21/11/2024 12:41
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Decimos en el Credo que esperamos la vida eterna, pero no nos preocupamos lo más mínimo en saber lo que vamos a encontrar allí. Es como si nos fuéramos de viaje a Japón y no preparáramos nada.

Aunque San Pablo dijera que «ni ojo vio ni oído oyó lo que nos espera en el cielo», sí que Santo Tomás de Aquino o San Agustín nos enseñan cosas concretas que nos interesa conocer, y así no llegar al cielo tan despistados como el que llega con aletas y gafas de buceo al desierto del Sáhara.

A continuación entrevistamos a Francisco Martín, que acaba de publicar tres libros de autores de principios del s. XX, que como vemos a continuación son una buena guía práctica para nuestro viaje al cielo. Pueden ver reseñas de los libros en su página web (martin13.com) y el vídeo (que les adjunto) de una entrevista sobre su libro sobre el cielo. 

Pueden adquirirlos en Amazon en papel y ebook Kindle, y también EPUB Kobo. Para más información pueden escribirle en su página de contacto.

¿Por qué ha publicado estos libros?

Los descubrí mientras me estaba documentando para mi libro sobre el cielo. Me parecieron muy buenos, y como vi que nadie los publicaba actualmente, pues decidí hacerlo yo.

¿Por qué le parecen tan buenos?

Me atrajeron por varios motivos: de entrada porque tienen un estilo «auténtico», y así no caen en el estilo buenista actual y tampoco son traducciones, en que también se pierde autenticidad. Pensemos además que los autores vivieron en una época mucho más brutal que la actual, en la que al que molestaba se le pegaba un tiro (como hicieron al P. Barbens). Ahora, aunque parezca lo contrario, la situación es más difícil, porque a los buenos se los cargan igualmente, pero de forma que «parezca un accidente» (aunque sea un «accidente» cerebrovascular), y con ello todos vivimos más dormidos. Entonces todo era más «auténtico», ahora casi todo es virtual, mentira.

¿Había antes más mártires?

Pues no lo se, sólo Dios lee las conciencias. En el cielo veremos quien fue mártir y quién no llegó (al cielo).

Quería decir que, aparte de que da gusto leer estos libros por lo que le he dicho, dicen cosas interesantes que no suelen leerse actualmente.

¿Y por qué ha escrito un libro sobre el cielo?

El cielo es como un teatro, en el sentido de que unos estarán más cerca de Dios que otros: Dios estará en el escenario con la Virgen y San José. Nosotros en el patio de butacas.

Si por misericordia de Dios nos salvamos, de nuestros méritos depende la fila en que estaremos en el patio de butacas. Los últimos en el cielo verán a Dios como una estrellita y otros como un sol. Todos estarán satisfechos con su destino, pero no todos tendrán la misma cercanía a Dios.

Como yo no quiero ser de los últimos, pues hago lo que decía Santa Bernadette: «no se trata de rezar más, sino de rezar mejor». Y al rezar el segundo misterio de gozo yo me decía: ¿cómo voy a tener fervor por ir al cielo si no se nada de él? Y me puse a estudiar con el objetivo de compartir luego (en forma de libro) lo que descubriera.

Lo que pasa es que las cosas no salen como las planeamos.

Preparando el libro me fui dando cuenta de cosas básicas de la vida que creía saber pero estaba equivocado. Cosas que ya decía Santo Tomás o la Vulgata, ¡pero que nadie me había explicado! Al final tuve que añadir el subtítulo «y el camino a él (al cielo)» y explicar todas estas cosas porque si no, no sabremos lo principal que ocurre en el cielo, y si nos descuidamos, no llegaremos a él por desconocer esas verdades.

Pero, ¿cómo es posible? ¿qué educación recibió?

Pues no se cómo pero la realidad es esa. Y lo que explico de la Biblia o Santo Tomás nadie más lo dice, y creo no equivocarme, pues sólo digo lo que dicen los diccionarios.

¡Explíqueme algo!

Pues es que por ejemplo, he descubierto que la Biblia en latín no usa el verbo «amar», sino «apreciar». Y así, lo que Dios nos manda es que «nos apreciemos los unos a los otros», y San Agustín, que hablaba en latín, con lo que no hay dudas sobre la traducción, no dijo «ama y haz lo que quieras», sino «aprecia y haz lo que quieras», porque usó el verbo «diligo», que es «apreciar», y no el verbo «amo» (amar). Y creo que si «apreciamos», el amor viene detrás, y evitamos caer en «amores» donde no hay aprecio.

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Esto del mandar me trae al pensamiento lo de «hacernos como niños». También nos lo manda. No dice «es conveniente, es recomendable que para ir al cielo os hagáis como niños». No, no. Nos dice «si no os hacéis como niños, no entraréis…», es decir, nos lo pone como condición absoluta. Esto también lo explico y doy criterios para saber si estamos comportándonos como los niños que Dios quiere u otra cosa.

Este tema del amor es fundamental, porque en el cielo principalmente está Dios, que es amor puro, inteligencia, poder (todo ello infinito, claro). Y a todos la vida nos lleva ineludiblemente a desarrollar más o menos la inteligencia y experimentar lo que es el poder (la capacidad de hacer: con salud, dinero, conocimiento,…). Pero la vida no nos obliga a experimentar, a ejercitar el amor puro, y así, podemos pasar toda la vida egoístamente, sin amar de forma desinteresada a nadie, sin conocer lo que es el amor puro y sólo conociendo el «yo te doy si tu me das», que no es amor, sino comercio. Y así no llegaremos al cielo, pues de llegar a él, no podríamos ver a Dios, ya que allí sólo veremos lo que hayamos experimentado en la tierra.

Todo este tema de las emociones ahora está muy tergiversado: en el libro expongo lo que enseña Santo Tomás para saber cómo funcionamos de verdad, poner orden en nuestro interior y empezar a vivir bien.

¿Quiere decir alguna cosa más para acabar?

Santo Tomás también enseña cosas tremendas, como cuando dice que cuando percibimos algo, ese algo, de alguna manera se copia en nuestro interior. Por eso los malos llenan de fealdad las ciudades con las pintadas.

Pues sí que dice cosas curiosas Santo Tomás…

Santo Tomás no está superado en teología, filosofía, ni psicología. Como dice el prólogo del libro «Teología de la perfección cristiana», del P. Royo Marín, que dice algo como «llegar a las verdades más importantes lo hizo la escolástica, ahora falta explicarlas bien». Pues eso pretendo yo con mi libro.

«El estudio de la teología puede considerarse dividido en dos etapas: la primera. de abstracción, de aquilatamiento de los conceptos o ideas, (…) y la segunda, de integración o incorporación a la vida. Al análisis debe seguir de nuevo la síntesis, síntesis vital y articulada, pero menos abstracta y en lenguaje menos técnico y más sencillo. (…) la primera etapa está constituida principalmente por la escolástica; la segunda, por lo que hoy vuelve a hacerse y es absolutamente necesario hacer

Sinopsis del libro «El ángel de la guarda»

El Rdo. P. Barbens sufrió un tremendo atentado (narrado en las primeras páginas), cuyos detalles le parecieron «el dedo de Dios» apuntándole para que publicara sobre el Ángel de la Guarda. Y quizá es inspiración de nuestros Ángeles el que Ud. esté leyendo esto y un servidor lo haya publicado.

El tema central del libro es nuestro Ángel de la Guarda, pero al iluminarlo con el foco de su explicación, también cae luz sobre otros temas a su alrededor, relacionados con él. Y así, explica:

cómo se comunican los ángeles entre sí y con las almas en el cielo

cómo nos relacionamos con ellos y su poder sobre nosotros

qué puede y qué no puede hacer el demonio y sus secuaces para tentarnos

lo que es la Providencia

las facultades de nuestra alma

qué es la conciencia y cómo se forma

etc.

Dios nos ama desde toda la eternidad, (¡qué vamos a decir de la Virgen!), y los santos del cielo (ángeles y bienaventurados),… pero sólo hay un ser con inteligencia y libre voluntad entregado toda su vida a amarnos. ¿Vamos a ocuparnos de conocerle menos que a nuestro telefonillo?

Reseña del libro en: https://martin13.com/r/resena-libro-el-angel-de-la-guarda-barbens.html

Sinopsis del libro «La vida en el cielo»

Este libro es un tratado sobre el cielo escrito por el Rdo. P. Francisco de Barbens en 1920.

El libro tiene dos partes:

  • la primera que trata del cielo

  • la segunda que trata de moral

A pesar de que la segunda parte podría ser un libro aparte, se agradece mucho su inclusión en éste por su calidad. ¡Cuántas veces hemos encontrado tesoros sin buscarlos!

En esta segunda parte, tanto el apartado del trabajo como el de la oración son muy claros y disipadores de algunos errores comunes sobre ellos. Y el capítulo final, de síntesis, es igualmente sencillo pero buenísimo.

Es normal que, cuando un autor escribe un libro sobre un tema, haya aspectos en los que esté más inspirado que otros (que se ve forzado a tratar para completar el tema). La especialidad del autor parece ser el cap. 14, el sentimiento, la vida íntima de las almas en el cielo. Este parece ser el mayor valor del libro y que lo diferencia de los demás. Lo cual no obsta para que en el resto del libro dejara esparcidas inspiraciones puntuales también muy valiosas (tanto por lo que dice como por la forma de decirlo).

LEER MÁS:  Marcel García: “Que la gente desarrolle un pensamiento crítico es mi principal objetivo” Por Javier Navascués

Reseña del libro en: https://martin13.com/r/resena-libro-la-vida-en-el-cielo-barbens.html

Sinopsis del libro «El cielo»

Este es un tratado sobre el cielo completo y muy riguroso (con más de 700 citas bibliográficas), pero a pesar de ello, es fácil de leer para cualquier lector.

Es un tratado muy fiable, porque se basa en la palabra de Dios (la Biblia) y en las enseñanzas de Santo Tomás de Aquino, que son las más recomendadas por los papas.

En consecuencia, explica la verdad de la vida en el cielo y refuta errores comunes, como el de dar excesiva importancia a la resurrección corporal, siendo como es sólo un gozo accesorio, no esencial, de la felicidad del cielo, que consiste en ver a Dios.

«Ver a Dios» no es ver un señor mayor con barba y un triángulo en la cabeza (como nos lo muestran las pinturas en las iglesias), ver a Dios es participar de su naturaleza. Es tener un amor puro, un goce que nos satisfará plenamente y una comprensión total, si no de todas las cosas, sí de las que debamos conocer, y con la misma facilidad con la que ahora vemos nuestra mano.

Y sabiendo que ese estado es para siempre, porque no habrá nada que nos lo pueda quitar.

Además, ahora nuestro cuerpo nos frena, limita, la intensidad de gozo que la visión de Dios nos puede dar. Es por ello que ahora moriríamos si viéramos a Dios directamente. En el cielo no tendremos cuerpo que nos limite, o lo tendremos (después de su resurrección) tan espiritualizado que nos permitirá un goce muchísimo mayor mientras vemos a Dios.

Reseña del libro en: https://martin13.com/r/resena-libro-el-cielo-cayo-electo.html

Sinopsis del libro «Qué haremos en el cielo»

El objetivo del libro es explicar nuestra situación psicológica en el cielo, y para ello antes repasa los aspectos básicos de nosotros y de la realidad, conceptos que en su mayor parte se mantienen allí (realidad, verdad, gozo, tiempo, amor).

También describe las fases hasta llegar al cielo, con los cambios que hay al pasar de una a otra.

Aporta informaciones sorprendentes y sugerentes sobre cómo funcionamos:

  • cómo funciona nuestra mente

  • el sentido verdadero de las palabras amor, sufrir, sentimiento, libertad

Este libro expone las enseñanzas más fiables de la Iglesia: de la Biblia, de Santo Tomás, y San Agustín.

Aproximadamente cada página presenta una idea. Es un libro para degustar poco a poco, no para leer «de corrido». Hay páginas que presentan conceptos básicos tan visual y sencillamente que pueden ser leídas por niños y jóvenes.

No es un tratado sobre el cielo que recoja todos los aspectos y detalles (por ejemplo, no explica cómo es el cuerpo de resurrección). Para ello hay libros como «La vida en el cielo» del P. Barbens, y sobre todo «El cielo», del P. Cayo Electo.

Reseña del libro en: https://martin13.com/r/que-haremos-en-el-cielo.html

Vídeo:

Autor

Javier Navascués
Javier Navascués
Subdirector de Ñ TV España. Presentador de radio y TV, speaker y guionista.

Ha sido redactor deportivo de El Periódico de Aragón y Canal 44. Ha colaborado en medios como EWTN, Radio María, NSE, y Canal Sant Josep y Agnus Dei Prod. Actor en el documental del Cura de Ars y en otro trabajo contra el marxismo cultural, John Navasco. Tiene vídeos virales como El Master Plan o El Valle no se toca.

Tiene un blog en InfoCatólica y participa en medios como Somatemps, Tradición Viva, Ahora Información, Gloria TV, Español Digital y Radio Reconquista en Dallas, Texas. Colaboró con Javier Cárdenas en su podcast de OKDIARIO.
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El Reino de los Cielos es Jesucristo Nuestro Señor, Dios y Hombre verdadero. Así se nos presenta Él en los Santos Evangelios, pues el Reino de los Cielos es centro de la Palabra de Dios y debería ser el centro de la fe, de los pensamientos, acciones, omisiones y del amor del fiel a Cristo verdadero. Es la Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo, y los bienaventurados que gozan del Cielo se unen a Dios para siempre en un éxtasis inconmensurable, imperecedero e indescriptible para los que aún no hemos gustado la muerte. Es un gozo tal que moriríamos solo de vivirlo una milésima de segundo. Los santos y santas que en vida experimentaron el gozo de unirse al Señor, sostenidos por su Gracia, afirman que ya no podían desear y anhelar con más fuerza el unirse definitivamente a Dios, por eso anhelaban la muerte, aunque pareciese una locura, especialmente para los materialistas y ateos. El Reino de los Cielos es la visión beatífica de Dios, la unión con Él en compañía de los santos, santas, justos y humildes que ya gozan de Dios, no como una estrellita minúscula desde muy lejos (si Dios está con nosotros hasta el fin de los tiempos, incluso con el más pecador, ¿como se comete la osadía de describe como Alguien distante y exclusivista? Es absurdo pensar en un Dios, que se hizo Hombre entre los más humildes, que resulta que en el Cielo es elitista y exclusivista en función de a saber qué parámetros. Eso no es conocer a Dios en absoluto) o como una butaca de primera clase en el teatro, no. Hay grados de Gloria, claro está, pero todos son indescriptiblemente felices junto a Dios y eternamente unidos a Él, que lo llena todo y a todos sin mirar si fueron reyes o anawir.

Santa Faustina Kowalska, Apóstol de la Divina Misericordia, fue testigo privilegiado de la dicha de los bienaventurados en el Cielo, llevada allí transitoriamente por el propio Señor y dejó constancia del mismo en el Diario que el Señor le exigió publicar y difundir por toda la tierra para preparar a la humanidad para su segunda venida. Afortunadamente, cada vez más sacerdotes son conocedores de este mensaje de esperanza en el que el Señor nos ofrece su Infinita Misericordia como vía de salvación eterna previa al Día terrible de su Justicia, cada vez más gente conoce la Coronilla, la novena y las jaculatorias de la Divina Misericordia enseñadas por el propio Señor a la santa polaca para toda la humanidad, además de que en cada vez más iglesias se venera su imagen con el llamamiento al abandono en la divina providencia (el Jesús, en Ti confío), algo que el propio Señor pidió expresamente para el bien y la salvación de las almas y que debe venerarse incluso en fábricas, oficinas, centros públicos, etc. Todo según su Santísima Voluntad. Quien conoce y ama a Jesucristo Nuestro Señor, quien ya ha tenido un encuentro con Él, ya anticipa el conocimiento del Reino de los Cielos, ya lo anhela cada vez con más ardor interior, y ya renuncia cada vez más al mundo y sus reclamos, obstáculos, cuando no impedimentos, para la salvación eterna de las almas. Así también lo han sentido los santos de todos los tiempos.

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