Un pésame educado ante la muerte de una reina que ni nos va ni nos dio nunca nada. Por Eduardo López Pascual

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Comunicado de Falangistas Ciezanos

Como todas personas educadas en los valores del humanismo cristiano, los falangistas no podemos por menos que dar nuestro pésame a la familia de la fallecida reina Isabel II de Inglaterra. Pero de ahí a facilitar una fecha extraordinaria en el calendario de los españoles nada de nada. Esta mujer, al fin y al cabo cabeza de la iglesia anglicana, opuesta secularmente al catolicismo, y jefa del Estado que usurpa la propiedad de una parte del territorio español desde hace siglos, manteniendo la situación de colonia para Gibraltar, nunca pretendió aliviar ni dar muestra de acabar con esa insoportable realidad nacional. Al contrario, la historia exhibe claramente el gesto imperialista- dicho sin reservas-, repetido por su heredero en su viaje de bodas, eligiendo la Colonia de Gibraltar como primera etapa de su luna de miel.

Los falangistas, que en su gran mayoría se sienten ajenos a las vicisitudes monárquicas a tenor de lo que entendía José Antonio, con aquella frase ya histórica de “Institución gloriosamente fenecida”, no haremos fiesta de la defunción de esta señora, pero desde luego no vemos las razones por las que el “establesiment” español léase gobierno o políticos del sistema y, desde luego toda la prensa pelota (perdón por la expresión(, acuerdan no solo expresar su solidaridad normal con la muerte de la reina Isabel, sino que como si fuera parte especial en la vida nacional ocupe innumerables páginas y espacios de comunicación, o se declare en algunas regiones –Madrid, Andalucía por ejemplo-, varios días de luto por muy condolientes que se pongan. Nos parece esperpéntico que un país como España, sometido todavía a la incongruencia de un coloniaje abusivo, (las reiteradas apropiaciones del espacio geográfico y de aguas marinas españolas son una señal de ello), muestre tal grado de fervorosa congoja.

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Con todo respeto, pero con toda nuestra posición patriótica y republicana,- cosa que la Falange oficial debería de relanzar de una vez para definirnos y evitar disensiones inoportunas, diremos que desde la acción democrática, denunciamos este servilismo i que ni Felipe VI, después de todo rey y pariente de esa monarquía, ni los políticos nacionales salvo alguna excepción, se atreven a criticar esta sobreactuación ante el fin de una vida que, como todas las muertes, merece el eterno descanso. pero no una agenda tan singular y hagiográfica. Los falangistas naturalmente sentimos la pérdida de una vida humana, sea la que sea, pero no creemos oportuno glorificar a una mujer que no movió un dedo para desatascar el problema de la colonia de Gibraltar. En ese sentido Falangistas ciezanos, que nos sentimos integrados en FE JONS, coincidimos con las palabras de su Presidente Nacional, que lamenta el discurso laudatorio de alguna derecha española. Seguro que los argentinos, con otra reivindicación paralela en las Malvinas, tampoco encenderán fuegos artificiales.