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La que ha presentado, y ha sido admitida a trámite el 2 de Abril, el “Grupo Parlamentario Esquerra Republicana-Euskal Herria Bildu”, es decir, los traidores a España, por la que pretenden modificar la Ley Orgánica 10/1995 del Código Penal a fin de “despenalizar las injurias a la Corona y los ultrajes a España” (Boletín Oficial de las Cortes Generales Núm.37 de 02.04.2020 Pág.2), so pretexto de una ladina y degenerada interpretación del concepto de libertad de expresión. Proposición no sólo indecente, sino a todas luces infame, totalitaria, inconstitucional y antidemocrática; o sea, lo que ellos y sus seguidores son.

Para tamaña villanía, los pervertidos mentores de tal barbaridad han aprovechado que el coronavirus pasa por España, y que nadie parece preocuparse de otra cosa, para colar semejante gol. Pero también, y esto es esencial, han aprovechado hábilmente que con tal excusa, que no razón, sus aliados y amparadores seculares, socialistas (PSOE) y comunistas (Podemos), han conseguido lo que ni en sus más delirantes fantasías soñaron jamás Lenín, Stalin, Largo Caballero, Prieto, Pasionaria o Carrillo: la sumisa aceptación por la clase política, menos VOX, y por los españoles, menos nosotros, de la ilegal suspensión de las garantías constitucionales individuales; la clausura del Congreso; el férreo confinamiento y control policial y militar de toda la ciudadanía; la censura de los medios de comunicación libres; el apabullante uso torticero y propagandístico de los afines; la criminal eliminación física de ciertos sectores de la población, y, además, sentar las bases para un periodo de ruina y miseria económica descomunal, caldo de cultivo imprescindible de su degenerada ideología marxista, necesario para movilizar con su demagogia habitual a las masas a fin de asegurarse el poder total para siempre. Es decir, la imposición de una dictadura en toda regla; esta sí real, no como aquella pretendida hoy por ellos mismos, y que no lo fue ni por asomo… comparen.

Los atontados españoles no se dan cuenta de que los frentepopulistas, ahora en el poder, no están perdiendo el tiempo ni dando puntada sin hilo, sino trabajando, sottovoce, pero a pleno rendimiento de cara al “día después”. El problema es, como siempre desde hace varias décadas, que los partidos y líderes políticos “constitucionalistas”, o sea, los que van de “españoles”, siguen sumidos en su natural estulticia, cobardía y corrupción moral y material de siempre –menos por ahora VOX, a quien hay que alabar su oposición frontal a cualquier componenda y su exigencia de dimisión del Gobierno y sustitución por uno de emergencia nacional para después ir a elecciones generales de cabeza–, de forma que el Frente Popular Bis sabe que no sólo no tiene a nadie que le tosa, sino que incluso tiene en ellos quien, llegado el momento, le va a ayudar a lavarse la cara; y es que son más dañinos los tontos y los ingenuos, caso de que en el PP lo sean, que los malos.

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Muy posiblemente la indecente proposición, cuando se debata, no salga adelante, pues ni siquiera el PSOE la apoyará; no por falta de ganas, sino por cuestión de imagen coyuntural. Pero el hecho sirve para comprobar hasta qué nivel de degeneración hemos llegado en nuestro errado concepto de la democracia y de la libertad de expresión, que incluso algunos se ven con fuerza para proponer lo dicho.

¿Se imaginan que en Francia, Reino Unido, los EEUU, Italia, Alemania… puedan si quiera concebir que ningún partido, ni el más alucinado, pudiera proponer algo semejante? ¿Creen que, en dichas democracias, que lo son, cabe la más mínima posibilidad de contemplar tal barbaridad? ¿Creen que en ellas se permite que existan legalmente partidos y dirigentes políticos, además todos subvencionados, cuyo único objetivo declarado sea la destrucción de la propia nación? Por último: ¿creen que en dichos países serían legales ERC, Bildu o… el PSOE y Podemos?

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Francisco Bendala Ayuso