28/06/2024 07:20
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Y no admitió discusión sobre la materia. No por chulería, sino simplemente porque es tan evidente –hablando de la “derecha española”-, que lo ve hasta un ciego, pues más que una afirmación es un axioma. Recuerden solamente que, la mejor generación de españoles a las órdenes del Caudillo habían aplastado al marxismo, al separatismo, a la masonería, al anarquismo,  en la derrota más aplastante del siglo y la Derechona, -madre de la derechita de hoy a la que VOX llama cobardica—recibió de manos de Franco ese regalo, a cuenta de quienes mayor impulso dieron a la Victoria: la  Falange y el Requeté. El mejor estadista de los últimos quinientos años cometió, así uno de sus errores. La fusión de Falange y Tradicion fue un acierto en la guerra, pero en la Paz  deberían haber vuelto a su esencia.  .

Tel resultado era de prever. La Derecha regalaría la Victoria a los vencidos apenas siete años después de enterrado el Generalísimo. Esa imbecilidad solo es capaz de hacerla la derecha. Comparen con la inteligencia luciferina de la izquierda cuando caza el poder – Fidel,  Chávez, la Kirchner…y ahora Sánchez en la Moncloa.- no hay quien se lo quiete… Lo ocurrido en España es único en la Historia Universal. Y es  una “genialidad” de la derecha “tonta”.

Llamar  así, a la derecha española no es un insulto, es simplemente “una información objetiva”.

La Real Academia de la Lengua, en su diccionario define al tonto como “Falto o escaso de entendimiento” y, a su vez, hace lo propio con el “entendimiento” de este modo: “es la facultad de la mente que permite aprender, entender, razonar, tomar decisiones y formarse una idea determinada de la realidad”. Ajustándose a esa definición  nuestra derechita; “No  aprende, ni  entiende, ni razona, tampoco toma decisiones, ni es capaz de vivir la realidad”… Los miembros de la Real Academia estaban pensando en el “PP” cuando elaboraban el Diccionario de RAE.  Imposible de mejorar.

Hay que ser tontos para  desprestigiar a la Presidente de la Comunidad de Madrid, para insular y atacar a VOX, para dialogar con Falconetti… o para creer en los partidos nacionalistas vasco y catalanes – como lo han hecho todos, desde Fraga –aunque este “no lo hizo no por tonto sino por canalla”-, Aznar, Rajoy, Casado, hasta el nuevo tonto eurodiputado pepero,  nombrado para reorganizar el partido, un  tal González Pons.

El Partido Popular es la demostración  exacta del conocido aforismo: “Hace más daño un tonto que un malvado”. Es muy difícil medir el daño que una persona  o una organización hace a un pueblo, a una nación pero si me preguntan  quién ha perjudicado más la economía, el prestigio, el honor de nuestra Patria, si el PSOE o el PP me lo tendría que pensar largamente. No hay duda de que  Felipe, Zapatero y Pedro Sánchez, han llevado España a la sima, pero esto no hubiera sido posible si Fraga, Aznar y Rajoy no les huibieran dejado preparadas las autopistas para que lucieran  sus bólidos… ¿Se imagina ustedes posible la realidad actual, si en vez de los traidores a España -por su connivencia con  Arzallus, Pujol, y Cía.,- Fraga, Aznar y Casado, hubiera gobernado Blas Piñar? Con esta sola prueba, sobran todas las demás.  Sin la “derechona” y el PP, no habrían gobernado nunca los socialistas y comunistas, ERGO,… respondan ustedes mismos a la pregunta.

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No debería continuar porque ya no es posible mejor demostración de lo zoquete y boba que es la “derechita cobarde”.

He dejado siempre claro que no creo en la Democracia liberal partitocrática imperante, y menos aún en los partidos políticos –aunque tenga uno autorizado, “Resurgir Hispánico”,  a mi nombre, y aprobado el 29 de enero de 2002,  por el Ministerio del Interior, cuando nombraron a Casado presidente del PP, escribí un artículo mostrando mi satisfacción. Pensaba que como palentino le daría a ese partido un rumbo nuevo. He creído siempre que los de mi tierra aman a España entrañablemente y de veras, que, además, están reñidos con la traición y la cobardía pero he tenido que rectificar, dar marcha atrás y mostrar mi arrepentimiento.

Por otra parte, visto lo visto ya en Galicia, encarrilada por vías similares a las de los separatistas catalanes y vascos, directos a la eliminación del castellano como lengua oficial de España, con políticas acordes con el modelo  “¿subes o bajas?” , me temo  que este gallego tiene poco de “don Francisco” y mucho más de “don Mariano” muy lejos del que nos trajo una “segundo edad de Oro”  de quien permitió lucimientos como los de Junqueras u Otegui, que más bien pronto en suelo hispano se impondrán el bable, y el resto de grandes nuevos  “idiomas” – andalusí, murciano, montañés, extremeño, manchego y leonés.  Y a la vuelta de la esquina, de la herencia del Caudillo y de la Victoria no quedará ni el recuerdo…

He dicho muchas veces que Franco ha sido el mejor estadista de los últimos quinientos años y lo prueban sus obras— pero a pesar de esta mi sólida convicción he tenido siempre en la mente escribir un libro sobre “Los errores de Franco”. Que fueron unos cuantos y garrafales, como el ya comentado.  Ciertamente,  se movió siempre a impulso de un solo objetivo: el Bien de España,  y tratando de ajustarse a las circunstancias del momento político – producto de la Victoria Aliada- pero eso no evita la comisión del error.  Nos sirve para disculparlo pero sí para entenderlo mejor.  Desgraciadamente el precio ha sido altísimo, pero  Franco no era un dios, ni un mago,  era humano y falible. Por eso seguirá siendo grande.

Autor

Gil De la Pisa
Gil De la Pisa
GIL DE LA PISA ANTOLÍN. Se trasladó a Cuba con 17 años (set. 1945), en el primer viaje trasatlántico comercial tras la 2ª Guerra mundial. Allí vivió 14 años, bajo Grau, Prío, Batista y Fidel. Se doctoró en Filosofía y Letras, Universidad Villanueva, Primer Expediente. En 1959 regresó a España, para evitar la cárcel de Fidel. Durante 35 años fue: Ejecutivo, Director Gerente y empresario. Jubilado en 1992. Escritor. Conferenciante. Tres libros editados. Centenares de artículos publicados. Propagandista católico, Colaboró con el P. Piulachs en la O.E. P. Impulsor de los Ejercicios Espirituales ignacianos. Durante los primeros años de la Transición estuvo con Blas Piñar y F. N., desde la primera hora. Primer Secretario Nacional.