21/11/2024 20:15
Getting your Trinity Audio player ready...

Ahora, cuando estamos comenzando a levantar cabeza tras tener que aguantar durante casi dos años los perniciosos efectos de la “plandemia” del “chinovirus” y dado que tal experimento de ingeniería social no se puede alargar mucho más en el tiempo ante el temor de un levantamiento popular, los ingenieros de la conspiración, los oscuros individuos que, desde las sombras, manejan los hilos del proyecto globalista que pretende instaurar un nuevo orden mundial, buscan con ahínco nuevos paradigmas que sirvan para coadyuvarles a lograr sus fines.  

Dejando a un lado la advertencia, en apariencia inocente, del malvado Bill Gates avisándonos, como “buen filántropo”, de una posible nueva epidemia de cualquier otro virus para la que seguro ya tienen sus empresas farmacéuticas preparada la correspondiente respuesta que hará que su riqueza se eleve exponencialmente, ahora toca usar como justificación para amargarnos la vida y, de paso, limitar nuestras libertades, la gran falacia del cambio climático, presentado como un nuevo caballo del Apocalipsis contra el que hay que luchar para evitar la extinción planetaria.

Si primero fue aquella niñata vocinglera convertida en una suerte de nueva Juana de Arco paseada, de la mano de sus padres, por los distintos foros internacionales, ahora toca tragarnos a esos grupos de adolescentes, en los que lleva siempre la voz cantante una joven vestida de forma desenfadada y provista de una monopatín, que trata de convertirse en todo un paradigma pregonando que, por la salud del planeta, ella solo se viste con ropa “sostenible”, que solo compra productos “sostenibles” y otras tonterías por el estilo de las que, a buen seguro, ni tan siquiera conoce su significado.

Como en otras ocasiones han buscado títeres que, manejados a su antojo, les sirvan de tapadera para sus oscuras intenciones que no son otras que lograr el todavía mayor enriquecimiento y, de paso, ejercer un control totalitario sobre la población mundial de acuerdo con la doctrina emanada del siniestro foro de Davos y de otras cumbres parecidas, donde se gestiona, a puerta cerrada, por medio de las Agendas 2030 y 2050, el futuro de la humanidad.

El modus operandi es el mismo de siempre, primero, la inoculación del terror a base de advertirnos de que la caja de Pandora está próxima a abrirse en forma de calentamiento del planeta que provocará grandes catástrofes y para evitarlo tendremos que seguir, al pie de la letra, los dictados de este globalismo perverso, y, más tarde, creando una doctrina a modo de nueva religión ecologista, convertida en una suerte de dogma de fe, a la que tendremos, si o si, que consagrar nuestras vidas y sacrificar nuestras libertades más elementales.

De esta suerte, ellos decidirán lo que podemos comer y lo que no; con que ropa podemos vestirnos; en que medios de locomoción podemos viajar; cuando podemos encender las calefacciones y el aire acondicionado; en definitiva, sacrificar nuestras libertades y derechos en aras a esa “sostenibilidad” que tan de moda se ha puesto en los últimos tiempos.

La maniobra viene de lejos, la irrupción de los movimientos ecologistas, animalistas, veganos, etc., siempre manejados por la izquierda y la ultraizquierda, no son nada nuevo y sus discursos han ido calando, poco a poco, especialmente entre los más jóvenes que se entregan, sin recato, a modo de leales adoradores, a la defensa de sus principios sin darse cuenta de la manipulación de la que están siendo objeto.

Sin embargo, detrás de ese discurso de la defensa de la salud del planeta al que fácilmente se puede enganchar cualquiera, se ocultan oscuros intereses que forman parte de una trama perfectamente orquestada y definida desde los poderes superiores globalistas.

La gran pregunta que habría que plantearse es la de quién financia todos estos movimientos ecologistas y animalistas y, por supuesto, quién hay detrás de ellos y, sobre todo, quién se beneficia del resultado final de la operación en el supuesto nada improbable de que concluya con éxito.

Llevan años advirtiéndonos de que una parte de la tierra se desertizará; de que otra quedará sumida bajo las aguas; de que la temperatura del planeta subirá no se sabe bien cuántos grados, etc., poniendo incluso fechas fijas para que sucedan tales desastres y una vez rebasada la fecha señalada sin que tales efectos hagan acto de presencia, esta se amplía sin recato a otro horizonte que, aunque cercano, nunca llega.

Por lo tanto, a partir de ahora y siempre con el pánico debidamente inoculado por medio de la advertencia seria de que si no somos buenos y nos portamos bien de nuevo se abrirá la gran caja de Pandora y de ella saldrán, a modo de castigo globalista, no solo nuevas epidemias sino también grandes catástrofes que asolaran nuestro querido planeta azul, nuestras libertades se verán limitadas y todos tendremos que marcar el paso impuesto por esos movimientos globalitarios cuyo único objetivo es acabar con nuestra forma tradicional de entender la vida.

Afortunadamente, cada vez se alzan más voces críticas, incluso procedentes de dentro, que advierten de las oscuras intenciones de estos movimientos globalitarios que se ocultan tras la “bondadosa” careta de la supuesta salud planetaria de la que, por cierto, ya estoy harto.

Autor

Eugenio Fernández Barallobre
Eugenio Fernández Barallobre
José Eugenio Fernández Barallobre, español, nacido en La Coruña. Se formó en las filas de la Organización Juvenil Española, en la que se mantuvo hasta su pase a la Guardia de Franco. En 1973 fue elegido Consejero Local del Movimiento de La Coruña, por el tercio de cabezas de familia, y tras la legalización de los partidos políticos, militó en Falange Española y de las J.O.N.S.

Abandonó la actividad política para ingresar, en 1978, en el entonces Cuerpo General de Policía, recibiendo el despacho de Inspector del Cuerpo Superior de Policía en 1979, prestando servicios en la Policía Española hasta su pase a la situación de retirado.

Es Alférez R.H. del Cuerpo de Infantería de Marina y Diplomado en Criminología por la Universidad de Santiago de Compostela.Está en posesión de varias condecoraciones policiales, militares y civiles y de la "F" roja al mérito en el servicio de la Organización Juvenil Española.

Fundador de la Comisión Promotora de las Hogueras de San Juan de La Coruña, del Museo Policial de la J.S. de Policía de Galicia y de la Orden de la Placa y el Mérito de Estudios Históricos de la Policía Española.

Premio de narrativa "Fernando Arenas Quintela" 2022

Publicaciones:
"El Cuerpo de Seguridad en el reinado de Alfonso XIII. 1908-1931" (Fundación Policía Española)

"La uniformidad del Cuerpo de Seguridad en el reinado de Alfonso XIII 1887-1931 (LC Ediciones 2019)

"Catálogo del Museo Policial de La Coruña". Tres ediciones (2008, 2014 y 2022)

"Historia de la Policía Nacional" (La Esfera de los Libros 2021).

"El Cuerpo de la Policía Armada y de Tráfico 1941-1959" (SND Editores. Madrid 2022).

"Policía y ciudad. La Policía Gubernativa en La Coruña (1908-1931)" (en preparación).


Otras publicaciones:

"Tiempos de amor y muerte. El Infierno de Igueriben". LC Ediciones (2018)

"Historias de Marineda. Aquella Coruña que yo conocí". Publicaciones Librería Arenas (2019).

"El sueño de nuestra noche de San Juan. Historia de la Comisión Promotora de las Hogueras de San Juan de La Coruña". Asociación de Meigas (2019).

"Las Meigas. Leyendas y tradiciones de la noche de San Juan". Comisión Promotora de las Hogueras de San Juan de La Coruña (2011).

"Nuevas historias de Marineda. Mi Coruña en el recuerdo". Publicaciones Arenas (2022). Ganadora del premio de ensayo y narrativa "Fernando Arenas Quintela 2022".
Últimas entradas
LEER MÁS:  Señores, esto es la Europa de hoy. Por Julio Merino