04/07/2024 01:10
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Lo que no han conseguido hasta ahora ni el Rey, ni los ejércitos, ni el PP, ni los grandes de la economía, ni la Derecha cobarde… van a conseguirlo 4 “putas” (con todos mis respetos e incluso mi admiración) en una escena cutre, bochornosa y corrupta

Sí, el traidor don Pedro Sánchez y Pérez-Castejón (el bisnieto del general franquista don Antonio Castejón Espinosa) que ha superado todos los problemas hasta ahora lo tiene bastante difícil, porque la imagen que ha dado el “Tito Berni” y su cuadrilla de corruptos no va a podérselo saltar… y eso sin haber salido a flote nada más que el iceberg de una cena cutre y sórdida.

Sí, pero, para que no vean que este numantino “ÑtvEspaña” la tiene tomada con el señor Sánchez les voy a reproducir algunas de las cosas que estoy leyendo estos días en lo que llaman (¡ya quisieran ellos!) prensa independiente:

Ahora resulta que nadie, «ni en la bancada socialista ni en la sede del partido en la calle de Ferraz», tiene pajolera idea de quién es Juan Bernardo Fuentes Curbelo, alias Tito Berni. Que era un diputado «desconocido» o cuasianónimo. Que como es canario «sólo se relacionaba con los canarios». Que «apenas estaba en Madrid». Eso sí: fotos con Sánchez y las más altas magistraturas del Estado, de militancia socialista obviamente, hay para dar y tomar. Y, además, qué narices, tampoco son tantos los diputados del PSOE, exactamente, 120, con lo cual las posibilidades de no tener ni idea de quiénes son o de dónde proceden oscilan entre cero y ninguna salvo que padezcas ese mal, el Alzheimer, al que Pasqual Maragall se refería como «ese señor alemán». Y qué carajo, lean OKDIARIO mañana y verán que no era precisamente uno que pasaba por allí como nos quiere hacer ver ese sanchismo orgánico, institucional y mediático que nos trata a los españoles como si fuéramos tontos del bote.

Tito Berni encarna un modo de hacer política muy sociata: el de irse de putas con dinero público o del adjudicatario o contratista de turno, el de meterse farlopa como si no hubiera un mañana y el de trincar mordidas aplicando ese viejo aserto popular que viene como anillo al dedo: «A robar, a robar, que el mundo se va a acabar». Y con ello no quiero decir que todos los socialistas sean unos mangantes. Todo lo contrario, creo, aunque cada vez con menos fuerza, que la mayoría es gente honrada que vive de su sueldo y punto. Al igual que en el PP y en Vox. No puedo suscribir lo mismo de Podemos, que fue semillado con dinero de la narcodictadura venezolana con mecanismos éticamente repugnantes como CEPS, Neurona o Kinema y aceptados por acción u omisión por casi todos sus jerarcas.

Pero a nadie se le escapa que lo de las meretrices —putas o prostitutas en cristiano—, las mordidas y la cocaína no representa ninguna novedad por Ferraz y demás casas del pueblo. Fue moneda de uso corriente con Luis Roldán y en los ERE, el segundo mayor caso de corrupción de la historia europea contemporánea tras el protagonizado por ese campeón imbatido que es Jordi Pujol. Conviene recordar que Francisco Javier Guerrero, director general socialista de Empleo de la Junta de Andalucía, se iba de prostitutas con dinero público destinado teóricamente a ayudar a ciudadanos en paro. El pájaro, fallecido en 2020, se gastó 14.700 euros del contribuyente en una sola noche en el prostíbulo Don Angelo, uno de los más frecuentados y caros de la capital hispalense.

Tampoco conviene olvidar que el director general de Empleo con Griñán amasó 1,3 millones públicos en efectivo para irse de jarana y empolvarse la nariz. Una minucia al lado de los 690 millonazos defraudados en total por los socialistas con esos delincuentes llamados Manuel Chaves y José Antonio Griñán, tipos a los que el saqueo de dinero público ha salido relativamente bien por no decir gratis. Los nueve años de inhabilitación a Chaves y los seis de prisión a Griñán se antojan un chollo al lado de los 53 endosados a Correa en sólo —sí, con tilde— uno de los juicios de Gürtel y los 29 a Bárcenas por menos parné robado, treinta y tantos kilos. Mucho más aún si tenemos en cuenta que Griñán no ha ingresado en el hotel rejas pese a que la sentencia es firme desde septiembre. Ni creo que entre: lo del cáncer no cuenta para Eduardo Zaplana, para Manuel Prado y Colón de Carvajal, pero sí para el ex presidente andaluz. Ya se sabe que no todos somos iguales ante la ley.

Sí constituye una auténtica novedad en el modus operandi de los golfos socialistas el pago de viagra en cantidades industriales por parte de adjudicatarios públicos a los diputados amigos del Tito Berni que se iban de fulanas. El número 1 en la especialidad era el político canario. «Pedía tres viagras por noche», rememora El Mediador, «es que el trabajo en el Congreso estresa mucho». Lo que no sé es cómo con tanto trasiego de prostitutas no le dio un chungo al dirigente majorero.

La cosa puteril no se reduce al Tito Berni como sostiene la dirección socialista. Son «cuatro en total», tal y como me comentó Antonio Navarro Tacoronte (El Mediador) en la entrevista que le hice el miércoles por la noche en Tenerife. Dos han sido identificados, el propio Tito Berni y el almeriense Indalecio Gutiérrez Salinas, y los otros dos aún son una incógnita. El hombre que da nombre al caso, un antiguo legionario listo como los ratones coloraos, los reconoció pero como quiera que no fue al 100%, «más allá de toda duda razonable» como yo le solicité, prefirió que no publicásemos sus identidades.

Por lo que yo sé, y por lo que Pedro Sánchez conoce, ‘El Mediador’ no ha destapado completamente el tarro de las esencias en este escándalo

Lo primero que hay que preguntarse es cuántos de los 350 diputados, y concretamente cuántos de los 120 socialistas, trincan por hacer gestiones ante la Administración o por enfocar una ley al gusto del paganini. Porque del relato de El Mediador se infiere que estas prácticas son más comunes de lo que pensábamos. Apunta como mordedores a varios diputados socialistas y a la senadora canaria Olivia Delgado, de la que dice que percibió «4.000 ó 5.000 euros» de la trama por unas gestiones a favor de los productores lácteos de las Islas.

El PSOE en general y Sánchez en particular han optado por responder a este episodio de corrupción del peor jaez con esa estrategia que sostiene que la mejor defensa es un buen ataque. Lo primero que han hecho es arremeter sin piedad contra El Mediador, desvelando sus antecedentes penales, intuyo que tras bucear ilegalmente en los archivos policiales. Un suicidio en toda regla teniendo en cuenta que lo sabe todo. El presidente del Gobierno pasó por el escandalazo de puntillas en el Telediario del gran Piqueras. «No me consta que haya más diputados socialistas implicados», enfatizó plagiando la frase que empleó María Dolores de Cospedal cuando un servidor y Esteban Urreiztieta desvelamos los sobresueldos en Génova 13 y la financiación en B del PP. Habría que refrescar la memoria a nuestro presidente para aclararle que el «no me consta» es ya en la política española sinónimo de un contundente «sí» o de ese aforismo latino que es el «excusatio non petita, accusatio manifesta».

Es obvio que Isabel Díaz Ayuso, su enfermiza obsesión, no podía faltar en toda esta polémica. «Nuestro modelo contra la corrupción», subrayó un cada vez más engolado presidente, «es todo lo contrario al de la señora Ayuso, nosotros atacamos la corrupción, no la ocultamos». Este tío es un kamikaze. Por lo que yo sé, y por lo que él conoce, que no es poco, tiene en su mesa el sumario del caso antes que nadie, El Mediador no ha destapado completamente el tarro de las esencias. Ni muchísimo menos. Es más, no estamos en el principio del final del caso, ni tan siquiera en el final del principio, sino más bien en los prolegómenos.

La táctica de lanzar cortinas de humo tipo Ferrovial, de culpar a ‘El Mediador’ o a Ayuso es una memez a la par que un acto kamikaze

El resto de los gerifaltes socialistas ha empleado la misma táctica. Empezando por Félix Bolaños, terminando por la ministra portavoz, Isabel Rodríguez, y pasando por ese Patxi López que tiene menos luces que un barco pirata. La chulería del portavoz del Grupo Socialista clama al cielo. Esta misma semana respondió a la educada pregunta de un periodista con un impresentable «¡y a ti qué te importa!». Lo desgraciadamente habitual en este licenciado en primero de Ingeniería Industrial, que ha exigido que me echen de la tele por sostener que Pedro Sánchez es «un filoetarra» y un «golpista». Lo cual se antoja una perogrullada, teniendo en cuenta que «filo» significa «amigo de» y que yo sepa el presidente tiene de socio preferente a Arnaldo Otegi, ex número 1 de ETA. Lo de «golpista» es otra obviedad: los indultó y les ha rebajado la pena de malversación a la carta. Ergo, es un golpista por cooperación.

Espero, confío y deseo que el PSOE tome cartas en el asunto, y diga esta boca es mía de una vez, en lugar de amparar a unos diputados que no son unos benditos a los que han metido en un lío. Es más, varios de ellos ya han admitido que acudieron a francachelas sufragadas por el Tito Berni y El Mediador con cargo a adjudicatarios públicos. El partido les paga las querellas contra Antonio Navarro Tacoronte sin reparar en que el encubrimiento puede acabar reventándoles la cabeza cual implacable bumerán. Menos entiendo aún que Meritxell Batet no haya abierto de oficio una investigación para escudriñar el más que presunto tráfico de influencias cometido por varios de los miembros de la Cámara Baja. Tres cuartos de lo mismo se echa en falta en el normalmente más diligente Ander Gil, presidente del Senado.

Los españoles también echamos en falta que Sánchez o algún prohombre del PSOE salga y pida perdón. Y me da asco la estrategia colaboracionista y corrupta de la Fiscalía de negarse a pedir prisión para un Tito Berni al que no hay que cabrear más de la cuenta y que debe estar metido de hoz y coz en la ardua tarea de destruir pruebas. La táctica de lanzar cortinas de humo tipo Ferrovial, de culpar a El Mediador o a Ayuso es otra memez a la par que un acto kamikaze. Cuando te escapas de un marrón echando infantilmente la culpa a todo hijo de vecino menos a quien toca, en lugar de depurar y asumir responsabilidades políticas, acabas liquidado por una ciudadanía que tolera tan mal la mentira como la corrupción. Esto acabará con el PSOE. Por lo electoral o por lo criminal. O por las dos cosas a la vez. (Eduardo Inda –“Ok Diario”) 

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Irene Montero se viste de Arco Iris

«Hoy llevamos en segunda vuelta la Ley Trans y de derechos LGTBI, tal como nos habíamos comprometido – declaró la Ministra de Igualdad, Irene Montero, en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros — Orgullo de País, porqué sentimos orgullo de la diversidad del país en el que vivimos y de sus derechos. Las vidas LGTBI importan». Hoy, ha afirmado, «volvemos a situarnos a la vanguardia y como referencia internacional en defensa de los derechos LGTBI y especialmente de las personas trans. Nunca más va a haber un país sin vosotros, vosotras y vosotres. El Orgullo LGTBI hace de España un país mejor, más libre y democrático».

Autor

Julio Merino
Julio Merino
Periodista y Miembro de la REAL academia de Córdoba.

Nació en la localidad cordobesa de Nueva Carteya en 1940.

Fue redactor del diario Arriba, redactor-jefe del Diario SP, subdirector del diario Pueblo y director de la agencia de noticias Pyresa.

En 1978 adquirió una parte de las acciones del diario El Imparcial y pasó a ejercer como su director.

En julio de 1979 abandonó la redacción de El Imparcial junto a Fernando Latorre de Félez.

Unos meses después, en diciembre, fue nombrado director del Diario de Barcelona.

Fue fundador del semanario El Heraldo Español, cuyo primer número salió a la calle el 1 de abril de 1980 y del cual fue director.
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