Nebulossa y "Zorra", una apuesta artística, no sectaria. Por Ignacio Fernández Candela

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Matrimonio desde hace veinte años, con dos hijos y una perra. Está de enhorabuena el dúo Nebulossa compuesto por dos batalladores como deben de ser Mery y Mark de 55 y 47 años, respectivamente. Y me alegro. No se les ve instrumentos de sectarismo canallesco, sino un grupo familiar que aprovecha su legítima oportunidad de dar a conocer su trabajo. Son conscientes de la polémica y aceptan la crítica con sosegada humildad.

La gente puede opinar lo que quiera, no vamos a intentar convencerte de nada, dicen. Antes de ganar también expresaron los intérpretes que les gustaban para ser ganadores del Benidorm Fest. Humildad que les honra.

Los artistas poseen la capacidad y la posibilidad de ser transgresores y aunque no sea una obligación el propio ritmo del Arte obliga a la evolución de las ideas y al atrevimiento de las propuestas. Ya sea en el ámbito pictórico, escultórico, del cine, de la danza o la música suele descollar aquel que promueve desde la originalidad una nueva concepción visual y dinámica del fondo de la inspiración. Nada es mayestático cuando la creación obliga a una dinámica de renovación con libertad para especular con la visión personal de lo artístico.

Cuando desconocía la celebración del Benidorm Fest que escoge a la canción ganadora como representante del Festival de Eurovisión, podría haber sucedido, como en tantos años pasados, que no supiese ni el título de una canción ni su intérprete. Sin embargo, la polémica que es el mejor instrumento de promoción para los artistas, ha irrumpido en este caso con la canción «Zorra» interpretada por el grupo musical Nebulossa.

Con el respeto que me merece el criterio, la opinión y hasta la crítica acerada que se han vertido contra la intérprete, la puesta en escena cuestionable y la propia música con la letra, pienso que desde el punto de vista artístico no existe ninguna intención siquiera de transgresión con miras políticas, sino una atrevida y valiente escenificación argumental de una temática abordada con actitud provocativa hacia la conciencia, que no al exabrupto de la frivolización de la mujer. En las estrofas se puede entender la justificación del estribillo bastante pegadizo en cuanto a la consideración de festivalero, propio de los gustos en citas internacionales como viene siendo Eurovisión.

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Si ya la canción en sí no me parece en absoluto deleznable ni paradigmática, como estos tiempos ciertos de corrupción que nos invaden nada casualmente, al escuchar a los intérpretes se me suaviza la intencionalidad de la transgresión cuando hablan sobre la polémica respetando la crítica y los puntos de vista sin menor atisbo de sectarismo o gregarismo político. Se escucha al sentido común, a los artistas en sus distintos roles que complementan en el escenario y la visión creativa con gratitud añadida, cuando son conscientes de que incluso la edad podía ser un óbice para alcanzar este éxito previo en España.

Por todo ello, porque tiendo a escuchar a cuantos con buena intención interpretan el papel que la vida les otorga, he visto la entrevista donde han expuesto sus motivos artísticos, abarcando con madurez emotiva cuantas reacciones podrían despertar en su propuesta musical. Y después de oír los argumentos de unos y de otros, muy respetables no siendo ofensivos, digo:

1-Me alegro de que personas que se suponen no tiene ya cabida en el estrellato por cuestiones de edad, hayan conseguido esta gesta que pueda abrirles las puertas del futuro, como las ya abiertas del presente que viven.

2-Quizá la voz de la cantante no sea superlativa pero no deja de tener su singular interpretación. Nadie puede decir que Alaska cantara entonado, pero en el aparente defecto residía su carisma y originalidad.

3-El estribillo «Zorra» es escandaloso porque choca con estos tiempos en que la hipocresía sectaria del socialcomunismo maniobra a conveniencia para imponer un modo de pensar en la sociedad. La intención artística no es abrupta pero sí la hipócrita aceptación de los que, como de costumbre, dicen algo para desdecirse por «cambio de opinión».

3-Lamento con nausea coincidir en algo con el marrullero de La Moncloa que no ve motivo de desagrado la canción, aunque sea un pesado lastre su aceptación para asumir el agrado objetivamente.

4- El cuerpo de baile me parece una horterada de mal gusto, pero es una opinión. Quizá desde el punto de vista artístico pensaron que la escenografía se cumplimentaba con dos cachalotes sacados del orgullo gay acordes a los tiempos que vivimos, pero la libertad de creación es libre también para equivocarse, o no.

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6- La letra de la canción expresa una experiencia personal y como tal es respetable y posee la libertad de comunicarla como se siente. Es una inspiración de dolor y triunfo.

7-En la entrevista los protagonistas se expresan con sentido común, con las tablas de haber experimentado todo tipo de emociones en la vida y una madurez artística capaz de reconocer la crítica a sus trabajos. En todo caso, si representan a España en esta Europa moldeada al gusto actual, igual hasta dan la sorpresa porque a nadie le amarga bailar si la música le seduce. La canción es muy pegadiza, fácil , eficaz y elaborada con originalidad. Los artistas saben lo que hacen, aunque no nos pueda gustar a todos. Toda Suerte merecida en Eurovisión, representando a España.

Autor

Ignacio Fernández Candela

Editor de ÑTV ESPAÑA. Ensayista, novelista y poeta con quince libros publicados y cuatro más en ciernes. Crítico literario y pintor artístico de carácter profesional entre otras actividades. Ecléctico pero centrado. Prolífico columnista con miles de aportaciones en el campo sociopolítico que desarrolló en El Imparcial, Tribuna de España, Rambla Libre, DiarioAlicante, Levante, Informaciones, etc.
Dotado de una gran intuición analítica, es un damnificado directo de la tragedia del coronavirus al perder a su padre por eutanasia protocolaria sin poder velarlo y enterrado en soledad durante un confinamiento ilegal. En menos de un mes fue su mujer quien pasó por el mismo trance. Lleva pues consigo una inspiración crítica que abrasa las entrañas.
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