Así se ha vendido España. Por Julio Merino

Cada día queda más claro, para todo el que quiera verlo (y hasta un ciego puede hacerlo), que no hay un solo cerebro democrático que funcione razonablemente, ni uno solo:

1º Han pasado 47 años desde que España inició la senda infernal de la democracia (algo totalmente contrario a la fe en Dios, Padre, Hijo y Espíritu Santo, un solo Dios trino. ¿Por qué contrario a Dios? Porque el mismo Señor Jesucristo nos enseñó que son pocos los que siguen el camino tortuoso de la salvación y que son muchos los que van camino de la perdición, porque Jesucristo mismo hizo tanto bien que ni todos los libros del mundo contendrían sus milagros, y, aún así, la gente prefirió a Barrabás y pidió mayoritariamente (obviamente no todos) su crucifixión. Si Cristo es la bondad y la misericordia infinitas, ¿quién como Dios? ¿Quién mejor que Él para el poder? ¿Puede uno solo «bueno» batir los resultados «electorales» de Jesucristo Nuestro Señor, Dios y Hombre verdadero, frente al asesino y ladrón Barrabás? Pues nada, 47 años despúes, incluso entre los más afamados teólogos, papas, cardenales y obispos, la opinión mayoritaria es puramente democrática, en un sentido progresista o conservador. Que Dios nos ampare a todos). En estos 47 años, una España unida, católica y próspera dejada por san Francisco Franco, caudillo de España, ha devenido en una España dividida hasta el tuétano, no atea, sino anticristiana y camino de la ruina material total, quebrada y esclava de los enemigos de España (ONU, OMS, China, UE, OTAN, Marruecos, Foro Davos, Masonería internacional, internacional socialista, foro de Sao Paulo, OCDE, etc.), que son los que están pagando las pensiones, las nóminas de los funcionarios, las multimillonarias subvenciones a centenares de miles de empresas (sobre todo las del IBEX) para evitar que sean liquidadas y mandar al paro a millones de españoles más, y del criminal BCE, artífice de la inflación persistente que estrangula a los más pobres. Hoy España vive del narcotráfico en la roja Hispanoamérica, del tráfico de inmigrantes, del aborto, la eutanasia y a saber qué maldades sin tope cada vez mayores. Que Dios nos ampare de todo demócrata.

2º La democracia es el culmen de la egolatría, el narcisismo y de la mentira humana. Presupone el demócrata, progre o conservador, que con su voto puede elegir quién gobernará su país (muerde de lleno el anzuelo de satanás, el anzuelo de la vanidad), como si él/ella y solo él/ella eligiera quién gobernará (por supuesto que sin asumir responsabilidad alguna por el voto emitido, hasta que caigan en manos de Dios, que entonces veremos si se ponen tan farrucos democráticos). El votante se cree el ombligo del mundo en la democracia, que él tiene el poder en sus manos, aunque sea totalmente ciego a los frutos del árbol democrático, por lo que se ve, y aunque su ninguneo y el despotismo democrático que padece no le hacen reaccionar en modo alguno como debe reaccionar, no volviendo a votar nunca jamás, cortarse la mano antes de acercarse a una urna (si tu mano te lleva a pecado mejor córtatela, más vale entrar manco en el Reino que ser arrojado a la gehenna de fuego con ambas). Pobre necio. Si eso es un correcto funcionamiento de la razón, del cerebro humano y de la inteligencia, no cabe duda que el infierno es un macromanicomio de locura y llamas en el que los ególatras padecen lo indescriptible por descubrir que ellos mismos no son Dios Todopoderoso. La democracia es para aquellos que odian la cruz, que no entienden la Pasión del Señor ni quieren imitarle, es para aquellos que no creen en otra vida más allá que esta, es decir, para los que no creen en Cielo, Purgatorio e Infierno, para los que prefieren placeres, hedonismo, títulos, adulaciones, «visibilidad», fama y todo tipo de prebendas, no para los que sospechan que todo eso puede ser un señuelo para una eternidad alejado de Dios, algo que ni un solo hombre o mujer sensato puede tolerar en su vida, independientemente que la cercanía a Dios acarree todo tipo de males, desprecios, odio, lapidaciones, condenas, muerte. La democracia es para los que no comprenden que la Cruz es necesaria para la salvación, como el sufrimiento es inherente al que verdaderamente ama. La democracia es para los que se buscan a sí mismos, para los narcisos, para los ególatras, para los que no saben darse por el bien de los que ama, los que no comprenden que «no hay mayor amor que dar la vida por tus amigos». La democracia es mentira, engaño, manipulación, hipocresía y maldad, mucha maldad, mucho egoísmo (mi patrimonio y mi poder que nadie lo toque). Pero sobre todo, es insensatez. Que se rasguen las vestiduras el mundo democrático entero, pero o reina Dios entre nosotros, con sus Evangelios, con su Palabra, o no hay salvación posible, de España, de cualquier otra nación o del mundo entero.

3º En estos 47 años ni un solo gobierno ha tenido la democrática idea, tan siquiera, de cambiar la forma de elección del gobierno, con elecciones a doble vuelta (como en no pocos otros infiernos democráticos, Francia sin ir más lejos), en la que a la segunda votación concurran solo las dos fuerzas más votadas, aunque los diputados queden establecidos en la primera vuelta. No. Los mezquinos, miserables, criminales, corruptos y maquiavélicos intereses de unos y otros, que han disfrutado de mayorías absolutas en algún momento para cambiar el sistema de elección, se lo impide. Ahora llega el llanto y el rechinar de dientes hasta la última muela, la acusación mutua, la condena mutua, la violencia, la desesperación, la horca que espera,…. Es que ni siquiera son demócratas honrados. Ni eso. Son bandidos y criminales corruptos unos y otros, anticristos sin paliativos. Son el ¡quítate tú, que ahora robo yo! ¡Quítate tú, que a España la destruyo yo y solamente yo, hablando catalán en público o en la intimidad, mientras al español no lo defiende nadie! ¡Quítate tú que a ETA la libero o reagrupo yo a escondidas, mientras la condeno en público si estoy en la oposición!…

4º En estos 47 años se ha formado una macro estructura de prostitución (macro corrupción por un plato de lentejas) generalizada en España cual no la hubo en ella en toda la historia, ni siquiera durante la invasión musulmana ni con Napoleón, en cuyo caso la reacción popular de las gentes sencillas fue totalmente cristiana y honrada. Hoy, la inmensa mayoría de la población, no tiene valores ningunos (no se han montado los disturbios que se han montado en Ferraz en las clínicas abortibas, por ejemplo, tanto que se habla de «salvar España», eso sí, sin revienta manifas violentos. O sea, que el monopolio de la violencia corresponde en exclusiva a los marxistas y antiespañoles. Ellos sí que tienen licencia para matar dondequiera que estén, como Marx llamaba a la violencia a los comunistas para implantar su dictadura, incluso suprimiendo al heterodoxo Bakunin). Hoy hay un rechazo a Dios entre los españoles aterrador, que congela el corazón. Jesucristo es odiado por una inmensa mayoría, su Palabra es despreciada como «fascismo» y su amor infinito en la Cruz, objeto de odio y mofa del modo más insensato que quepa imaginar. Eso sí, algunos pretenden «salvar España» sin contar con el Señor, así de chulos y de heroicos se muestran, eso sí, si hay sangre, que la derramen los demás. Hoy es prácticamente imposible encontrar una actividad económica supuestamente «legal», pública o privada, que no esté impregnada de corrupción hasta las trancas. Lógico que se quiera legalizar la corrupción como forma de vida. Y eso teniendo en cuenta la economía y el orden material de la vida. Del moral, en términos cristianos, mejor ni hablar. Hoy no hay trabajo en España, como en el mundo occidental al que tanto se trató de emular desde la tan idolatrada transición, no. Hoy hay prostitución generalizada. Se vota a cambio de dinero, de puestos de trabajo o de responsabilidad, de puertas giratorias, de subvenciones multimillonarias, de contratos públicos firmados a 100 y cobrados a 300, de paguitas, pers, becas y todo tipo de «servicios» propios de los hijos de la Gran Ramera de Babilonia. Que Dios nos libre de todo esto.

5º Y dirán luego, cada votante, que si no votan a x, vendrá y, y les quitará hasta las muelas de oro, que les quitarán paguitas, subvenciones, becas, subsidios, contratos, etc., que por eso, y no por el aborto, la eutanasia, el divorcio, la manipulación de embriones, la ideología lgtbi+ y de género, los trans, etc., votan unos a x, otros a y, otros a z. Por eso, por dinero y nada más. Eso sí, no se les ocurre, en su retorcida mente que trata de justificar su corrupción, su macro pecado, ni por lo más remoto, que aquí en España hubo padres de familia con esposa, abuelos a cargo, hijos y parientes en su casa, que sufrieron torturas en «cárceles del pueblo» como la de los de Ferraz, y asesinato en masa (fusilamiento y tiro en la nuca en el caso que no sufrieron otras macabras vejaciones) por no querer abjurar de su fe, por no querer apostatar, por no querer escupir sobre una imagen del Señor, de la Santísima Virgen María, de los santos o ángeles, por no querer pisar una estampita, por no dejar de rezar y por perdonar incluso a sus asesinos. ¿Puede un español o un ciudadano de cualquier nación del mundo, independientemente de su familia y seres amados, dar algo más que su propia vida por el que dio su Santísima Vida y su Preciosísima Sangre por todos, incluso por los que hacen desde hace 47 años en España todas estas salvajadas y las que les quedan mientras Dios permita que abusen así de su Infinita Bondad y Misericordia?¿Puede haber un ejemplo mayor de entereza, grandeza, nobleza y generosidad de no querer ofender a Dios ni siquiera ante la amenaza de ser asesinado? Y si la respuesta de los pocos o algo sanos que aún queden es un no rotundísimo, ¿qué ESPAÑA es la que queréis?¿Qué habéis construido estos 47 años?¿En qué oscuros manejos habéis estado metidos todos estos años para haber llevado a la nación más devotamente católica, la más ardientemente fiel a Cristo y a María Santísima, la que más santos, santas, mártires, misioneros, místicos y soldados de Cristo ha dado al mundo hasta el día de hoy, la que ha difundido por todo el planeta el Nombre sobre todo nombre, la Palabra que está junto a Dios y que es Dios, derramando la sangre de sus hijos en los 5 continentes, a la situación de podredumbre espiritual democrática (relativismo moral vomitivo) a la que la habéis llevado guiados por el padre de la mentira, el demonio y sus vástagos? ¿Qué ESPAÑA, nación bimilenaria de Jesucristo y de su Santísima Madre, queréis? ¿Una España de mercaderes y empresarios ciegos a toda fe, esperanza y caridad, una España de políticos, vasallos de la mentira y de satanás, una España de demócratas ególatras buscadores de sí mismos, su dinero, su patrimonio, su paguita o su subvención, una España como las naciones ateas o protestantes o judías o musulmanas, de enemigos de Cristo?¿Es esa la España que queréis, una España democrática a vuestra propia subjetiva conveniencia de hombres o una España a conveniencia y conforme a Dios Nuestro Señor, Padre, Hijo y Espíritu Santo tal como nos la enseñan los santos y las Sagradas Escrituras, una España que Dios hará como nueva como con todas las cosas?