19/09/2024 22:02
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España es una Nación en descomposición y absoluta desaparición, y esto no es que lo diga yo porque sí, sino porque el devenir de las cosas nos llevan a ello. Esta semana han pasado muchas hechos que lo demuestran, pero mas que nada ha sido la evolución de largo camino que empezó en 1973, lo que debe servir de atención, a quien todavía pueda hacer algo, para que si puede, tome medidas al respecto.

 

En 1973, el entonces Presidente del Gobierno sufrió una tentado, con resultado de su muerte, por varios e importantes motivos, todos ellos relacionados con los Estados Unidos y el primer reino de África al cual en pleno siglo XIX ya abrió sus brazos el «tío Sam». He explorado suficientemente la historia de Estados Unidos y de Marruecos, para comprender que tanto los anglosajones, protestantes y anticatólicos, masones hasta la médula y por lo tanto enemigos de una España que pago con reales de a ocho los gastos de la independencia de las Trece Colonias frente a su Metrópoli, es desagradecida, como solo los anglos y sus descendientes pueden serlo.

También, la proverbial calaña de los que pueblan el oeste y norte del Sahara, conocida por nuestros ancestros desde tiempos de la antigua Roma y antes, pero que se evoco grandemente en el 711 y que en situaciones como las acaecidas por las guerras de medio y final del siglo XIX y las de principio del siglo XX, ya demostraron quien eran y que se podía esperar de ellos. Las caóticas situaciones de inseguridad personal en los ciudadanos europeos en el Magreb y las traiciones de tipos como los que nos llevaron al desastre de Annual, creo que sirven de ejemplo.

 

En los años siguientes, los que lidiaron con ese problema a pie de obra como el Generalísimo Franco y algunos otros que bajo su mando controlaron como pudieron la situación en el siglo XX, demostraron, como en el propio lecho de muerte del Jefe del Estado, que había que tener muy en cuenta aquello y que debíamos apoyar siempre a los saharauis, pues eran el único contrapeso posible en la región a sus vecinos del norte y del este. Pero, aquello no fue viable, pues «el amigo americano» ya había puesto las piedras en el camino necesarias para que sus intereses económicos y los de los israelitas se beneficiasen, de la indudable y «bizcochable» actuación de quien aquí se quedo al cuidado del rebaño.

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El almirante Carrero subió a los cielos por tres motivos: Su compromiso con los lideres saharauis de obtener la independencia el uno de enero del año 2000, bajo ciertas condiciones que iraní desapareciendo según el estado del Sahara Occidental se fuese consolidando. Craso error numero uno que no convenía a Yankilandia. En segundo lugar la fabricación de una bomba atómica con tecnología, mitad alemana, mitad encontrada en Palomares, constituía un serio peligro para USA, pues un eje atómico de Madrid con París, era algo que ellos no podían consentir. Para finalizar, la labor de contra-información acerca de los recursos del Sahara no había funcionado, al revés de lo sucedido en Guinea Ecuatorial, y claro esta la posibilidad de que: oro, fosfatos, uranio, tierras raras y sobretodo petróleo y gas fuesen manejados por los españoles y no por lo judíos Rockefeller y asociados, era imposible de permitir. También, el que el caladero pesquero mas importante del Atlántico Central dejase de ser utilizado por los soviéticos, por el acuerdo de estos y el Gobierno de Franco, era un ultimo desafió a la situación.

Los traidores, que menudean en España desde Viriato, se apresuraron a entablar conversaciones subterráneas y a sacar sus propios beneficios del muerto y del anciano y a dejar a los españoles a merced de su suerte. Paso el tiempo y problemas sin fin se han ido solucionando con el retroceso paulatino en las posiciones españolas en la zona y por lo tanto en el Mundo. Ya nos somos la 8ª Potencia Mundial, ni tan siquiera la 30ª, tampoco nuestro Ejército es el más importante del suroeste de Europa. Ni pintamos nada en ningún sitio.

Todo ello ha desembocado en la actual situación de preguerra en el Mediterráneo Occidental. Los intereses económicos de Rusia por el Gas, los intereses de desestabilización de los países de Oriente Medio hacia Israel y su aliado Marroquí, El precio pues de la energía y de la futura, la que esta bajo las arenas del Sahara, y que esperan coger yankees y franceses, tiene un inequívoco olor a desastre para el que esta en medio de este frente de batalla, España.

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Lo peligroso no es ya lo anterior, sino todo lo que va a traernos lo que anuncian los tambores de Guerra en el Magreb. Una guerra entre Argelia y Marruecos significaría que o bien nos moriríamos de frio porque nos cortarían el gas o de hambre por el lado contrario y su devenir. La falta de energía, ya que no tenemos centrales nucleares, que esos mismos traidores impidieron que se pusieran en marcha, a pesar de que quizás y por eso, porque seriamos auto suficientes, al disponer España de yacimientos de uranio en la propia Península. ¿Quizás?, también porque en el lado contrario, el resultado de la guerra significaría una invasión de nuestro territorio, bien por el triunfante Ejército Marroquí, bien por los millones de refugiados que huirían de la invasión argelina. Y que en España se traduciría en enfrentamientos, que a nadie se le olvide que hay cinco millones de musulmanes en España, la mayoría marroquí, pero muchos argelinos también. ¡Esperanzador futuro!, que nos trae el haber perdido nuestra principal posición en la zona, gracias a los traidores del pasado y a los traidores del hoy.

En definitiva o bien el frio, o bien el hambre, acabaremos quitándonos ambos dos a bofetadas. Mientras nuestro enemigo secular, el que ha extendido la Leyenda Negra por el Mundo, se ríe de nuestra desgracia y apoya nuestra destrucción. Y ahí lo dejo…

 

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REDACCIÓN