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Custodio Ballester Bielsa (1964). Sacerdote de la diócesis de Barcelona. Coadjutor en la parroquia de San Sebastián de Badalona. Miembro del Consejo del Presbiterio. Licenciado en Teología Fundamental. Estudiante en la Escuela de Doctorado de la Universidad de Zaragoza. Le entrevistamos con motivo de su libro El Arca de Noé. La Iglesia del Papa Luna, Tarragona, Editorial Fides.
¿Por qué ha decidido escribir un libro sobre el Papa Luna?
Porque lo considero una figura apasionante en la Historia de la Iglesia. Yo diría que además de apasionante, edificante. Desde niño me impresionó la placa de mármol que los estudiantes de la Universidad de Zaragoza colocaron en la capilla pontificia del castillo de Peñíscola en 1923, conmemorando el 500 aniversario de su muerte allí: “Aragón os pide que roguéis a Dios por Benedicto PP XIII Pedro de Luna, el gran aragonés de vida limpia, austera, generosa, sacrificada por una idea del deber. El Juicio Final descubrirá los misterios de la Historia. En él nos salve Jesucristo y Santa María, su Madre”.
¿Por qué se empezó a interesar por su figura?
Por el evidente interés que ofrece en estos momentos la proyección de las preocupaciones actuales de la Iglesia a una época mucho más conflictiva que la actual. El estudio de ese turbulento período -el Cisma de Occidente (1378-1429)-, puede ser muy útil para proyectar una perspectiva desdramatizada sobre el momento actual de la Iglesia. Partiendo de mi licenciatura en Teología Fundamental por la Facultad de Teología de Cataluña, llevo ya unos años trabajando en un proyecto de tesis doctoral sobre la legitimidad del pontificado de Benedicto XIII. A ello me empuja también la proximidad de mi casa solariega en Benicarló al castillo de Peñíscola, emblema de la tenacidad de tan singular pontífice.
¿Por qué el título de El Arca de Noé?
En 1417 se recibió en el concilio de Constanza una carta fechada en Tortosa que daba cuenta de la visita de dos monjes enviados a Peñíscola para inducir al Papa Luna a la sumisión y llevarlo a la renuncia. Ya había sido depuesto Juan XXIII y abdicado voluntariamente Gregorio XII desde Roma. La respuesta de Benedicto XIII fue: “No está en Constanza la verdadera Iglesia”. Y dando un golpe con su diestra en la silla papal añadió: “Verberando manum suam ad cathedram dixit: ¡Hic est Arca Noe!”: “¡Esta es el Arca de Noé!”.
Y continuó: “Es verdad que prometí en el cónclave que iría hasta la unión de la Iglesia, incluida mi renuncia, pero no antes de haber agotado todos los otros medios. Es así que yo soy el único juez de estos medios y que están muy lejos de haberse agotado. Luego, no estoy obligado a cumplir mi promesa de renuncia. Además, yo envié a Constanza a mis embajadores. En todos los puntos soy invulnerable. Se me llama hereje y cismático. Yo soy el Papa. Los herejes y los cismáticos están en Constanza. Sin ellos el Cisma habría ya terminado hace un año y medio. Podéis decírselo de mi parte”.
¿Por qué el libro se limita a ofrecer unos planteamientos previos a su tesis doctoral sobre la legitimidad de Benedicto XIII, pero sin entrar de lleno en los resultados?
El plan de estudios para la obtención del grado de doctor en Historia obliga al doctorando a publicar trabajos y también comunicaciones en simposios y seminarios. Pero como todavía estoy trabajando en el proyecto de tesis doctoral, no puedo entrar plenamente en el contenido de mi trabajo doctoral ni en sus resultados, ya que la tesis debe ser novedosa. Por otro lado, parte del contenido del libro había sido ya publicado en diversas webs y no puede ser utilizado en una tesis. Puedo autocitarme, eso sí.
Quizá podemos pensar que tenga en mente nuevos escritos sobre el pontífice mencionado.
Pues sí. Voy a participar con una comunicación en el simposio “La victoria de las mujeres. Espacios femeninos en tiempos de Benedicto XIII” que organiza la Diputación de Castellón, precisamente en el castillo de Peñíscola. El título de mi trabajo es “La fatal influencia del Cisma de Occidente en el destino de Juana de Arco”. Así son de profundas las implicaciones de este tema.
¿Nos podría anticipar algo de los principales argumentos que va a exponer en su tesis en defensa de la legitimidad de Benedicto XIII?
No revelo nada nuevo afirmando que el meollo de la cuestión es el tormentoso cónclave en el que fue elegido Urbano VI, el arzobispo de Bari, Bartolomé Prignano, en abril de 1378. Un año antes, Gregorio XI había retornado a Roma tras los más de sesenta años de exilio en Aviñón. A su muerte, el populacho romano, temeroso de que la elección de un cardenal francés alejase nuevamente el papado de Roma, provocó gravísimos tumultos. Los cardenales fueron amenazados de palabra los días previos y hasta de obra durante el mismo cónclave: “¡Por los clavos de Cristo! Si no elegís un papa romano o al menos italiano, ¡os mataremos a todos!”, gritaba la multitud enfurecida. Así, pues en ese contexto fue elegido como candidato de compromiso Urbano VI que no era cardenal y, por tanto, no estaba en el cónclave.
El desarrollo posterior de su pontificado y, sobre todo, las terribles circunstancias de su elección, convencieron a los cardenales de la nulidad del último cónclave. Por ello, le invitaron echarse a un lado para realizar una nueva elección. Al negarse, fue excomulgado y depuesto. Inmediatamente, prácticamente todos los cardenales, declararon nula la elección y eligieron pontífice al cardenal Roberto de Ginebra, Clemente VII. Ahí se inició el Cisma de Occidente, con un papa en Roma y el otro de nuevo en Aviñón. El sucesor de Clemente VII fue el cardenal de Aragón, D. Pedro de Luna, Benedicto XIII en su obediencia. Hasta ahora, la mayor parte de los investigadores han llegado a una peculiar conclusión al afirmar que “la primera elección no fue ni completamente nula, ni completamente válida. En todo caso atacable”. Lo cual no soluciona gran cosa, la verdad.
Posteriormente, se dieron otros acontecimientos que, bien estudiados, pueden confirmar la nulidad del cónclave de 1378 y la legitimidad del Papa Luna como verdadero y único pontífice. Por ahí discurre mi investigación.
¿Por qué la legitimidad del Papa Luna es rechazada por la historiografía eclesiástica oficial?
Porque se piensa que entonces quedaría deslegitimada la línea romana, la de Urbano VI y sus sucesores: Bonifacio IX, Inocencio VII y Gregorio XII. El mismo concilio de Constanza (1414), convocado para finalizar el Cisma obteniendo la abdicación de los tres papas en liza, quedaría en entredicho, pues fue convocado en primera instancia por Juan XXIII, el papa salido del conciliábulo (no convocado por la autoridad legítima) de Pisa (1409). Tras deponerlo a la fuerza, el concilio fue reconvocado Gregorio XII, para luego abdicar inmediatamente.
Si el pontífice legítimo era el Papa Luna, las decisiones y decretos de Constanza no tienen validez alguna, ni siquiera la elección de Martín V, realizada no sólo por los cardenales, sino también por las naciones. Una completa irregularidad que se justificó entonces por un supuesto “estado de emergencia” eclesial: recuperar la unidad, aunque fuese a costa del mismo Derecho canónico.
Ya ha pasado mucho tiempo. Rehabilitar al Papa Luna no tendría que ser mayor problema, si se presenta un buen trabajo académico que lo avale. Esa es mi aspiración.
¿Por qué la Damnatio memoriae, la condena de la memoria, del Papa Luna merece una reparación?
La verdad de las cosas no acepta ser desahuciada por la ficción interesada y por el desenlace de unos hechos que, por vías de falsedad y de injuria, hicieron creer a muchos que se daba fin al Cisma al ser elegido Pontífice por el Concilio de Constanza en 1417 el cardenal Odón Colonna, que tomó para sí el nombre de Martín V. La verdad histórica, libre de prejuicios, pretende demostrar que el Cisma no terminó hasta el año 1429, cuando, primero en el castillo de Peñíscola, y después en la iglesia arciprestal de Sant Mateu del Maestrat, Clemente VIII, el sucesor del Papa Luna, se despojó de las insignias papales, renunció al Supremo Pontificado y eligió, junto con sus cardenales, como único Papa de la Iglesia a Martín V ante el legado pontificio Pere de Foix y el Obispo de Tortosa Ot de Montcada.
¿Por qué es necesario reivindicar su figura y su legado?
Reivindicamos con justicia la figura y la obra de un gran Pontífice porque somos muchos los que deseamos que el Papa y la Curia Romana abandonen la vía del oprobio y, anulando la sentencia del concilio de Constanza, declaren que el Papa Benedicto XIII no fue inmisericorde, ni perseguidor de los pobres, tampoco de la Humanidad y la Iglesia, no fue cismático ni fomentó el cisma. Y no ha de seguir siendo tenido por étnico y publicano, por violador de juramento, escandalizador de la Iglesia, enemigo de la paz y de la unidad, hereje notorio e incorregible y excluido de la Iglesia como rama seca, excomulgado y depuesto, tal como afirmaba la sentencia de deposición promulgada en el concilio de Constanza en 1417.
¿Por qué merece la pena leer el libro?
Porque la Iglesia de Benedicto XIII, el Papa Luna, el Pontífice revestido de dignidad moral, armado de firmeza doctrinal y de fidelidad católica, fue definida por él mismo como el Arca de Noé, la Casa de Dios, donde está la verdadera Iglesia: Arca Noe, Domus Dei, ubi vera est Ecclesia. Aquella Iglesia es la nuestra. No hay otra.
Autor

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Subdirector de Ñ TV España. Presentador de radio y TV, speaker y guionista.
Ha sido redactor deportivo de El Periódico de Aragón y Canal 44. Ha colaborado en medios como EWTN, Radio María, NSE, y Canal Sant Josep y Agnus Dei Prod. Actor en el documental del Cura de Ars y en otro trabajo contra el marxismo cultural, John Navasco. Tiene vídeos virales como El Master Plan o El Valle no se toca.
Tiene un blog en InfoCatólica y participa en medios como Somatemps, Tradición Viva, Ahora Información, Gloria TV, Español Digital y Radio Reconquista en Dallas, Texas. Colaboró con Javier Cárdenas en su podcast de OKDIARIO.
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Mi querido amigo y compañero articulista Don Javier Navascués:
Hoy has tenido al mejor contertulio posible, a mi querido amigo y admirado sacerdote Don Custodio, que me llena de alegría y satisfacción verle con fuerza, moral, firmeza y los principios y valores de un hombre en la excelencia.
Don Custodio Ballester, no solo ha demostrado ser un buen católico, sino también un gran patriota, que ha estado luchando por ambas causas, solo, con gallardía y valentía, como aquellos famosos curas de los Tercios Viejos, que en las batallas luchaban con un crucifijo en su cuello, con un misal en una mano y en la otra la espada.
Este gran hombre y mejor sacerdote, ha luchado por la fe y la Patria, que una vez y durante cientos de años, hicieron de España la mejor Nación del mundo.
Muy preocupado por la imposición y ayuda gubernamental por el Islam y la cada día más siniestra imposición en nuestra vida cotidiana
No debemos olvidar que en España hay 1.839 mezquitas y muchos “centros de culto”, encubiertos.
Y a esa disparidad de Centros dedicados a Mahoma, me pregunto:
¿Cuántas Iglesias cristianas hay en Marruecos?
Pues ese País, nuestro enemigo consolidado, con la ayuda de los gobernantes traidores a España, cuenta con dos archidiócesis y unas 30 parroquias. Por lo que se verá, la balanza a qué lado se inclina.
En este breve mensaje debo darle mi agradecimiento a Don Custodio, un sacerdote luchador y valiente, que en esta España que padecemos, podríamos, sin duda, considerarlo como un héroe.
Su lucha durante años, no solo ha sido para defender, la verdadera Iglesia Católica, esa misma que la Jerarquía Eclesiástica Española, no lo hace, poniéndose en las manos de herejes, rojos y demás endemoniados personajillos, con el afán de destruir la verdadera Historia de España.
Gracias, mi querido y admirado Sacerdote, yo sé por las tragedias que ha pasado, por hablar claro, que conlleva a ser “políticamente incorrecto”
Ha sido Don Custodio, perseguido, acosado y despreciado por unos y otros. No recibiendo nunca ayuda de su Archidiócesis, sino todo lo contrario.
En una ocasión dijo:
«Que me amenacen con la cárcel es gravísimo y muestra la descristianización de España»
Y a las preguntas tuyas Javier, de hace un año:
¿Cómo se encuentra usted tras estar siete años esperando un juicio acusado de «delito de odio», por un artículo crítico con el islam extremista?
¡Pues cómo quiere que esté!, tranquilo. Un cura no puede amilanarse ante algo así. La defensa de nuestra fe (incluso frente a otras creencias) va en el oficio. Lo que yo he dicho en mis sermones, lo han dicho también infinidad de curas. También lo dijo Benedicto XVI en Ratisbona. La diferencia está en que, por otras razones, a mí me han grabado y han venido a por mí. Es decir que mi situación no es tan grave, al menos de momento, como la de los cristianos en Pakistán. Pero tiempo al tiempo…
¿Hay posibilidades reales de ir a la cárcel y cómo se está preparando para ello?
Tenemos unas leyes tan desquiciadas, y está tan acentuada la animadversión contra la Iglesia de Cristo, que cualquier cosa puede ocurrir. ¿Preparado? ¡Por supuesto! El propio Jesucristo nos advierte: «Cuando os arresten, no os preocupéis de lo que vais a decir o de cómo lo diréis: en su momento se os sugerirá lo que tenéis que decir; no seréis vosotros los que habléis, el Espíritu de vuestro Padre hablará por vosotros» (Mateo 10, 17)». Me sentiría orgulloso de ser perseguido y encarcelado por defender mi fe y la de mis hermanos perseguidos por el islamismo. Cambiaría mi territorio de apostolado: en vez de ejercerlo en una parroquia, lo ejercería en la cárcel, tan necesitada de luz y esperanza.
¿Quién está realmente detrás de este enseñamiento contra los que se oponen a la dictadura de lo políticamente correcto?
«No os fieis de la gente, -dice el propio Jesucristo- porque os entregarán a los tribunales, os azotarán en las sinagogas y os harán comparecer ante gobernadores y reyes, por mi causa; así daréis testimonio ante ellos y ante los gentiles» (Mateo 10, 17)….
Y digo yo: ¿Qué más se puede decir, con una claridad tan absoluta, con un gran corazón y un alma limpia?
Desde mi humildad, pero con mi fortaleza siempre en vanguardia, le envío un fuerte abrazo, ya no solo por su gran libro, sino por su admirable trayectoria, que sobresale triunfante, ante un rebaño lanudo, adoctrinado y abocado a ser la alfombra de los malhechores del mal, de los herejes, de los antipatriotas, de esos faltos de corazón, que como hienas y ratas, destruyen cada día a nuestros héroes católicos y a nuestra maravillosa historia de una Nación que fue la mayor Evangelizadora del cristianismo de la Historia.
Aprovecho dese aquí, para enviarle el mismo halago a mi querido sacerdote Don Jesús Calvo, otro luchador por la fe y por la Patria, que desde una pequeña Parroquia como Párroco de Villamuñío de León, está muy orgulloso de ser Capellán de Falange, estando su sacristía está llena de cuadros e imágenes patrióticas de nuestro Caudillo y de José Antonio. Mi querido y admirado sacerdote Don Jesús, cada 20-N celebra una Misa en honor a nuestro Caudillo en la Parroquia de Santa Marina La Real, en la capital de León.
Don Custodio, le envío un fuerte abrazo, de su amigo y seguidor que siempre lo fue,
Miguel Sánchez
Caballero Legionario
Gran cura el Padre Custodio