Getting your Trinity Audio player ready...
|
1984 es la distopía más célebre del siglo XX. En ella, Orwell presenta un futuro en el que una dictadura totalitaria interfiere hasta tal punto en la vida privada de los ciudadanos que resulta imposible escapar a su control.
En el libro Orwell indica cómo se llega al fin último de esta dictadura que es el control de la Sociedad; vale la pena establecer analogías con la sociedad en la que vivimos.
-1) Romper vínculos: entre hombres y mujeres,entre padres e hijos, entre matrimonios: el propósito es dejar al individuo en una posición vulnerable ya que el sostén de una persona es la familia, la pareja y los amigos . Atomizando la sociedad, haciendo a las personas más solitarias se consigue que las personas actúen de una forma gregaria: van a querer formar parte de algo colectivo a todo trance y el análisis crítico se deja atrás.
Para romper esos vínculos es necesario polarizar esos vínculos naturales y aquí es fácil percibir la ideología de género y su política de criminalización de los hombres por el hecho de serlo,de llamar a la mujer al odio y al enfrentamiento en vez de a la colaboración en una sociedad que pretende tutelarla como si fuera una menor de edad perpetua.
Otro caso serían los «millenials» una generación con una ausencia de vinculación con el pasado total ,una generación que no valora la libertad de expresión,inclinada a censurar discursos que puedan ser ofensivos por el adoctrinamiento sufrido ,una generación-en definitiva- incapaz de lidiar con puntos de vista distintos a los suyos.
-2) La neolengua. La dictadura crea un lenguaje artificial que modelará la mentalidad de los súbditos ya que el lenguaje determina la estructura del pensamiento humano. El fin último es evitar que la gente piense críticamente y razone y reaccione instintivamente a slogans.
Las palabras se vacían de su significado original y solo importa su carga política: así el «ministerio de la verdad» se dedica a ocultar cualquier indicio de verdad (los verificadores «independientes» de contenidos como Newtral que censuran contenidos que están políticamente posicionados en su contra) la palabra «igualdad» se retuerce para asociarla a políticas identitarias donde se privilegia a colectivos en función de su pertenencia al género o a una etnia determinada . Incluso conceptos tradicionalmente negativos como la palabra «discriminación» según la finalidad política se puede volver «positiva».
Otro término de la neolengua sería el «paracrimen», es decir, descartar instintivamente todo pensamiento «peligroso» que pueda surgir en la mente: la plataforma «Facebook» tiene un equipo de más de 7500 personas que se encargan de censurar contenidos en los muros de los usuarios: para la agencia de noticias «Propública» “Lo que Facebook está haciendo para erradicar el discurso de odio de la plataforma puede ser la operación de censura global más opaca y extensa de la historia”.
Los algoritmos de filtrado que utiliza Twitter o Youtube en base a modelos matemáticos priorizan ciertos contenidos sobre otros. No hay ninguna duda de que se usan con intencionalidad política y de manera efectiva, en tanto el filtrado por algoritmo suprime de manera sistemática ciertas perspectivas y da más relevancia a otras.
En esta sociedad distópica que vivimos los «milenialls» ya han interiorizado que son los «likes» o los votos la medida de la verdad y la razón, convirtiendo la razón en algo estadístico.
3) El control del pasado: ya que según Orwell «Quien controla el presente controla el pasado y quien controla el pasado controlará el futuro.» es decir que la explicación de la Historia no venga de historiadores contrastados y realmente independientes que confirmen una información sino que venga de la ideología: así cualquier hecho histórico que confirme mi posición política es cierto y los que pongan en evidencia mi postura política son falsos ¿os suena?:
Ya podéis ver que muchos de los hitos contemporáneos repasan una a una esa dictadura distópica de la que nos hablaba Orwell y el Estado de excepción que vivimos que ha sido ampliado hasta el paroxismo normalizando encierros masivos, multas ilegales o colas.
No tiene ningún sentido que el mismo Estado que lleva décadas haciendo una negligente dejación de funciones en el control de fronteras y del espacio aéreo que ha llevado a la propagación del COVID19 en España (y anteriormente de otras enfermedades que estaban extinguidas como el paludismo o la introducción de más de 300 especies animales y vegetales foráneas que esta pulverizando nuestro medio ambiente) pretenda al mismo tiempo un recorte de derechos y libertades fundamentales que incluye el confinamiento masivo de la población por no haber realizado en su momento test y seguimientos.
El artículo 9.3 de la Constitución expresa claramente que » la arbitrariedad supone una infracción de la norma, y ante una actividad no reglada o discrecional conlleva una desviación de poder».
Frente a «1984» otro libro, «Un mundo feliz», nos habla de otra sociedad distópica y controladora pero no tanto sobre la represión y la censura sino sobre el atontamiento de la «sociedad del espectáculo», las drogas, la verdad ahogada por el océano de irrelevancia de banalidades y cotilleos, en definitiva,un mundo controlado por el placer y el hedonismo.
Que la vuelta a la normalidad no nos devuelva a una cárcel voluntaria.
Autor
Últimas entradas
- Actualidad26/12/2023Reinventando la historia. Magnicidio frustrado. Por Fernando Infante
- Destacados15/08/2023Lepanto. ¿Salvó España a Europa? Por Laus Hispaniae
- Actualidad15/08/2023Entrevista a Lourdes Cabezón López, Presidente del Círculo Cultural Hispanista de Madrid
- Actualidad15/08/2023Grande Marlaska condecora a exdirectora de la Guardia Civil