Formando “líderes” (I) Por Filípides

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Los pasados días 3 y 4 de marzo se celebró en Madrid el Congreso “Líderes Digitales”, organizado por la Comunidad de Madrid en el Complejo Educativo Ciudad Escolar. Un evento dirigido a docentes de todas las etapas que, probablemente, haya pasado desapercibido a nuestros lectores. De hecho, desde un punto de vista médico y humano, sería un motivo de alegría que así hubiese sido, por el bien de su salud física y mental.

Dicho lo anterior, no está de más conocer lo que se cuece en la Educación en Madrid y tal vez la información que aquí me dispongo a compartir sirva para abrir los ojos a una realidad inquietante y que nos afecta a todos.

Una realidad que implica, en primer lugar, la subordinación total de la Educación en España, y concretamente en Madrid, a las directrices de la Comisión Europea. Lo que supone, a su vez, la imposición de la Agenda 2030 en todos los niveles educativos preuniversitarios –Infantil, Primaria y Secundaria–, a través de un amplio programa de adoctrinamiento –mal llamado de “formación”– financiado con “fondos europeos”. Basta echar un vistazo a las actividades anunciadas en la Plataforma de Innovación y Formación de la Consejería de Educación de la Comunidad de Madrid[1] para observar los “roscos” de la Agenda 2030 por doquier, marcando con su colorido sello circular, entre otros, los cursos del programa denominado PROA+ (Programa de Refuerzo, Orientació y Apoyo).

Para que el lector se haga una idea de la “formación” que ampara PROA+, véase este botón de muestra: el curso “MIRADAS EMOCIONALES PARA MEJORAR EL APRENDIZAJE”[2]. Y, sobre todo, atiéndase a la transcripción literal del listado de contenidos y conceptos tratados en el mismo: “competencia socioemocional”; “educación emocional”; “neuropsicología emocional. Cognición y emoción”; “emociones y aprendizaje”; “aprendizaje vivencial”; “influencia de las emociones sobre el aprendizaje”; “desarrollo de habilidades emocionales en el alumnado”; “identidad positiva, regulación emocional, percepción, comprensión y regulación emocional –sic, repetida en la misma enumeración–, empatía, asertividad…”; “éxito en el aprendizaje desde las soft skills”; “el aprendizaje socioemocional”; “estilos parentales y desarrollo emocional saludable”; “plan de competencias socioemocionales y cómo insertarlo en el currículum”; “metodologías motivantes”, “actitudes”, “el humor como herramienta pedagógica” …

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Es decir, un perfecto compendio de la jerga pseudocientífica impuesta en el ámbito educativo por la secta pedagógica, que explica un hecho tan dramático como evidente: la conversión de los centros docentes en espacios donde la enseñanza de contenidos es menos importante que la atención a los sentimientos del alumno, alumna o “alumne”.

Pero no se piense que el ejemplo anterior ha sido espigado malévolamente y con gran esfuerzo entre la oferta formativa de la Consejería de Educación. En absoluto. Lo que debe subrayarse es que el citado es sólo un caso más dentro una misma línea de actuación. Un ambicioso proyecto de desculturización abrazado y compartido conscientemente por los más altos responsables de la Educación en Madrid: singularmente Enrique Ossorio Crespo (Consejero de Educación), Mercedes Marín García (Directora General de Bilingüismo y Calidad (¡!) de la Enseñanza) y David Cervera Olivares (Subdirector General de Programas de Innovación y Formación). Verdaderos agentes políticos lacayos de la Comisión Europea en Madrid. Y como evidencia de que no exageramos nada, obsérvense, simplemente, los títulos de otros cursos anunciados en la citada plataforma de innovación, en el presente año lectivo 2022-23, presuntamente destinados a la formación del profesorado. Cito textualmente: “Género e igualdad: del presente al futuro”[3]; “Aula del futuro” (2ª edición)[4]; “Programa Mentor en prácticas restaurativas”[5]; “Aprehendizaje emocional: llevando la inteligencia emocional al aula”[6]; “Hacia una convivencia en positivo: El enfoque restaurativo”[7]; “Liderazgo motivacional y herramientas de éxito”[8]; “La magia como recurso didáctico”[9] (4ª edición); “Vive y diseña un escaperoom o breakoutedu”[10] (3ª edición); “Juegos de escape educativo con Moodle”[11]; “Visual thinking para Primaria y Secundaria”[12]; “Nuevas tendencias en expresión corporal y danza (Proyecto Xportdance)”[13]; “New trends in art education. understanding our era and bringing it to the art classroom”[14]; “Las TIC como herramientas para la igualdad”[15]; “Gamification in the EFL clasroom”[16]; “La danza como herramienta educativa”[17]; “El atelier y la escuela del corazón”[18]; “Managing teacher well-being inside & outside the classroom”[19]; “Narrativa transmedia en educación: escuela 3.0”[20]; “¿Y si yo me convirtiera en pez luna? La dramatización como recurso docente”[21]; “Una mirada internacional a la educación ambiental”[22]; “Recursos TIC para una escuela inclusiva”[23]; “Neuroeducación”[24]; “Thinking and teaching languages in a globalized World”[25]; “El juego y el desarrollo sensorial”[26]; “El Islam y la cultura islámica”[27]; “Educar en la igualdad. Prevención de la violencia de género”[28], “Valores cívicos y éticos: Memoria Democrática, Constitución y Derechos fundamentales”[29]; “Educar para la paz interior: Mindfulness y gestión emocional”[30]; “Liderazgo educativo”[31]; “Flamenco y Filosofía”[32]; “Aprendizaje cooperativo y nuevas tecnologías, un enfoque competencial de la enseñanza”[33]; “Educar en igualdad de género a la población adolescente: prevención de las violencias machistas”[34]; “Nos comunicamos de forma efectiva y afectiva”[35]; “Educación emocional para la buena convivencia”[36]; “Diseño de espacios educativos innovadores. Digitalización y metodologías activas”[37]; “Diseño de espacios de aprendizaje en la escuela de hoy”[38]; “Literatura y música tradicionales africanas”[39]; “Vegestable. Nueva visión sensorial sobre las verduras”[40]; “Ukelele en el aula”[41] y un largo etcétera.
Como puede comprobarse, un extensísimo abanico de “actividades formativas”, donde los contenidos han sido desterrados por completo y, bajo el amplio manto o coartada de la innovación metodológica, se inocula a mansalva la doctrina “woke”.

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