un monumento en recuerdo de los asesinos y del cura. Seguro que algún obispo lo bendecirá.
Al hilo de lo que está pasando en Israel, ahora todo el mundo acepta que Israel tiene derecho a defenderse, incluso perpetrando un genocidio.. bueno más bien, siguiendo con el genocidio.. todos esos demócratas bien pensante, en el caso de España, ¿hubieran justificado un bombardeo indiscriminado, en, por ejemplo, Guipúzcoa? Pregunto. Porque además no tengo constancia de que a los vascos nadie les haya arrebatado nunca sus tierras, ni les hayan encarcelado de por vida en campos de refugiados (concentración), es más se les han dado unos privilegios de los que nunca han disfrutado el resto de españoles… ¿tienen los israelies más derecho a defenderse del terrorismo que los españoles?
Muy bueno el reportaje. Creo que en Salvatierra hay bodegas, por mi parte no pienso comprar ni una sola botella de esas bodegas.