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La inmigración masiva y descontrolada está haciendo de las suyas, pero no sólo la está sufriendo España sino toda Europa, aunque ciertamente esto tampoco es de ahora. 
 
No nos tiene que sorprender en nuestro país pues después del efecto llamada por lo del barco »Aquarius» vino luego lo de la sanidad gratuita universal en la que se incluyeron en su día nada menos que a los inmigrantes ilegales. Esas personas vienen aquí a recibir esas ayudas porque evidentemente no las tienen en sus respectivos países. El inmigrante no es el culpable pues emigra para poder huir de la miseria o la guerra y así poder encontrar una vida mejor, nada más, un deseo muy humano, ¿que es utilizado por mafias y personas maléficas para sus propios planes personales?, de eso no cabe la menor duda.

Pero los verdaderos orígenes de la desastrosa situación africana y por ello de la inmigración masiva vienen de largo remontándose, no sólo a las guerras de Libia o Siria sino más lejos aún a la época colonialista y que es seguida, a grandes rasgos, en nuestra época por lo que se ha llamado neocolonialismo. La administración por parte de las grandes potencias de África durante más de un siglo, sobre todo las de Inglaterra y Francia, ha tenido a la larga resultados muy negativos. Para entender lo que digo escribo aquí las acertadas palabras del Almirante santoñés Don Luis Carrero Blanco, palabras que fueron pronunciadas en las Cortes Españolas un 28 de noviembre de 1963, en ocasión de la aprobación de la Ley de bases del régimen autónomo de Guinea Ecuatorial.

»La necesidad de disponer de materias primas baratas, creada en Europa por el desarrollo del maquinismo, da lugar al colonialismo de las principales potencias europeas, que proceden a repartirse los territorios de África y Asia. Sin otro fin que el puramente material de conseguir materias primas baratas para sus industrias, se va a una especie de rebatiña colonial, que había de ser la causa determinante de dos guerras mundiales y que, a fin de cuentas, fue también el origen de la actual y complicada situación del mundo.»

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En fin, tenemos también a Marruecos que ha sido siempre por lo general un verdadero incordio para España. Un país que no contiene la inmigración subsahariana, y no subsahariana, que atraviesa su territorio llegando con ello al nuestro en oleadas y encima nos chantajea con ella y la utiliza para sus fines a largo plazo anexionistas. Nuestra apatía e indolencia exterior ha provocado que peligren desde hace años, Ceuta, Melilla y las Canarias y está más desde que cayó en su poder el Sahara Occidental ante la bajada de pantalones del gobierno español de entonces abandonando de paso a los saharauis a su suerte. Detrás de Marruecos están,  Francia, Estados Unidos e Inglaterra. Le dan alas al país norteafricano contra nosotros de tanto en cuanto. Parece como si lo tuvieran como una especie de »títere» de sus políticas para, entre otras cosas, mantener controlado el estrecho de Gibraltar y los inmensos recursos saharauis las potencias anglosajonas. Y, por supuesto, detrás de ellas a su vez, la plutocracia de ahí la utilización de la inmigración ilegal que no es más que el plan Kalergi.

Dicen, incluida la UE, que hay necesidad de inmigrantes por razones de natalidad, ¿que necesidad tiene España de tanto inmigrante cuando hay en torno a 6 millones de españoles parados teniéndose que marchar muchos de ellos fuera para buscar trabajo al no encontrarlo en su patria?. Si hay una baja tasa de natalidad es, entre otras cosas, porque se ha permitido matar a miles de seres por medio de abortos indiscriminados, 150.000 al año. El aumento de la natalidad es muy sencillo basta con impartir una educación desde los colegios »familiar» la cual no hay mejor en eso que una buena educación cristiana, dar trabajos con sueldos dignos al obrero, ayudas a la familias españolas como premios de natalidad, incentivar el matrimono, abolir el aborto y no consentir los matrimonios entre homosexuales. Por otra parte se debe perseguir con saña a las mafias que están detrás de estos arribos a nuestras costas para que sirvan los inmigrantes casi como esclavos en nuestros países.

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¿De verdad que países como Inglaterra o Francia, verdaderamente se retiraron de sus colonias o siguen en ellas dirigiéndose indirecta o directamente de forma descarada?. Nunca se han ido en realidad siguen controlando los actuales países africanos por medio de títeres políticos para que sus multinacionales siguen explotando los recursos de esos mismos países, sólo ha cambiado realmente el pabellón, nada más. También es verdad que después de la II Guerra Mundial participaron y fomentaron también el reparto africano a raíz de las independencias de los países de ese continente: Estados Unidos y la antigua U.R.S.S. Y no olvidemos a China que también está influyendo en África actualmente.

En fin, se deben establecer planes serios para dar a esas gentes una educación y un trabajo digno para que puedan vivir como es debido en sus respectivos países de origen y no para introducirlos en el continente de forma masiva convirtiéndose con el tiempo en una especie de »hordas invasoras». Para mi la »fórmula» para que esas personas dejen de venir masivamente a Europa y puedan vivir en sus respectivos países con dignidad es la que comentaba Carrero que decía el Caudillo sobre la actitud de España respecto a Guinea Ecuatorial, » no se trata repite muchas veces, de sacar ningún provecho material de aquellos territorios; lo que en ellos se produzcan debe invertirse en provecho de sus naturales». Pero, ¿las principales potencias del mundo junto con sus multinacionales estarán dispuestas a permitir eso?, el tiempo lo dirá.

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REDACCIÓN