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Uno de los episodios más interesantes y menos conocidos de la Conquista y evangelización hispánicas de América es la olvidada gesta de la Conquista de Itzá, que fue llevada a cabo en 1697 por el capitán navarro Martín de Ursúa y Arizmendi, natural de Arizcun, Navarra. Lo que se conocía como Itzá era un territorio en Centroamérica de unos 70.000 kilómetros cuadrados que se encontraba en torno a la laguna de Petén Itzá, en un área en la que confluyen territorios actualmente pertenecientes a México, Guatemala y Belice. En la época hispánica este territorio estaba situado entre la Capitanía General de Guatemala y Yucatán, desde el golfo de Honduras, hasta la Alcaldía Mayor de Chiapas.

Esta zona de junglas y bosques espesos, habitada por indígenas lacandones, choles y manches, fue el último reducto de la civilización maya y en ella habían fracasado todos los intentos de penetración española durante casi 200 años. Los indios más combativos de esta zona eran los itzaes, que habían repelido diversos intentos de penetración militar y religiosa hispánica en la región. Finalmente lo logró la expedición militar liderada por D Martín de Ursúa y Arizmendi, en 1697. En esta conquista hubo difíciles batallas contra los indios, pero también tuvo un gran papel la diplomacia y la capacidad negociadora de Arizmendi, así como la entrega generosa de muchos frailes y religiosos, que en algunos casos dieron su vida, por la evangelización de los indígenas, que finalmente pudo llevarse a cabo. No obstante, algunas décadas más tarde parte del territorio más inaccesible sería abandonado por las tropas hispánicas.

Esta es la historia que cuenta la “Historia de la Conquista de Itzá”, de Juan de Villagutierre, publicada en Madrid en 1700. Se trata de una extensa Crónica de casi 600 páginas, que explica con detalle todos los intentos militares y religiosos españoles previos de penetración en la zona, así como la conquista a cargo de Martín de Ursúa. Villagutierre fue un funcionario del Consejo de Indias que nunca estuvo en América, pero que, aun así, fascinado por este tema, recopiló una gran cantidad de documentos y escribió una crónica detallada con una minuciosidad y un sentido crítico admirables, y con un estilo ameno y ágil. Esta auténtica gesta misional y colonizadora olvidada es en buena medida conocida, gracias a la obra de Villagutierre.

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La obra es además una gran fuente de conocimiento etnográfico y geográfico de la región. Este libro estuvo casi olvidado durante siglos. Se recuperó con la publicación en Estados Unidos en 1983 de una edición de esta obra traducida al inglés. En 1985 se reeditó también en español dentro de la excelente colección Crónicas de América, de Historia 16, que se publicó de cara al Quinto Centenario del Descubrimiento de América.

En definitiva, una interesante obra sobre una relevante conquista llevada a cabo durante los últimos años del reinado de Carlos II, un período que se suele asociar a una fuerte decadencia pero que en los últimos años está siendo reinterpretado por algunos historiadores como el inglés Cristopher Storrs, que ponen en valor la capacidad de resistencia militar del Imperio español en esta época. Una época en la que como vemos, el Imperio aún se expandía en América. También en Venezuela y en el norte de Argentina se ampliaba territorialmente la presencia hispánica en estos años.

Autor

Rafael María Molina