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Al final de los años sesenta, lo primero que hacíamos los altos ejecutivos de la Empresa  donde trabajaba (“Cía. Roca-radiadores S.A.) era reunirnos, todos, antes de acudir a nuestros despachos pues los dueños deseaban que todos sus colaboradores directos dominaran  perfectamente el  inglés. Las clases las impartían profesores ingleses e irlandeses.  Esta introducción obedece a una situación que nunca olvidaré. Cuando ya se había establecido la normal familiaridad con ellos, cierto día uno de ellos.  nos dijo ante de empezar: Por más que lo intento no logro entender como  los españoles pueden gritar: “¡Viva la muerte!”.  El pobre no encontraba la forma de mostrar su extrañeza,  y reconocía su impotencia para comprender esa realidad, o que los legionarios se proclamaran “novios de la muerte”.  Daría para mucho hablar de la reacción de los asistentes, pero no es el tema, ni el momento. He traído aquí la anécdota por su oportunidad.

Acabada la clase, a solas con él,  intenté explicarle que, efectivamente, solo los españoles  éramos capaces  de lo que él no entendía.

–Mire, profesor –le dije–: España es diferente por mucha razones y complejas de explicar, y no tenemos tiempo,  pero intentaré aclarar sus ideas con  un breve resumen. Ni España está loca, ni los legionarios son gente anormal o trastornada. Todo es producto de lo que representa mi nación en la Historia Universal. Ustedes no la conocen pues viven de la Leyenda Negra, y los españoles de hoy tampoco la conocen y algunos son tan idiotas que sienten vergüenza de serlo  y consideran al Imperio Británico mucho más trascendental para la Historia, que el español. ¡Es una pena!, ero es así. Pues bien  recuerde que nuestros grandes reyes, — Isabel y Fernando, Carlos V,  Felipe II, o nuestro actual Jefe del Estado  han tenido siempre muy claro que su misión como políticos y dirigentes de la nación que más he hecho por Europa y por el Mundo en general, la verdadera “jerarquía de valores”, que es muy simple: Primero DIOS Y LA FE (la Religión Católica); segundo el HONOR; tercero: la VIDA… y , luego,  todo lo demás: familia, riquezas, etc… Saber esto es fundamental, para entendernos.  Igualmente fundamental es conocer  la “norma” que esos reyes  y el Caudillo, y luego todos los españoles tienen para actuar como tales. Es muy simple y procure entenderla bien: “Para defender la cosa más valiosa  que existe,–Dios y la FE—se sacrifica todo, lo que está debajo: el HONOR, la VIDA, las riquezas, y todo lo demás.  Para defender el HONOR, se sacrifica todo lo que está debajo: la VIDA, y las riquezas y todo lo demás…y, finalmente para defender la VIDA, se sacrifica todo lo que está debajo: riquezas y todo lo demás…”

Ahora bien, la forma de sacrificar el HONOR  a Dios y a la Fe, equivale a gritar: ”¡Muera el Honor!”,  pues prefiero perderlo antes de sacrificar  mi Fe en Dios. En forma idéntica,  la forma de expresar nuestros compromiso  de sacrificar la VIDA, “por DIOS Y LA FE” es gritar  «¡Viva la Muerte!». Es simplemente otra manera de manifestar mi orgullo de dar la vida por Dios o  por el Honor…. Así de fácil resulta resumir la razón por la cual los españoles somos capaces de  gritar convencidos y  motivados: «¡Viva la Muerte!”,  como lo hacen los legionarios españoles y de que los extranjeros lo entiendan..

Y, ahora, la conclusión: Todos los males de la España bajo la bota de los “desequilibrados, carne innegable de manicomio, que nos gobiernan se acabaría en uh santiamén si aún hubiera en nuestra Patria jóvenes y no tan jóvenes en cantidad suficiente, y con capacidad de acción suficiente – sobre todo entre los que han jurado defender a España—para gritar convencidos,  “¡Viva la MUERTE!”. Por otra parte, es la única esperanza que le queda a este suelo consagrado por la sangre de tantos santos y martirios, por su antiguo fervor religiosos, por  su lucha por el honor de María Santísima, etc.  etc. Personalmente espero al menos a los “trescientos de Gedeón” que cuando menos se espere nos sorprendan con un ¡Viva la muerte!

Confío que los lectores que tuvieron un susto infarto, al leer el título de mi artículo, habrán tenido tiempo para reaccionar y  al terminar su lectura, estén de acuerdo conmigo. Pero sobre todo espero que quienes deben tener oídos para oír y entenderás para comprender,  piensen a conciencia en quienes hicieron posible la Cruzada y la única Victoria sobre MARX y sus ejecitos de criminales, sedientos de sangre.

Autor

Gil De la Pisa
Gil De la Pisa
GIL DE LA PISA ANTOLÍN. Se trasladó a Cuba con 17 años (set. 1945), en el primer viaje trasatlántico comercial tras la 2ª Guerra mundial. Allí vivió 14 años, bajo Grau, Prío, Batista y Fidel. Se doctoró en Filosofía y Letras, Universidad Villanueva, Primer Expediente. En 1959 regresó a España, para evitar la cárcel de Fidel. Durante 35 años fue: Ejecutivo, Director Gerente y empresario. Jubilado en 1992. Escritor. Conferenciante. Tres libros editados. Centenares de artículos publicados. Propagandista católico, Colaboró con el P. Piulachs en la O.E. P. Impulsor de los Ejercicios Espirituales ignacianos. Durante los primeros años de la Transición estuvo con Blas Piñar y F. N., desde la primera hora. Primer Secretario Nacional.