22/11/2024 07:34
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 Todo cuanto aquí se afirma puede ser comprobado en este video que muestra las pruebas presentadas en cinco instancias judiciales: Junta electoral de Madrid, Junta electoral Central, Tribunal superior de Justicia de Madrid, Tribunal Constitucional y Tribunal europeo de Derechos Humanos de Estrasburgo, denuncia presentada por el partido UdeC  por incumplimiento de la ley electoral, falsedad en documento público y prevaricación en las elecciones del 4M en Madrid.

Estas pruebas son tan abrumadoras que los cinco tribunales se han negado, todos ellos, a valorarlas porque, de hacerlo, sería no sólo llegar a inculpar a jueces, sino que podría levantar la sospecha en todos los países europeos, e incluso en gran parte del mundo, puesto que el mismo delito se produce en la mayoría de los países del planeta. Recordemos lo que pasó en EEUU con el fraude de Joe Biden. Las mismas empresas aparecen y vuelven a aparecer en todas partes: Smartmatic en Venezuela, Indra en España y  otros países, la ya difunta catalana Scytl y Dominion que, desde Canadá, robó las elecciones de EEUU, y todo ello bajo la astuta batuta del mago negro George Soros.

Fácil es comprobar que Soros entra en Indra el 1.10.19 y sale el 18.11.19, justo para poder controlar las elecciones generales del 10N que puso en la Moncloa al marido de Begoño.

 

“INDRA HACE LAS ACTAS Y LO HACE TODO”

Esto parece un chiste de mal gusto. ¡Indra hace las actas y lo hace todo!, y no lo digo yo, sino la secretaria judicial Doña Elena de Arce, responsable de la realización del escrutinio general de las elecciones del 4M de Madrid. En la misma grabación, el presidente de la Junta Electoral de Madrid, Don Guillermo Ripoll Olazábal, admite que no se suman los resultados de las actas. Y ¿por qué? porque si no, “estaríamos diez años”, según explica la misma Doña Elena. Es decir, que los magistrados de la Junta Electoral de Madrid – que cobran todos una “gratificación” de hasta 2700 euros para el presidente por todo el proceso electoral- no realizaron el desconocido, pero indispensable, escrutinio general, que consiste en sumar los resultados de todas las actas de la provincia de Madrid, por PEREZA. Y porque INDRA LO HACE TODO.

Manda huevos. Si viviera Gila, seguro que le sacaría punta a este disparate: un juez no cumple la ley porque ¡es demasiado trabajo cumplirla! Cuando se trata de la Agencia Tributaria, ahí no hay pereza ninguna para escrutar hasta el más mínimo tique de taxi del contribuyente, pero eso de sumar los votos, por favor, que lo hagan los “señores de Indra”, que lo hacen todo divinamente.

La mayoría de los políticos no saben esto, pero tenemos en el gobierno a uno que lo sabe perfectamente, tanto es así que lo publicó en su twitter en el 2017, cuando ganó Rajoy. Parece que la mejor manera de entrar en el gobierno es advertir que conoces el truco del almendruco:

 

 

¿PERO QUÉ ES EL ESCRUTINIO GENERAL?

En el ámbito de las elecciones, escrutar significa sumar. El día de las elecciones, sumamos los votos que hay en la urna y esos resultados se inscriben en el “acta de escrutinio de la mesa electoral”. Pero eso no nos permite saber cuántos votos ha recibido cada partido en toda la provincia; para ello, debemos llevar las “actas de las mesas” a la Junta electoral provincial donde, tres días después, se deben abrir los sobres, sacar todas las actas sucesivamente para proceder a sumar los resultados por orden alfabético y en voz alta, delante de los representantes de los partidos políticos y del público. Pues bien, ese escrutinio general que es la única manera de saber realmente cuántos votos ha recibido cada partido en cada provincia, no se realiza desde al menos el año 2000, y esto lo afirmaron los magistrados de la Junta electoral de Sevilla en el año 2015.

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La casi totalidad de los españoles ignora cómo se reparten los escaños de los parlamentos, tanto autonómicos como el nacional, entre los partidos políticos. Sabemos que votamos tal día, y ese mismo día todas las televisiones, hacia las 22.30  nos dan unos resultados sin que nadie sepa exactamente cómo hemos llegado a esas cifras. Nadie sabe, y parece que nadie quiere saber, que esos resultados son en todo ilegales. Los únicos resultados válidos y verdaderos se consiguen sumando, tres días después, todas las actas de toda la provincia por orden alfabético en un acto público, pero desconocido del público, acto lento y trabajoso que puede durar hasta 6 días. Jueces como Fernando Presencia recuerdan perfectamente cómo se hacía el escrutinio general antes de la aparición de Indra: era un proceso largo y tedioso, pero necesario para poder sumar hasta el último voto de la más remota urna, en el último rincón de la provincia. En Polonia y en Rumanía saben perfectamente que, cuando hay elecciones, tardan una semana en dar los resultados, porque ellos sí que realizan el escrutinio general de forma manual.

 

EN LA LEY ELECTORAL, NO APARECE LA NECESIDAD DE EMPRESA NINGUNA PARA SUMAR LOS VOTOS

Lo que el lector probablemente no sabe es que la ley electoral española (ley orgánica, conocida como LOREG) regula los dos escrutinios (el de las mesas el día de las elecciones, y el general, tres días después) y que esos recuentos son, y sólo pueden ser, manuales. Y esto por una razón muy sencilla: el voto no se gestiona, sólo se suma. Y para sumar, ya está inventado el Excel. ¿De verdad necesitamos gastar millones de euros contratando a una empresa de inteligencia militar que lleva desde 1990 trabajando sobre “programas informáticos de gestión del voto”? ¿qué pasa, que no sabemos sumar? ¿O será que no se trata de sumar sino de gestionar los votos para que los resultados concuerden con las encuestas cocinadas por el Masterchef Tezanos?

Además, contratamos a una empresa participada por un millonario judío que lleva más de una década trabajando para romper España.

En la LOREG, NO APARECE INDRA ni la participación de ninguna empresa externa POR NINGÚN SITIO, ni el día de las elecciones ni el día del escrutinio general. Por tanto, entregar la suma de los votos de unas elecciones a una empresa privada de inteligencia militar, especializada en programas de gestión del voto, que ha sido acusada en muchos países de fraude electoral, y que publica los datos con extrema rapidez y sin control alguno ni de los magistrados ni de los partidos políticos, ni tampoco de los votantes, es mucho más que prevaricación, es un delito contra la nación.

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 Basta teclear “Indra fraude electoral” para darse cuenta de que esa sospecha es mucho más que un rumor, a pesar de que Google ya ha hecho desaparecer cantidad de información al respecto.

 

VOX  SABE QUE NO SE REALIZA EL ESCRUTNIO GENERAL

Tenemos un dato muy interesante: en las elecciones andaluzas de 2015, Vox pidió repetir el escrutinio general porque no se había realizado tal y como manda la LOREG. Los magistrados de la Junta Electoral de Sevilla contestaron que ellos, “desde al menos el año 2000” no realizaban el escrutinio general completo sino un “procedimiento abreviado” (que no existe en la ley, y que, en román paladino, es sencillamente un teatrillo para salir del paso) y que esta reconocida prevaricación era aceptada por todos porque “ningún partido reclamaba que se realizara el escrutinio general tal y como manda la ley”. Parece otro chiste, pero no. Esa respuesta está escrita en el auto de 2015.

Esto significa que la cúpula de Vox sabe perfectamente que el escrutinio general no se realiza; segundo, que los resultados los da INDRA y no la suma manual de los votos; y, tercero, que los responsables del delito electoral son los magistrados de las audiencias provinciales. La pregunta que nos hacemos todos es ¿por qué Vox no reclama ahora lo mismo que reclamó en 2015? En 2020 Vox, con el PP y Más Madrid, incluso pidió la condena en costas del partido UdeC por mala fe, porque adujeron que ellos consideraban que Sí se había realizado el escrutinio general correctamente (cuando su no realización está completamente documentada y hasta reconocida por los ejecutantes en las grabaciones).

Cuando uno no entiende algo, es que nos falta un dato. No puedo afirmar nada, pero después de darle muchas vueltas he llegado a la conclusión de que podría ser que, para que INDRA/Soros te den escaños, hay que encubrir el fraude. Se llama omertá, el pacto de silencio de la mafia. El que se mueve, no sale en la foto. Recordemos que en las elecciones del 28.4.19, le dieron a Vox 24 escaños y apenas unos meses después subió a 52. Es imposible que un partido en apenas unos meses tenga más del doble de votos. Imposible. Por tanto, sólo puede ser fruto de una manipulación, de un pacto en la sombra.

Sólo es una propuesta. Y estoy abierta a cualquier otra sugerencia.

Vienen las elecciones de Castilla y León, y podrán ustedes comprobar que el 13 de febrero a las 23 horas, las televisiones nos anunciarán a bombo y platillo el reparto del pastel. Gracias a Indra, claro. Y a la complicidad de todos. Todos callarán, y todos aceptarán unos resultados falsos de toda falsedad, cocinados por Indra y Tezanos, al servicio de los planes de Soros, con votos por correo falsos, muertos que votan, manipulación del censo y la indispensable no realización del escrutinio general. Ahora, si quieres colaborar para demostrar esta farsa, únete a info.eleccionestransparentes@gmail.com.

Autor

REDACCIÓN