Getting your Trinity Audio player ready...
|
Al cumplirse dos años de la subida al poder de los nazis, el 1 de enero de 1935 quedaba constituida oficialmente la «Deutsches Anhenerbe», subtitulada, «sociedad de estudios para la historia antigua del espíritu», y que pronto sería conocida como «Herencia de los Ancestros». Himmler dio la orden para la constitución de la sociedad, inspirado por Hermann Wirth, profesor holandés, especialista en el estudio del germanismo. Su afiliación al NSDAP data de 1925. El primer departamento de la organización fue creado directamente por Wirth, era el Instituto para el Estudio de la Escritura y de los Símbolos, que prestaba particular atención al estudio del antiguo alfabeto rúnico que tanta importancia tuvo en la simbología del nazismo. El mismo símbolo de la Ahneberbe era una runa. La runa de la vida.
Dentro de ella se efectuaron una gran mayoría de estudios de gran valor, trabajos de arqueología y de todo tipo.
Dentro de la Ahnenerbe figuraba un Instituto de Investigaciones Científicas para la Defensa Nacional. De este Instituto partieron experimentos anticancerosos en 1939, los primeros del mundo.
En 1941 el doctor Sigmund Hascher crea en este campo de concentración un Instituto de Medicina Aeronáutica para dar solución a los aviadores alemanes caídos en el mar.
Expediciones a muchos lugares del mundo, estudio de culturas asiáticas o sudamericanas, además del tema ario.
Las actividades científicas de la organización hicieron que se filtraran en sus filas elementos de dudosa estabilidad psíquica entregados a experimentos extravagantes. Wilhem Hirt, solicita «cráneos de comisarios judíos» para analizar sus medidas antropométricas. Algunos de estos «científicos» cometieron notorios excesos siendo detenidos por la Gestapo; tal es el caso de un tal Doctor Rascher, acusado de rapto de niños. Será ejecutado por los propios nazis en marzo de 1945.
Lo cierto es que la mayor parte de la Ahnenerbe no estaba formada por este tipo de «científicos locos»… pero sobre estas prácticas fragmentarias y sobre estos sujetos aislados se construyó la acusación de «crímenes contra la humanidad» contra los dirigentes de la institución.
ROSEMBERG Y HIMMLER: DOS SENSIBILIDADES DIFERENTES
Los escritos de Wirth no eran apreciados en absoluto por Rosemberg, que vetó su difusión en el partido provocando el distanciamiento durante unos años del profesor holandés hacia el NSDAP. La razón del enfrentamiento es, seguramente el carácter universitario y profesoral de las tesis de Wirth que chocaban con el intuicionismo de Rosemberg, especialmente en lo referido a los límites del germanismo.
Pero en 1934 Wirth venció el cerco impuesto por Rosemberg y pudo entrevistarse personalmente con el Reichführer. A las pocas semanas empezaría a relacionarse con Walter Darré. Ambos, Himmler y Darré, uno desde las SS y otro desde el Ministerio de Agricultura estuvieron de acuerdo en impulsar una sociedad que estudiara el origen del germanismo y diera sólidas bases científicas a la doctrina oficial del partido.
Era evidente que Rosemberg podía creer que le estaban «segando la hierba bajo los pies»… éste reprochaba a Wirth el contenido de su obra «¿Qué es el alma alemana?» a la que acusaba de racionalista.
Pero la cooperación Himmler-Darré no podía durar por mucho tiempo, ambos partían de concepciones diametralmente opuestas: Darré sostenía que el campesinado era el alma generadora del germanismo, Himmler, por el contrario, partía del concepto del guerrero como tronco de la tradición teutona. La referencia a una u otra casta tenían consecuencias de enfoque político de primer orden: si el germanismo tendía a una expansión hacia el Este por imperativos geopolíticos, tal expansión podía realizarse mediante la colonización agraria o mediante la conquista guerrera.
DEPARTAMENTO DE LAS SS
En julio de 1936 se creaba la Anhenerbe bajo el patronazgo de las SS y del Ministerio de Agricultura, pero poco después la ruptura entre Himler y Darré hacia que la nueva sociedad quedase incluida exclusivamente bajo el control de las SS.
En febrero de 1937, Wirth que sostenía tesis similares a las de Darré, abandonó la sociedad, siendo nombrado presidente el decano de la Universidad de Munich, Walter Wust y enlace con el Estado Mayor Personal de Himmler, Bruno Galke. Pero no se trató en absoluto de una inclusión de la Anhenerbe dentro del organigrama de las SS.
La Herencia de los Ancestros solamente entró bajo el control directo de las SS en 1944, pasando a depender de la rama de administración (WVHA). Himmler se encargaba directamente del patronazgo, quedando la dirección a cargo de Galke, Wust y Wolfram Sievers.
Walter Wust, oberfhürer de las SS, asumió la dirección científica de la Ahnenerbe en su condición de especialista en lingüística. Su fidelidad al nacional-socialismo se refleja en el título de alguna de sus conferencias; véase un botón de muestra: «Mein Kampf, reflejo de una concepción aria del mundo».
OBJETIVOS DE LA SOCIEDAD
Los objetivos de la sociedad eran fundamentalmente tres: investigar el alcance territorial y el espíritu de la raza germánica; rescatar y restituir las tradiciones alemanas; difundir la cultura tradicional alemana entre la población. Estas actividades, extraordinariamente diversificadas, hacían que se multiplicaran los departamentos en el seno de la sociedad. Llegó a tener 43, dedicados a danzas populares y canciones tradicionales, estilos regionales, folklore, leyendas, geografía sagrada, ciencias paranormales, etc.
En 1936 se constituyó el departamento de lingüística, en 1937 el de «Investigaciones sobre los contenidos y símbolos de las tradiciones populares» y un año después el «Departamento de Arqueología Germánica».
La Ahnenerbe actuaba a través de «dictámenes» sobre temas cuya opinión se solicitaba, aunque también y con frecuencia actuaba con una dinámica propia. En realidad en los pocos documentos que han llegado hasta nosotros se sabe que uno de los puntos de insistencia continuo de sus dirigentes eran los llamamientos a lograr una «posición unitaria ante las cuestiones científicas». El objetivo era lograr una ideología «total», capaz de interpretar todas las actividades de la vida y de la ciencia a su luz.
Se impulsó a través de esta sociedad la construcción de monumentos que loaran a los héroes de la revolución nacional- socialista (como por ejemplo el Memorial de las Hitler Jugeng en la isla de Rugen, construido en honor de Hans Mallon, joven hitleriano asesinado en 1931), se realizaron excavaciones arqueológicas, se conservaron monumentos de la historia alemana (incluidas la sinagoga Staranova de Praga del siglo XIII o el cementerio de Worms, en el Rhineland), etc.
Es curioso constatar también como la Ahnenerbe no se preocupó solamente de actividades intelectuales, la forja del carácter y ciertas actividades deportivas ocuparon parte de su tiempo. En particular la Ahnenerbe daba gran importancia al alpinismo y la espeleología hasta el punto de que un SS que quisiera ascender en la jerarquía de la organización debía destacar en algún deporte en particular en aquellos cuya práctica supusiera una forja del carácter.
Los dirigentes nazis apenas realizaron referencias públicas a la Anhenerbe. Solamente consta en 1937 una alusión realizada por Himmler tras el descubrimiento en Altchristenburg, Prusia Oriental, de un poblado germánico protohistórico antiquísimo (que refutó las tesis de la Prusia eslava conquistada por los Caballeros Teutónicos y privó de argumentos científicos a las reivindicaciones eslavas), el Reichführer propuso que allí donde se encontrara una compañía de las SS debían ser impulsados los centros culturales de la Anhenerbe.
LOS MISTERIOSOS JEFES DE LA ANHENERBE
El misterio que rodea a la Ahnenerbe no se desvelará tras la guerra: los archivos de la organización serán destruidos en su mayor parte y los historiadores e investigadores serios se preocuparán solo parcial y fragmentariamente de la institución. Andre Brissaud escribe que los trabajos de la sociedad eran «asuntos secretos del Reich» y comprendían desde lengua y literatura germánicas hasta yoga y zen, doctrinas esotéricas e influencias mágicas sobre el comportamiento humano».
La sección esotérica estaba a cargo de Friedrich Hielscher -amigo del explorador Sven Hedin- y Wolfram Sievers, el famoso escritor Ernst Jünger colaboraron, así mismo, de la Anhenerbe.
Lo que sí parece confirmado y refieren varios historiadores es el comportamiento extraño de Hielscher en el proceso de Nuremberg: se negó a decir nada sobre la Anhenerbe y acompañó a Sievers al patíbulo. Este, por su parte, escuchó con extraña indiferencia su condena a muerte y acompañado por Hielscher, pronunció oraciones en una lengua desconocida, oraciones «de un culto que nadie conocía y del que no habló jamás», concluye Brissaud. Sievers, movilizado el 16 de junio de 1941 e incorporado a la Liebstandarte Afolf Hitler, había sido acusado de «crímenes contra la humanidad» y fue juzgado y ejecutado en 1948.
En cuanto a Hielscher su final resulta obscuro: se sabe que fue arrestado en Marburg en septiembre de 1944 por la Gestapo. Luego enviado a Berlín y liberado en diciembre de ese año. Tras testimoniar en Nuremberg a favor de Sievers desaparecerá para siempre de la historia.
Walter Wust, era el director de los trabajos científicos, mientras que Sievers se encargaba de la organización. Wust dimitió en 1943, pero esto no le impidió ser igualmente condenado a muerte en Nuremberg, siéndole luego conmutada la pena.
La dirección ideológico-cultural que la Ahnenerbe ejerció sobre las SS se fue haciendo más palpable con el paso del tiempo. Desde un principio la Ahnenerbe colaborará estrechamente en la redacción de lo esencial del contenido de la revista SS «Nordland» y de la revista de estudios prehistóricos «Germanien«. A finales de 1936 la Ahnenerbe asumirá el control de «Nordland». En 1942 se acentúa esta tendencia y la Ahnenerbe aumenta su presencia formativa en las escuelas de oficiales de las SS.
LUCHA DE FACCIONES EN LA CULTURA NAZI
El panorama de las investigaciones arqueológicas en la Alemania pre-nazi estaba dominado por el Instituto Arqueológico Alemán, institución tradicional cuya especialidad era el estudio del pasado greco-latino y oriental. Otra entidad, el Instituto Romano-Germánico de Francfort analizaba la historia y los vestigios del Sacro Imperio Germánico.
Ambas instituciones gozaban de gran prestigio internacional. Pero una tercera institución agrupaba a especialistas locales en protohistoria germánica; se trataba del Instituto Arqueológico de Marburg que defendía la tesis del origen nórdico de las poblaciones germánicas. Gustav Kossina era el principal exponente de esta tendencia que venía en ayuda de las tesis de nazis.
Los nazis lograron ya desde el inicio del NSDAP establecer una corriente de simpatía en el Instituto Arqueológico y la afiliación de varios de sus exponentes que veían en el NSDAP el ariete político para hacer triunfar sus tesis de «revolución cultural».
Sin embargo la «ciencia oficial» contemplaba con escepticismo las tesis de Kossina y de los suyos. Este inspiró hasta la fecha de su muerte -1931- la revista «Mannus» en la que sostenía que un único tronco indo-ario, que descendió del norte habría dado vida a las grandes culturas tradicionales, de la India Védica al Irán zoroástrico y de Grecia a Roma, pasando por Irlanda. La tesis era rechazada por los miembros del Instituto Romano-Germánico y del Instituto Arqueológico Alemán.
Esta polémica entre instituciones afectó y condicionó en parte las actividades de la Ahnenerbe. En 1929 Alfred Rosemberg, ideólogo oficial del NSDAP confió a un viejo militante del partido, Hans Reinerth, la creación de un departamento de estudios arqueológicos sobre el germanismo. Durante años su portavoz fue la revista «Germanien Hierba«. La decantación de los eruditos del Instituto de Marburg hacia las posiciones del NSDAP se debió en buena parte a la obra del tándem Rosemberg-Reinerth. Por su parte los miembros de las otras dos instituciones, teniendo en cuenta la nueva situación creada en Alemania tras el advenimiento del nazismo y conociendo las diferencias ideológicas y de enfoque entre Rosemberg y Himmler, decidieron apoyar las iniciativas de este último para contrarrestar los proyectos culturales del primero.
En este hecho radica la explicación -y ya hemos insistido anteriormente en este punto- de que las SS -y la Ahnenerbe en concreto- contaran con el apoyo de buena parte de la intelectualidad y la ciencia alemanas; pertenecer a las SS era, una patente de seriedad y la garantía de poder trabajar sin ser aguijoneados por la censura.
EMINENCIAS
Para formar parte de la sociedad se exigía el título de doctor universitario y los Departamentos se organizaban a modo de grupos de estudio. La sociedad mantuvo siempre una independencia de criterios que en ocasiones le llevó a adoptar posturas críticas ante el régimen, sin que en ningún momento le acarrearan represalias.
Buena muestra de la «tolerancia» del régimen ante la Anhenerbe era la presencia y colaboración con judíos o la participación en sus actividades de gentes no vinculadas al NSDAP.
Colaboradores de la Ahnenerbe fueron también Franz Altheim, especialista en el Bajo Imperio Romano y en el Imperio Alejandrino, Eric Oxenstierna especialista en cultura nórdica y en particular en la historia wikinga, o el mismo Hermann Wirth especialista en antigüedad escandinava que pudo realizar dos viajes financiados por la Ahnenerbe al extremo-norte que consideraba como foco originario de la raza aria. Este erudito y hombre de acción era de nacionalidad holandesa, pero había combatido en las filas del ejército alemán durante la guerra del 14 al 18, obteniendo al Cruz de Hierro de Primera Clase y varias menciones al valor.
LA ANHENERBE POR TODO EL MUNDO
Las actividades de la Anhenerbe son prodigiosas por su diversidad. Una parte se dedicaba a los estudios que podríamos llamar «científicos» o «antropológicos», sin embargo, las actividades «esotéricas» tenían también su lugar y, de hecho, las actividades de Sievers, Hielscher, Schaeffer (director de la expedición al Tíbet), etc. muestran que Himmler había considerado la posibilidad de utilizar a la sociedad como el impulsor de las actividades culturales que facilitaran a las SS una sólida formación doctrinaria.
En marzo de 1938 un equipo de la Ahnenerbe dirigido por Herbert Jankunh inicia una campaña de excavaciones arqueológicas en Haithabu, cerca de la frontera danesa. Se descubrirán poblados vikingos protohistóricos. Incluso durante la guerra los gobiernos colaboracionistas con los nazis llegarán a ofrecer sus lugares de interés arqueológico a los investigadores nazis. Así, por ejemplo, el rey Boris de Bulgaria, en virtud de un protocolo firmado entre él y Himmler confió a la Ahnenerbe la exclusividad de las investigaciones arqueológicas sobre el territorio de su país.
Excavaciones arqueológicas se inician luego en Grecia, Polonia y Rumania (la Dacia Hiperbórea), Croacia, con el beneplácito de las autoridades locales y su colaboración total. También los investigadores de la Ahnenerbe marchan a las regiones ocupadas de Rusia, otros investigadores alemanes excavaban en África del Norte.
EL TRISTE FINAL
En julio de 1943 cuando se inician los primeros bombardeos sobre las ciudades alemanas, Himmler ordena la creación de un «lugar de repliegue» y el 16 de agosto la Ahnenerbe se establecerá definitivamente en Waischenfelf, Franconia.
En los últimos días de abril de 1945, el centro fue desmantelado cuando los americanos ocuparon la ciudad, pero la rapidez con la que se desarrollaron los acontecimientos en los últimos días de la guerra hizo imposible el encuentro de un nuevo asentamiento.
En el camino de retirada se destruyeron miles de documentos, otros tantos se perdieron por efecto de los bombardeos. Una parte de la historia esotérica de Alemania se perdió también.
Autor
Últimas entradas
- Actualidad26/12/2023Reinventando la historia. Magnicidio frustrado. Por Fernando Infante
- Destacados15/08/2023Lepanto. ¿Salvó España a Europa? Por Laus Hispaniae
- Actualidad15/08/2023Entrevista a Lourdes Cabezón López, Presidente del Círculo Cultural Hispanista de Madrid
- Actualidad15/08/2023Grande Marlaska condecora a exdirectora de la Guardia Civil