Dana: la prueba de la Confederación de Repúblicas Socialistas Ibéricas. Por Francisco Bendala Ayuso

Lo ocurrido a todos los niveles y en todos los aspectos en Valencia tras el paso de Dana, pone de manifiesto y en evidencia que España ya no es España, sino que de facto, y sólo a la espera de nombrarla oficialmente, es la materialización del viejo sueño del PSOE desde su creación, es decir, una confederación de regiones autónomas todas ellas bajo régimen socialista, o lo que es lo mismo: la Unión de Repúblicas Socialistas Ibéricas que hoy, sólo para mor de los tiempos y para no levantar sospechas, podría mejor denominarse Confederación de Repúblicas Socialistas Ibéricas; quedando el término “Ibéricas” pendiente del momento en que Portugal se sume a las diecisiete que ya la componen. Así, lo ocurrido en Valencia tras el paso de Dana es la culminación, al tiempo que consolidación por décadas, del Régimen del 78 que para esto que hoy vemos, para esa Confederación socialista, se diseñó; constando en la Constitución, si la leen con atención y entre líneas, la hoja de ruta que debía seguirse, y se ha seguido, para llegar a dicha meta.

Nada ha funcionado en lo relativo a Dana, nada. Pero no lo ha hecho sólo por la demostrada desde siempre ineptitud, ineficacia, desidia, negligencia e irresponsabilidad de todas y cada una de las autoridades, sino porque les convenía. ¿A quiénes? A todas y cada una de ellas.  Hasta el último concejal, para qué decir de los líderes de todos los partidos y de sus principales cargos en ejercicio, según el caso, sea en la administración gubernamental, autonómica o municipal.

Pero también ha ocurrido lo mismo con las instituciones en sí, fueran, también, gubernamentales, autonómicas o municipales, cuyos cargos intermedios y funcionarios que las componen han demostrado su absoluta sumisión a los anteriores, permaneciendo pasivos, sin tomar iniciativa alguna, ni la menor, a la espera de órdenes.

El caso más escandaloso, flagrante y grave ha sido el de las FFAA –con la UME a la cabeza, incluso en contra de su normativa particular– que han permanecido “neutrales”, o sea y según entiende tal término, pasivos, y eso que el asunto era sólo, exclusiva y netamente humanitario; bueno, pues ni por esas, ahora se entiende hasta qué punto de castración han llegado.

Para colmo, casi desde los primeros instantes, pero ahora más una vez pasados varios días, arrecia la campaña de propaganda, desinformación, manipulación e incluso represión –ya son varios los detenidos por expresar su indignación ante el rey, sí, ante él también, y el tirano Sánchez– para lavar la cara sucia de todos, confundir al personal, poner en duda lo ocurrido, hacer ver que la verdad no lo es e imponer la mentira, evitar responsabilidades, consolidar la no dimisión de nadie –es increíble que todavía no haya habido ni una–, elegir con calma algún chivo expiatorio de que ofrecer a la plebe para cerrar el círculo y… lograr que todo siga igual, porque lo que importa es el sistema que beneficia a una nomenclatura, aunque perjudique a la nación, pues dadas sus esencias socialistas de eso se trata, de que una minoría viva, y muy bien, a costa de la mayoría; ahora, eso sí, y debido a los tiempos y al área geopolítica en que nos encontramos por razón de ubicación geográfica e histórica, no mediante un partido único, sino con la complicidad voluntaria y entusiasta de otros consentidos, sean de aparente esencia separatista –no quieren la secesión total y real, sólo la necesaria pero sin dejar de chupar del bote– o de “derechas” para que el sistema quede protegido por una imagen “democrática” que le dé validez, dote de respetabilidad y engañe al pueblo.

En cuanto a este último, o sea, al pueblo español, como también hemos visto, aunque ya lo venimos viendo desde hace mucho, está no sólo preparado para someterse al sistema, sino que, en realidad, aunque sin darse cuenta, es ya parte del mismo, y lo sostiene y alimenta, quedando sus quejas en meras palabras de barra de bar y aún eso con mucho cuidado no sea que…

La evidencia es tanta que incluso el sistema socialista se comprueba en que la mayoría de los españoles viven, en realidad, del Estado o de la autonomía o el municipio, sea directamente como funcionarios, sea como subcontratistas, de ahí la corrupción, así como por el hecho de que España es ya un Estado policial, pues las distintas policías, con la Guardia Civil –“estado” dentro del Estado– a la cabeza superan en número, en presupuesto y material, en proporción, a las FFAA, las cuales, por supuesto, han sido pulidas a imagen y semejanza del sistema, y a las últimas y otras muchas pruebas me remito.

Como ven, lo que contemplamos no es otra cosa que lo que la historia nos enseña que ocurrió en la URSS, en sus países del Este europeos que EEUU les entregó, o lo que hoy sigue sucediendo en Cuba, a pesar de una semana sin luz en pleno siglo XXI, en Corea del Norte o en Venezuela o Nicaragua.

Así, el viejo sueño del PSOE, quien ha marcado desde 1975 la ruta, sea ha hecho realidad y España ya no es España, sino la Confederación de Repúblicas Socialistas Ibéricas, a la espera de Portugal. ¿Y la monarquía? Mera y simple cuestión de tiempo y oportunidad.

Autor

Francisco Bendala Ayuso

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