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Le he dado muchas vueltas a un problema fundamental que no he logrado resolver a pesar de que siempre he vivido convencido que “todos los problemas tienen solución”. El que me obsesiona es muy sencillo de plantear: “¿Por qué los hombres no ven lo que tienen delante de sus narices?”
He pasado toda mi vida intentando hallar una explicación y no la he hallado.
Veamos un último ejemplo.
Después del 23 de julio, y ante los resultados que todos conocemos, los más ilustres analistas han expuesto sus opiniones y sacado sus conclusiones. ¿Les han convencido a ustedes? ¿Cómo es que, en dos meses, ha cambiado drásticamente de opinión el Pueblo Soberano? Las explicaciones que han dado los “entendidos” en la materia ¿les ha hecho ver claro el motivo?
A mí me han dejado frío absolutamente. Por una razón muy sencilla: Porque no tiene nada que ver con lo ocurrido realmente…
Otro ejemplo, que tiene –digamos- una amplitud “universal” y que se resume en esta pregunta, igualmente simple: ¿Por qué ocurren en España cosas que no suceden en ninguna otra nación del mundo, como el que haya zonas de nuestra patria, en las cuales los españoles no pueden estudiar en el idioma nacional, -es decir en español- y, peor aún, este perseguido y se multe a quienes titulen sus negocios en la lengua oficial?
Y ocurre exactamente igual con las explicaciones que nos dan los “expertos” en la materia, cuando nadie entiende que eso suceda en una sola nación de las ciento noventa y cinco (195) que según la ONU existen en el mundo. Si ustedes las creen pueden estar seguros que se engañan.
Probablemente estarán pensando que, por la forma de expresarme, yo sí puedo explicarlo. Pues, dejando la modestia a un lado, admito que sí, que tengo la explicación de ambas preguntas o sea, del resultado de las elecciones y de que hay cosas que solo pueden ocurrir y suceden en España.
Tan cierto es que no entiendo por qué la gente no ve lo que tiene delante, como que sí conozco la respuesta a ambas preguntas.
Ante la imposibilidad de entender lo primero he llegado a la conclusión que la probable causa es la falta de imaginación que les impide ver las estructuras invisibles que desde hace unos doscientos años gobiernan el mundo, y cada vez con más poderosa “mano de hierro”. Tanta, que hoy han dejado ser “super secretas y ya se atreven a mostrarse en público; y lo pueden constatar en España viendo como Pedro Sánchez no oculta que es Soros quien le trasmite las órdenes del Supremo Poder “sin rostro” (o sea, de la “Sinagoga de Satanás”).
No busquen explicaciones complicadas, todo es muy sencillo, sobre todo para quienes hemos vivido comprobando cómo se ha engañado al Pueblo español desde el día 22 de noviembre de 1975 hasta el 6 de agosto del año de gracia 2023.
Digamos para los jóvenes de menos cincuenta años, que hubo un tiempo en que se publicaba un periódico llamado “EL ALCÁZAR” donde escribían algunos periodistas que no tenían reparos en contar la verdad, y yo recuerdo perfectamente a uno que informó entonces de que, el mejor ingeniero informático y “dominador de la manipulación de ese nuevo medio” que se utilizarían para realizar el cuento de votos (al servicio de los políticos) estaba ya en España para que los resultados de las primeras elecciones -que dieron paso a la “divina Transición”—fueran los pertinentes.
Y desde “ese primer pucherazo” en las primeras elecciones, todas las que le han seguido a mí no me ofrecen la menor garantía. Es más, estoy convencido de que en todas ha habido su correspondiente “pucherazo”, siempre dirigido por los leales servidores del Poder Supremo “sin rostro” – que tomó posesión del Reino de España al día siguiente de enterrado el Caudillo-.
Por supuesto, todo esto que digo no se enseña en los colegios, institutos y universidades de nuestra Patria. Esta es una información de imposible digestión para un verdadero demócrata. Lo reconozco. Pero la causa es, sin duda, la “falta de imaginación” de quienes creen en ese cuento chino de la Historia que explican hoy los docentes, los periodistas y hasta el clero y la Jerarquía eclesiástica, cuyo cerebro lo lavó el Modernismo (a pesar de los esfuerzos por librar a la Iglesia de esa peste, hechos por los papas León XIII, san Pío X y su S.S. Pío XII).
Autor
- GIL DE LA PISA ANTOLÍN. Se trasladó a Cuba con 17 años (set. 1945), en el primer viaje trasatlántico comercial tras la 2ª Guerra mundial. Allí vivió 14 años, bajo Grau, Prío, Batista y Fidel. Se doctoró en Filosofía y Letras, Universidad Villanueva, Primer Expediente. En 1959 regresó a España, para evitar la cárcel de Fidel. Durante 35 años fue: Ejecutivo, Director Gerente y empresario. Jubilado en 1992. Escritor. Conferenciante. Tres libros editados. Centenares de artículos publicados. Propagandista católico, Colaboró con el P. Piulachs en la O.E. P. Impulsor de los Ejercicios Espirituales ignacianos. Durante los primeros años de la Transición estuvo con Blas Piñar y F. N., desde la primera hora. Primer Secretario Nacional.
Es usted muy pesado, don Gil.
Y se repite más que el pepino por las noches…
Si no tiene nada más que aportar, EL SILENCIO ES UNA GRAN VÍRTUD.
La falta de cultura, esto es la ignorancia es el problema que ha tenido y tiene la sociedad española.
Por eso pasa lo que pasa