21/11/2024 13:12

Tal día como hoy, 10 de agosto de 1557, se libró la batalla de San Quintín, en la Alta Picardía francesa, donde las tropas de Felipe II, recién llegado al trono, derrotaron al ejército francés. San Quintín inauguró el reinado de Felipe II y consagró el dominio español en Europa.

El problema había empezado muy lejos de allí. El contexto de San Quintín era el largo conflicto entre Francia y España por el control de Italia. El emperador Carlos I había derrotado a Francisco I de Francia sucesivas veces, hasta lograr la paz. Pero el hijo de Francisco, Enrique II, no estaba tan bien dispuesto. Por su parte, el papa Paulo IV, antiespañol furibundo —como el de ahora—, quería echar a los españoles de Italia e instó a Francia a formar alianza contra España y romper el equilibrio en Europa.

Los franceses golpean primero e invaden Italia, pero el Duque de Alba, que manda allí a los españoles, logra rechazar al enemigo y no solo eso, sino que además aísla al papa. Entonces Felipe II pasa a la ofensiva. Son 42.000 hombres los que traspasan la frontera desde Flandes en julio de 1557. El propio Felipe –que, por cierto, nunca más volverá a ponerse una armadura– instala su cuartel general en Cambrai. Allí están los Tercios españoles, pero hay también cuantiosos contingentes flamencos, borgoñones y, sobre todo, los lansquenetes alemanes. Manda el ejército imperial el joven duque de Saboya, Manuel Filiberto «Testa di ferro». Los franceses conocen la noticia y movilizan un fuerte ejército de socorro. Lo manda nada menos que el condestable Anne de Montmorency.

En realidad todo fue un error de Montmorency o un alarde de ingenio de Manuel Filiberto, según se mire. El francés, fiado en su superioridad, creyó que los españoles se habían metido en una ratonera al sitiar la plaza de San Quintín, posición que les encajonaba entre un bosque y un río. Pero Manuel Filiberto había tomado la precaución de desplegar arcabuceros al otro lado del río, de manera que, cuando llegaron los franceses, se encontraron con un infierno de fuego y una carga de caballería. Para los franceses, San Quintín fue una catástrofe: murieron unos 9.000 hombres y cayeron presos 8.000 más; ente los presos, cerca de un millar de nobles, pieza muy codiciada por los rescates que sus familias pagaban. Las bajas de las tropas imperiales, por el contrario, no llegaron a las 2.000. Hoy la batalla de San Quintín no se estudia en las escuelas francesas.

Otros hechos:

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—997: Las tropas de Almanzor saquean y destruyen la ciudad de Santiago de Compostela, llevándose como botín las campanas de la ciudad.
—1519: Desde Sevilla, zarpa la expedición mandada por el portugués Magallanes, que descubriría el paso entre el océano Atlántico y el Océano Pacífico y acabaría dando por primera vez la vuelta al mundo, demostrando la esfericidad de la Tierra.
—1759: Carlos III, hasta entonces rey de Nápoles y Sicilia, es proclamado rey de España.
—1932: El general Sanjurjo, que había sido director de la guardia civil y Alto Comisario de Marruecos bajo la II República, intenta un golpe de Estado (Sanjurjada).
—1937: Carta colectiva de los obispos españoles en apoyo al alzamiento del 18 de julio. Para esas fechas más de 6.000 clérigos habían muerto asesinados por el Frente Popular.
—1963: El gobierno aprueba un proyecto de autonomía para la colonia española de Guinea Ecuatorial.
—1994: La banda terrorista vasca ETA asesina a balazos en Bilbao al ciudadano José Antonio Díaz Losada.

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“A mediados del siglo XVI, Europa era un laberinto en el que confluían las contiendas entre los Estados que estaban saliendo de la Edad Media y competían por la supremacía política, militar y económica en la Edad Moderna. En ese escenario, España, defensora a ultranza del catolicismo, vivía el cenit de su Imperio con Carlos V y su hijo Felipe II, y el comienzo de su crisis con la revuelta protestante de los Países Bajos. El conde de Egmont, protagonista de esta historia, fue una de las víctimas en este proceso de cambios sociales y políticos. Primero, estuvo al lado de Carlos V, junto al que desempeñó papeles relevantes en la construcción del Imperio y, luego, fue un fiel general en San Quintín a las órdenes de Felipe II, hasta el momento en que fue ejecutado por orden suya. San Quintín (1557) marcó el inicio del reinado de Felipe II y, hasta cierto punto, el fin de la monarquía medieval y el comienzo de la moderna”.

Autor

Gonzalo Chicharro
Gonzalo Chicharro
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