23/11/2024 11:13
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En vista de que asistimos a la lucha de egos y sus batallitas, yo sigo a lo mío. La reivindicación de un plan de repoblación de la España vacía y la creación de un ministerio para esa repoblación. Las Macarenas, las Yolandas y todos los demás líderes de los múltiples partidos del sistema y de fuera del sistema nos dicen todos lo estupendos y maravillosos que son, pero ninguno nos dice que van a hacer con el gran problemon que tiene el país con sus deshabitados territorios. 
 
Señorías, si ustedes están decididos s salvar España, digannos al menos que es lo que piensan hacer con ella. Ya sabemos todos que ustedes son los más guapos, los más inteligentes y los más guays, pero no nos dicen nada de las medidas a adoptar para salir de esta decadencia en la que estamos instalados. 
 
Por ejemplo, ante la crisis energética, ¿deberíamos nacionalizar las industrias de este sector? Yo creo que por supuesto.  Que es ineludible hacer esto para poder empezar a levantar cabeza. Pero para decir esto y hacerlo después hacen falta unos redaños de los que por lo visto sus señorías carecen.
 
Sigamos, para resolver el problema de la despoblación ¿ Hay que abolir el aborto? Yo también creo que si. Pero decir esto es políticamente incorrecto.  Y quizás impopular también. 
 
En mi libro Contra la despoblación (Europa en la encrucijada) expongo veinte medidas a tomar para repoblar la España vacía y otras tantas para que el país recupere el pulso vital. Espero que sus señorías las lean y estén de acuerdo conmigo. Son medidas tomadas desde el sentido común, de quien ve y comenta como nuestra patria se desliza hacia el abismo y nadie hace nada por remediarlo salvo posar en las revistas con modelitos a la última.
 
Tras mis experiencias para sobrevivir a las crisis que nos han venido asolando y tras las charlas con obreros, empresarios y agricultores escribí este libro. No me han hecho falta ni doctorados ni grandes oposiciones para ver claro que es lo que necesita nuestro país. En resumidas cuentas es favorecer a los productores y pararle los pies a las élites extractivas. Ni más ni menos. Pero esto hay que tenerlo claro primero y después hay que tener redaños para llevarlo a cabo. Por que por mucho que nos vistamos a la última, estas gentes del latrocinio serán implacables con quien ose pararle los pies. Y ahí está el problema, si las piernas se ponen a temblar cuando haya que hacer lo que hay que hacer.
 
Ya sabemos que nuestro presidente es muy guapo y que el resto de políticos, en su mayoría funcionarios, tienen unas estupendas carreras. Pero nadie nos dice que hacer con la España vacía y como ningún empresario se pone al frente de la regeneración de España yo sigo con mi proyecto del Movimiento Social Español aunque sea un provinciano que se pone el mono azul mahón para laborar sus tierras.
 
Por que no es cuestión de fachadas lo que va a resolver el problema de la despoblación, demasiados encorbatados hay en las múltiples administraciones y no hacen nada, es necesario salir de la burbuja del bienestar madrileño y administrativo autonómico y bregar con la realidad. La realidad de un país envejecido y expoliado en el que nadie mira por el bien común si no por sus apetitos personales.
 
Por eso es necesario desenmascarar a nuestros políticos ególatras aunque ello te cree enemigos. España necesita de la cirugía y no de gente que quiere caerle bien a todo el mundo. Y así hay que decirlo aunque sea impopular.  Y aunque te crees una miríada de enemigos.
 
Y hay que acabar con las Autonomías de una vez. No aprovechándose de sus ventajas y canonjías, como hacen los de Vox, sino desde un poder que sin misericordia de ningún tipo extirpe este cáncer que padecemos los españoles. Para eso hacen falta redaños y no pasteleos con el sistema corrupto que nos ha tocado vivir.
 
Así que a las Macarenas y Yolandas vuelvo a pedirles que nos digan que piensan hacer con España y si no lo saben lo mejor es que se vuelvan a sus casas. Ya sabemos que quieren ser populares y caer bien. Pero con eso no basta. Los tiempos que vienes son difíciles y será necesario hacer muchas cosas sin la más mínima duda y sin que tiemble el pulso.
 
Y vuelvo a mis labores agrícolas. Pronto me mudaré a Zamora capital a pasar el invierno. Desde allí podré mejor hacer contactos y empujar el MSE hacia la notoriedad. Mis amigos me están esperando y con mucha ilusión nos pondremos a ello.
 
Allí me espera también la biblioteca. Con sus Alejandros, César y demás.  A ver si aprovecho para recuperar mi alemán que lo estoy olvidando. Y allí podré seguir viendo como la historia sigue su curso imparable por mucho que les pese a nuestros progres. La amenaza islamista está ahí y habrá que preparar al país y al continente para ello.
 
 
 

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REDACCIÓN
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