22/11/2024 14:20
Getting your Trinity Audio player ready...

Una inquietud perturbadora, “necesito renacer” y una intuición a modo de entropía,  magnitud física, que  encierra en sí el grado de desorden, de incertidumbre y la medida de acotarla, en estos tiempos difíciles, son la dual artística apuesta de las madrileñas Constanza L. Schlichting (1971) y Elisa de la Torre (1990), como una llegada anticipada de la incipiente primavera en la capitalina galería Montsequí, que nos invita a seguir y disfrutar del buen Arte, del sentido y la pasión de vivir, de las cosas bien hechas, a pesar de las perdidas irremplazables, que dejan sello.

Contemplar estas obras supone un salto generacional en la reinterpretación de la Naturaleza per se,  como hasta ahora concebida. Ha dejado de ser fondo, soporte, envoltorio,  para convertirse en toda una guest star , es decir, la estrella invitada, la auténtica protagonista, vamos. La plena inspiración de lo que allí sucede.  “El Arte nace de fijar lo que nos cautiva”. Así lo entiende y representa  Constanza López Schlichting, de apellido trabalenguas, hermana de la popular periodista radiofónica, en una de las propuestas.  La formación hecha carrera desde sus estudios superiores especializados en Historia del Arte en la UCM, y la escuela Hdk en Berlín, acompañados en sus primeros pasos por Francisco Sotomesa y talleres de altura en grabado, dibujo, magistrales como Antonio López en la Real Academia de San Fernando , que sin duda han dejado su esencia como nos plantea en su reciente obra, con esta necesidad vital, y nos habla de fragilidad, de dolor, de muerte y la necesidad imperiosa de renacer, cual nueva estación, nada nuevo, y utiliza el ciclo de la vida, como paisaje y vía de escape de una realidad algo confusa a juzgar por sus trazos y la mediana nitidez de sus tonos de paleta, más tenues, apagados, casi mates. Sin apenas brillo, como mecen sus rosas, girasoles…

Arte itinerante de nuestro tiempo que ha visto la luz en numerosas exposiciones individuales y colectivas, ferias de renombre, Estampa, Bienal de Arte sacro contemporáneo de Menton,  Art and breakfast,  más allá de la comunidad, en galerías tan dispares de ciudades alemanas como Leipzig, Lüneburg o Ganderdorf e italianas como Rimini o Milán.  Que han dejado ver los años de esfuerzo y aprendizaje junto a expertos: Joan Hernández Pijuan, Alfredo Piquer o Stefano Pizzi.

LEER MÁS:  'Silent Legacy': el documental inspirador de HBO

En  trabajos, circulares, de pintura orgánica, natural,  a modo de planeta vida, que estiran su forma, que luchan contra la soledad, el hastío de la vida cotidiana.  Los problemas de todos. Una representación conceptual del denominado “land art” a través de la subjetividad de su pincel. Donde se refleja la manera, su manera, en el que la sociedad interpreta el mundo en un afán de salvarle y salvarse.

Escenarios vividos, previamente, sentidos en lo más profundo del ser. Un impulso más hacia delante como es siempre el optimismo, en sí,  el sentido  de la vida. Porque un día más, no es uno menos en belleza. Renacer para morir, quizá en otra dimensión, en otra forma y volver a resurgir, una y otra vez. Igual, pero no.  “Jamás duro una flor dos primaveras”, decía la canción.        

La Pachamama, que veneraban los quechuas en su cultura. ¿Qué es si no el Arte?  Una deidad de La madre Naturaleza que es sabia y ahora adorada en su plenitud, en estado puro, que nos sorprende, siempre,  con un reiterado estallido. Un big bang theory de belleza que es motor de inspiración lejos del refinamiento, la perspectiva, la proporción geométrica de antaño y discurre como un devenir, una sucesión imparable, y de eso sabe y trata bien, la nueva apuesta de Elisa de la Torre, compañera de sala.

Bajo el título “Arenas”, doradas en un desierto nievo que es el lienzo en sí. Sus obras te recuerdan a algo. Te retrotraen al el universo artístico de los clásicos.  Emula, es subjetivo,  la creación, el origen del mudo que pintara en su momento el gran Miguel Ángel, por encargo para una eternidad.  Una capilla marmolea donde brilla su capacidad de composición que va fluyendo, serpenteando, gracias a diferentes sustancias y pigmentos que reaccionan en sí y conforman el rastro ancestral, fragmentado en series, de un destello que no es más que el de una reflexión, en pan de oro de 24 k, que tiñe sus acertadas y genuinas combinaciones de menor a mayor escala o viceversa.

LEER MÁS:  Llega al madrileño teatro de La Latina 'El éxito de la temporada' la obra de El Terrat

Un punto de partida que iniciara con sus estudios creativos específicos en Ontario (Canadá)  para continuar su trayectoria en Bellas Artes en la Universidad Francisco de Vitoria y completar con un doctorado artístico en la UCLM, University de Castilla La Mancha.

Pasaporte que le ha valido su presencia en varias muestras como Hybrid fair, Novelart, Festiarte Marbella o Justmad.   O a título individual en la Real Casa de la Moneda con Tinta de verano o  Avan Matadero Madrid. Sin olvidar sus opiniones en diferentes encuentros, conferencias internacionales sobre Antropología o Mitocrítica.

Abstracciones del momento en movimiento. La medida de una incertidumbre que trata de reducir a toda costa para continuar un camino de futuro.  Dos visiones diferentes de reinterpretar una misma realidad que ha dejado de ser marco para convertirse en esa chispa vital por todo lo que ella nos aporta, encierra en sí. No en vano, muchos remedios, naturales, están ahí. Quizá también la solución a muchos de nuestros angustiados problemas. El tiempo dicen que lo cura todo y ordena las cosas, y a las personas. Seamos pacientes y esperemos un nuevo renacer, cada día, bastante llevamos,  que seguro aporte claridad y vida, y calme, ahora, nuestro maltrecho espíritu.

Autor

Suscríbete
Avisáme de
guest
0 comentarios
Anterior
Reciente Más votado
Feedback entre líneas
Leer todos los comentarios
0
Deja tu comentariox