En la página oficial de La Moncloa se nos muestra la agenda de los integrantes del Gobierno de España, aunque de todos es sabido, que hay determinadas actividades que no aparecen en la misma de manera “misteriosa”.
Podemos poner como ejemplo la reunión del entonces ministro socialista José Luis Ábalos con la vicepresidenta del régimen de Nicolás Maduro, Delcy Rodríguez, en el aeropuerto de Madrid.
Este pasado febrero, Pedro Sánchez realizó una visita sorpresa no agendada a Marruecos, al que fue acompañado por el ministro de Asunto Exteriores, José Manuel Albares. Las visitas oficiales del presidente del Gobierno a otros países se suelen anunciar con antelación a los medios, pero estamos hablando de Pedro Sánchez.
Para seguir con sus viajes sorpresas, el presidente se ha “plantado” en el Valle de los Caídos con cara de preocupación (en su segunda gira a Oriente Próximo su semblante era otro pues se cree tener un papel importante a nivel internacional).
El presidente ha llegado al rebautizado Cuelgamuros con su propio equipo de fotógrafos, y realizada la visita, la Secretaría de Estado de Comunicación ha difundido las imágenes. Ironías de la vida, a mi, me ha recordado al NO-DO.
Dice Sánchez que hacía esta visita atendiendo la demanda de 160 familias que todavía siguen buscando respuestas. La realidad es otra. Hay que seguir estirando el “chicle” de la Guerra Civil Española y le ha venido muy bien que tres Comunidades Autónomas se hayan plantado frente a la mal llamada Ley de Memoria Democrática.
La estrategia del presidente contrasta con la de EH Bildu en el inicio de la campaña electoral del País Vasco. Otegi, no encabezando la lista electoral, pretende diluir la imagen que este partido tiene asociada al independentismo proetarra. Este “personaje” ha dicho en una de sus apariciones públicas, que hay que pasar página, manteniendo que la no colaboración de los presos etarras para solucionar los más de 350 asesinatos sin resolver, son cosas del pasado que no hay que seguir removiendo.
El objetivo del PSOE es el mismo que de EH BILDU, conseguir votos. Para conseguirlo, el primero sigue revolviendo en el pasado, y el segundo, intenta que se olvide el mismo.
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Pues a mí, al NODO, no puede recordarme menos. Pero ya se sabe que como recurso facilón, no tiene precio; si bien empieza a estar ya muy visto y sobado, pronto estará incluso raído.