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Finalizados los ecos mediáticos de la reciente convención popular y extinguidos los incomprensibles aplausos y luminarias de ordenanza en loor de un tal Pablo Casado, mi innata ideología de derechas y mi civismo me obligan a dirigirme a mis compatriotas a los efectos derivados de este escrito, y a los dirigentes del PP invitándoles a corregir su infausta deriva.
La trayectoria política del Partido Popular se caracteriza por un continuo declive que comienza con José Mª Aznar, pionero de la conchabanza con el independentismo y catalanohablante en familia, que desmanteló el PP catalán renunciando a la contienda ideológica, ante la izquierda en España por falta de «arrestos» y ante los independentistas en Cataluña para complacerles por necesitarles en Madrid para gobernar España, castigando a las clases medias con elevados tributos para mantener una profusa y estéril estructura territorial difícil de sostener con los presupuestos generales del Estado.
Cabe reseñar que entre los invitados a la boda de la hija de Aznar, de la que 18 de los invitados están imputados o han tenido problemas con la justicia, figuraban Francisco Correa Sánchez, alias «Don Vito», y Álvaro Pérez, alias «El Bigotes», empresarios condenados por la trama de corrupción conocida como Caso Gürtel que, según la el sumario del caso instruido en la Audiencia Nacional y confirmado por el propio novio a un conocido medio de comunicación, pagó 32.452 € por la iluminación de la boda, dispendio que el matrimonio Aznar consideró «un regalo más».
El conocido fenómeno de «puertas giratorias» que permite a los políticos pasar indistintamente de la Administración pública a la empresa privada por motivos y con fines no siempre confesables, después de la presidencia del Gobierno ha proporcionado a Aznar cargos relevantes con espléndidos sueldos en importantes empresas españolas, eléctricas entre ellas, y extranjeras.
Continúa la agonía del PP con Mariano Rajoy cuya flagrante cobardía ha sido reprobada en toda la Vía Láctea, sacrificando todo principio y valor a la Economía y practicando con el independentismo una política transigente que ahora estamos pagando, negándose cerrilmente a dimitir porque su cerebro de casta aparte no concebía la aprobación de una moción de censura que le obligara a abandonar la política, lo que permitió a Sánchez mortificarnos con un insomnio que se está prolongando demasiado.
La agresión que actualmente sufren nuestros bolsillos para hacer frente a la factura de la luz se deriva
de lo dispuesto en la Ley 24/2013, de 26 de diciembre, del Sector Eléctrico, en cuyo texto figura la firma del infrascrito como presidente del gobierno a la sazón.
Pablo Casado, que no piensa pero existe sin convencer a nadie, distinguido huésped permanente de la idiocia, el peor presidente del PP según los resultados de las distintas elecciones, en posesión de discutidas y discutibles titulaciones académicas, sin ocupación útil conocida fuera de la política, lacayo de su principal oponente político al tiempo que agresor de su afín ideológico cuyo apoyo gratuito desdeña tanto como necesita, incapaz de convencer a nadie y provocador de disputas en el partido para continuar en su sillón de mando y exterminarlo con sus veleidades de saltimbanqui ideológico más propias de un político veleta que de un gobernante con firmes convicciones leales a su electorado.
Este descerebrado insulta a sus militantes, simpatizantes y público en general presentando a sus predecesores en la convención del PP como avalistas de sus vanas pretensiones, para alardear de sus arbitrariedades, errores, y omisiones, y a Nicolas Sarkozy, expresidente de la república francesa considerado por Casado como ejemplo de buen gobierno y gestión, condenado el 31 de marzo pasado a tres años de cárcel firme por corrupción y tráfico de influencias y, el pasado jueves 30 de septiembre, a un año de prisión firme por financiación ilegal de su campaña presidencial de 2012 y a llevar un brazalete electrónico que controle sus movimientos.
La presuntuosa jactancia del secretario general del PP y fullero compra votos de Murcia, Teodoro García Egea, le ha llevado a afirmar recientemente que en Génova 13 ya están preparando las primeras sesiones del Consejo de Ministros que Pablo Casado encabezará si se convierte en el próximo presidente del Gobierno, cometiendo la temeraria sandez de vender la piel del oso antes de cazarlo.
Almeida, escudo protector y marioneta del dúo Casado-Egea para posibilitar la continuidad del primero al frente del partido y saltar a La Moncloa, pluriempleado como todavía alcalde de Madrid y portavoz del PP, de familia católica y exalumno de un colegio del Opus Dei, en una reciente entrevista en un medio escrito ha defendido la celebración del Orgullo gay en Madrid – a buen seguro por el impacto económico de l200 millones de euros que supone para Madrid – confesando respetar el marco legal sobre el aborto en España, lo que revela una repulsiva carencia de principios, valores y compañerismo contraria a la ética y moral que se supone debería practicar.
Desde el 15 de junio de 2019, fecha en la que tomó posesión de su cargo, he dirigido numerosos escritos a este pobre diablo con la documentación demostrativa pertinente, solicitándole que respete la Ley Orgánica 9/1983, de 15 de julio, reguladora del derecho de reunión, en la tramitación de actos religiosos en la vía pública, obteniendo por toda respuesta un desdeñoso silencio que implica la discriminación de la población católica.
Hace más de 4 años, he dirigido numerosos escritos a otros dirigentes del PP en general y de la Comunidad de Madrid en particular solicitándoles el cumplimiento de la Ley Orgánica 9/1983, de 15 de julio, reguladora del derecho de reunión, en la tramitación de actos religiosos en la vía pública, obteniendo por toda respuesta su displicente silencio equiparándose con ello a Esther Gómez Morante, del partido Más Madrid, antes Ahora Madrid que, vulnerando la precitada normativa y amparándose en atribuciones ilegales, denegó la procesión del Corpus Christi a mi parroquia castrense el 29 de mayo de 2016.
María Concepción Dancausa Treviño, actual Consejera de Familia, Juventud y Política Social, y Luis Martínez-Sicluna Sepúlveda, actual suplente de la Secretaría General Técnica de la Consejería de Transportes, Movilidad e Infraestructuras, en anteriores cargos de delegada y subdelegado del Gobierno en Madrid respectivamente – estos chicos valen para todo y no sirven para nada – vulneraron reiteradamente la precitada Ley Orgánica 9/1983, de 15 de julio, reguladora del derecho de reunión, en la tramitación de actos religiosos en la vía pública, a pesar de mis reiterados requerimientos para impedirlo.
Desde el 19 de agosto de 2019, fecha en la que Isabel Díaz Ayuso alcanzó la presidencia de la Comunidad de Madrid, a ella y a sus consejeros, especialmente a David Pérez García, actual Consejero de Transportes e Infraestructuras y exjefe de los aludidos como ex Consejero de Vivienda y Administración Local, les he dirigido varios escritos solicitándoles el cese de los aludidos para evitar el escándalo que supone premiarles la reiterada transgresión de la Ley Orgánica 9/1983 con un alto cargo remunerado con un suculento sueldo.
Los frutos de la gira de cinco días de la interfecta a los Estados Unidos, completamente desapercibida para los medios estadounidenses, pueden cifrarse en un gasto más a cargo de los madrileños, la foto que se hizo a los pies de la estatua de Isabel La Católica en Washington ante la sede de la Organización de los Estados Americanos (OEA).
Estos individuos menosprecian al ciudadano que les informa en sus escritos que la presencia en el actual gobierno de la Comunidad de Madrid de 2 personas – delincuentes según el diccionario de la Real Academia Española de la Lengua – que en anteriores cargos han vulnerado reiteradamente la citada Ley Orgánica 9/1983, de 15 de julio, discriminando a la población católica demostrando con ello que incumplir la ley supone para ellos una proeza merecedora de recompensa, provoca el rechazo del electorado que elige otras opciones para conjurar el peligro de verse expuestos al menosprecio o a cualquier otra afrenta por parte de Pablo Casado y sus prosélitos si lamentablemente llegan al Poder, Dios no lo quiera.
Es incuestionable que esta indigna ejecutoria, más propensa al autoritarismo que a la rapiña, es el denominador común de los dirigentes del PP que creen tener derecho a todo, incluso a transgredir una Ley Orgánica reguladora por tanto de un derecho fundamental.
El Diccionario de la Real Academia Española de la Lengua define como convención la «reunión general de un partido político o de una agrupación de otro carácter, para fijar programas, elegir candidatos o resolver otros asuntos» cuyo parecido con la reciente Convención Nacional del PP es mera coincidencia y una prueba más de la arbitrariedad de los aludidos.
Además de no infundir más sentimiento que el asco, los hechos expuestos manifiestan una patológica soberbia de sus autores, discapacidad que suele afectar a pobres infelices mortales que se encuentran repentinamente con una miserable cuota de poder.
El decoro, dignidad y autoestima de la militancia del PP son incompatibles con la continuidad en el partido de los autores de los hechos expuestos, que no pueden contar con la pasividad del militante para continuar actuando como a estos caciques venidos a menos les venga en gana sin reprobar públicamente su calidad moral e intelectual ni adoptar las medidas que las circunstancias demandan para evitar que destruyan el partido y consiguientemente España.
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