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Muchos vienen diciendo últimamente, que España, ha terminado un ciclo y debe comenzar otro de regeneración. A unos y otros corrijo y les apunto que más bien no es que haya terminado un ciclo, sino que una generación debe sustituir a otra y por tanto regenerarse para seguir caminando hacia delante. Y en esta tarea lo primero que debemos recordar unos y aprender otros es saber lo que somos y lo que es España.

Definir objetivamente a la Patria es una ardua tarea de difícil consecución. Principalmente, porque los que somos apasionados, en todos nuestros actos, aún sin proponernos, ponemos el corazón con más intensidad que el entendimiento, y hacemos que las coordenadas de amor y de razón, de las que ha de surgir la línea que da el resultado buscado, puedan quedar descompensadas a la hora de concretar el efecto del ser español, que en definitiva es nuestro propósito.

Creo, no obstante, que en esta ocasión y dada la grandeza del ente a definir, pondré el máximo cuidado y la más recta ecuanimidad para que, tras haber estudiado y sopesado las que se han atrevido a dar muchos e insignes pensadores que nos han ofrecido multitud de ejemplos sencillos y expresiones claras e imparciales, pueda, partiendo de sus axiomas, emplearlas para tratar de resumir en este boceto la descripción de las diferentes facetas y manifestaciones de mi España.

A pesar de mis escasas fuerzas mi voluntad no puede ni debe  sustraerse a tan gran reto, y con el ánimo consolidado  en mi firme voluntad  espero poder concretar, gracias al amor que tengo a España, y en mi vehemente deseo de inculcar  ese amor no solo a mis compatriotas, sino también a los hermanos hispanos que quieran recorrer conmigo ese camino de amor a la Madre-Patria, me voy a atrever, con el empuje característico de nuestra raza  a hacer una síntesis de todas las definiciones que conozco. 

¿Qué es España? Dicen muchos que es la tierra donde nacemos y vivimos; sus paisajes, alegres unos, bravíos y escarpados otros, austeros y de lejanos horizontes aquellos. Es la historia de sus victorias y sus infortunios, que se desarrollaron en sus valles y vegas, en el laberinto de sus montes, o en los mares que bañan nuestras entrañables playas. Es el pequeño pueblo de nuestra niñez, acostado en la ladera de un cerro, en donde se alza -aún altivas- las imponentes ruinas de un castillo medioevo. Es la populosa ciudad con sus industrias y sus fábricas productivas. Es la inmensa catedral, con su encaje de piedra y sus multicolores vidrieras que amortiguan el fuego de los rayos del sol. Es la pequeña capilla en donde fuimos bautizados y la Cartuja en donde unos frailes austeros conservan, junto a la fe de nuestros mayores sus legendarios pergaminos.

Es la tierra donde se trabaja hoy el surco del barbecho para segar mañana las mieses maduras. Es la vendimia de nuestras ricas cepas, manantial del vino, o la recogida de las sabrosas aceitunas. Los naranjales y almendros en flor. Son los trajes típicos de cada región, sus costumbres tradicionales, las viejas canciones heredadas que se continúan cantando, las muchas leyendas que pasan de padres a hijos mientras brillan calientes las brasas del hogar.

Es la herencia de nuestros mayores; el recuerdo de la ternura de la madre o la ilusión del primer beso de la novia. Es la bandera roja y amarilla flotando en el azul inigualable de nuestro cielo. Es la tierra donde se sueña y se muere. El apartado cementerio, donde al abrigo de los cipreses, reposan para siempre nuestros antepasados. Y también es la tierra donde han de trabajar nuestros hijos, sus futuros poseedores.

Son los hechos de armas de nuestros mejores paladines, con la gloria de sus acciones victoriosas o con el dolor de las traiciones.  España es el grito de libertad de Indíbil y Mandonio, es el patriotismo de Viriato izando el pendón de independencia. España es el fuego de Sagunto y de Numancia, es la conversión de Recaredo y es Pelayo en la defensa de Covadonga. España es el famoso paso de Roncesvalles y es la invocación “¡Santiago y cierra España!” en la reconquista. España es la jura de Santa Gadea y la toma de Valencia por el Cid Campeador. España es el tañido de la campana de Huesca y Sancho el Fuerte de Navarra rompiendo las cadenas de los despojados en las Navas de Tolosa.  España es Fernando III dando de comer a los pobres el día de jueves Santo y también la normativa de las siete partidas de Alfonso X el Sabio. España es la victoria de Roger de Lauria sobre la armada francesa y es el acto heroico de Guzmán el Bueno en Tarifa. España es el valor de los almogávares y el yugo y las flechas de Fernando e Isabel. España es el suspiro y lloro de Boabdil, y la eminente unidad territorial, España es la marcha de la expedición de Palos y la evangelización de medio mundo. España es el sitio de Metz y la humillación francesa en Batalla de San Quintín.  España es el dos de mayo, Andrés Castejón el alcalde de Móstoles, Luis Daoíz y Pedro Velarde, el tambor de Bruch, Agustina de Aragón y todo un pueblo comprometido para librarse del yugo del extranjero. España es Eloy Gonzalo, el héroe de Cascorro, que supo honrarla y el Capitán Enrique de las Morenas que la defendió en el Baler con su vida. España es la consagración en el Cerro de los Ángeles al Sagrado Corazón de Jesús.

España es el heroísmo, el valor y la hidalguía de sus gestas: El Alto del León, el Alcázar, Brunete, Belchite, Simancas, Alcubierre, el Ebro, Teruel… España es la patria bravía de Quijotes y de Sanchos, tierra ideal, tierra de sol, de luz y de alegría.

España es el arte de la guerra del Gran Capitán Gonzalo Fernández de Córdoba y el “Desperta Ferro” de Roger de Flor. España son los poderes del el Cardenal Cisneros y las Etimología de San Isidoro.  España es la casta y el honor de María Pacheco, la Leona de Castilla, luchando contra las injusticias. España es la salvación de la civilización cristiana en la gloriosa batalla de Lepanto. España es la madre que alumbra hijos de la talla de Alonso de Ojeda, Hernán Cortés, Fernando de Magallanes, Andrés de Urdaneta, Hernando de Soto, Francisco Pizarro, Vasco Núñez de Balboa, El Rey San Fernando, Juan Ponce de León, Alejandro de Farnesio, Juan Sebastián Elcano, Fernando Álvarez de Toledo y Pimentel, Albar Núñez Cabeza de Vaca, Blas de Lezo, Pedro de Valdivia, Hernando de Soto, y tantos y tantos otros que cambiaron el mundo e izaron su estandarte donde nunca se ponía el sol.

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España son también los grandes hombres que han dejado su huella en la historia por su valía, honradez, fidelidad y patriotismo como Cosme Damián Churruca, Francisco Javier Castaños, Federico Gravina, Tomás Zumalacárregui, Juan Martín Díez “el Empecinado”, el ángel del Alcázar, José Millán Astray, Ramiro Ledesma, Agustín Muñoz Grandes y cuantos héroes anónimos que no lo han sido para Dios.

España es su consagración al Sagrado Corazón de Jesús en el Cerro de los Ángeles, el desembarco de Alhucemas, es la una, grande y libre que forjara Francisco Franco. España es la voluntariedad de la División Azul y la ulterior llegada a Barcelona del Seríamis. España es la voz de Bas Piñar, la españolía de Rafael Gambra, la aventura del Capitán Carlos Etayo y la Unidad Católica sostenida por Alberto Ruiz de Galarreta y las Jornadas de Zaragoza protagonizadas por un grupo de perseverantes católicos españoles. España es también el suplicio sufrido por Antonio Tejero Molina, que, por ser hombre de honor, supo hacer hermoso aquello que estaba obligado a realizar.

España es la herencia de nuestros escritores y poetas, España es el Cantar de Mío Cid. Ser español es recordar a doña Jimena en el Monasterio de San Pedro de Cardeña, defender el honor de doña Elvira y doña Sol contra los traidores y cobardes Infantes de Carrión y combatir junto a Minaya Alvar Fáñez y Martín Antolínez, el burgalés de pro.

España es Gonzalo de Berceo y sus Milagros de Nuestra Señora y «el monasterio de San Millán de la Cogolla y el de Santo Domingo de Silos; Ser español es cortejar con el Marqués de Santillana a aquella “moza tan fermosa” que era “la vaquera de la Finojosa”. O ir en busca de amores con el Arcipreste de Hita y la vieja Trotaconventos.

Ser español es mirarle a la cara sin miedo a la Muerte, como Jorge Manrique, con el aplomo y la resignación cristiana del Maestre don Rodrigo, “porque querer hombre vivir, cuando Dios quiere que muera, es locura”. Pero ser español también es compartir y disfrutar de un vaso de buen vino con la vieja Celestina y sus pupilas en una tasca de mala reputación.

España son las Églogas de Garcilaso de la Vega y su Soneto XXIII, el Cántico Espiritual de Juan de la Cruz y las andanzas y miserias de Lázaro de Tormes. España es la Oda a la vida retirada de fray Luis de León, los Ejercicios Espirituales de Ignacio de Loyola y la vida del Buscón de Quevedo. España son las soledades de Góngora y es cabalgar con don Quijote y Sancho Panza para desfacer entuertos y combatir malandrines y encantadores. Español es Peribañez y Fuenteovejuna y Olmedo (“que de noche lo mataron al caballero, la gala de Medina, la flor de Olmedo”). España es Segismundo (“¡Ay mísero de mí, ay infelice!”) y el burlador de Sevilla y el Estudiante de Salamanca y el don Juan de Zorrilla. España es Cadalso, Feijoo y Jovellanos. España son las rimas de Bécquer y las orillas del Sar de Rosalía y el don Juan Tenorio de Zorrilla. España es un canto a la libertad como la canción del pirata de Espronceda y es el dolor de Larra. España es la Benina de Galdós y la Ana Ozores de Clarín y la Pepita Jiménez de Valera.    

España es la semblanza patriótica de José María Gabriel y Galán. España es la agonía de Unamuno, la elegancia refinada de la princesa triste de la Sonatina de Rubén Darío y el sufrimiento y el espanto de Lo Fatal. España es el esperpento de Max Estrella y Valle-Inclán y son los Campos de Castilla de Antonio Machado. España es Andrés Hurtado y Zalacaín el Aventurero. España es la San Sebastián de Edad Prohibida de Torcuato Luca de Tena y la Asturias de Armando Palacio Valdés y su Aldea Perdida.

España es el Macondo de los Cien años de soledad de Márquez y es La ciudad y los perros de Mario Vargas Llosa. España es también el México de Carlos Fuertes y la Cuba de José Martí y es el Chile de Pablo Neruda y la Nicaragua de Rubén Darío. España es la Pampa del gaucho Martín Fierro y es el Inca Garcilaso de la Vega y es un poema de amor de sor Juan Inés de la Cruz y es el Facundo de Domingo Sarmiento. España es la Comala de Pedro Páramo y es el nuevo mundo de Bernal Díaz del Castillo. España es un cuento de Borges o un relato de Cortázar.

España es La Colmena de Cela y Cinco noches con Mario de Miguel Delibes; es Lauro Olmo y la historia de una escalera de Buero Vallejo. España es la poesía de Miguel Hernández y Celaya. España es Lorca, Aleixandre y Dámaso Alonso. España es la Razón de amor de Salina y el Ciprés de Silos de Gerardo Diego y la Meseta de Guillén.

España es también la huella de color que empapa el pincel en la paleta de nuestros pintores.  Es un retrato de Velázquez, una pesadilla de Goya en su Quinta del Sordo y un arlequín de Picasso; España es una mujer asomada a una ventana contemplada por Dalí y un mural colorista de Miró. España es la luz de Sorolla y un paisaje de Zuloaga. La luz y la sombra en los claroscuros de Zurbarán, el desarrollo inalterable hiperrealista de Antonio López, La realidad objetiva de Fortuny, la majestuosidad de Greco, el temperamento de Julio Romero de Torres, la majestuosidad y sencillez de Ruiseñor, el lucimiento de Solana, la profundidad de Sotomayor y la sobriedad de Vázquez Díaz, etc.

España es el cincel y el martillo, el buril y la espátula, y sobre todo las manos de nuestros escultores e imagineros. España es el hierro y el hormigón de Chillida, la majestuosidad de Juan de Avalos y la combinación paralela del clasicismo y la experiencia de Gargallo, es esplendor de Mariano Benlliure, el sentimiento Berruguete, la religiosidad de Gregorio Fernández, el clasicismo de Aniceto Marinas, la impronta de Francisco Salcillo, el vigor de Victorio Macho y la fuerza de Julio González Pellicer. 

España es Gaudí y Tapies; es churrigueresco y herreriano, románico y gótico. España es el Museo del Prado y la Catedral de Burgos y la de Zamora y la de León y la de Oviedo y la de Palma de Mallorca y la de Palencia y la de Córdoba y la de Murcia y la Alhambra de Granada. España es la Plaza Mayor y la Universidad de Salamanca, la Plaza del Obradoiro y el Pórtico de la Gloria de Santiago de Compostela y la Sagrada Familia de Barcelona. España es Segovia y su Acueducto Romano, es Ávila y sus murallas. España es el Monasterio del Escorial y la Cruz más alta del mundo en la Basílica de la Santa Cruz de Valle de los Caídos.

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España es la tierra de cantos y de santos, como Francisco Javier, Antonio María Claret, Domingo de Silos,  Pedro de Alcántara, Juan de Ávila, José de Calasanz, Raimundo de Peñafort,  José María Rubio, Ramón Nonato, Ildefonso de Toledo, Juan de la Cruz,  Pascual Bailón, Domingo de Guzmán, Isidro labrador, Diego de Alcalá,  Eulalia de Mérida, Dominguito del Val, Maravillas de Jesús, Fermín, Engracia de Zaragoza, Eulogio de Córdoba, Isidoro y Leandro de Sevilla, Ignacio de Loyola, Francisco de Borja, Raimundo de Peñafort, Toribio de Mogrovejo, Ezequiel Moreno, Pedro Poveda, Vicente Ferrer,  Tomás de Villanueva, Pedro Claver,  Teresa de Jesús, Osio de Córdoba, y de los innumerable mártires de  la Cruzada que sufrieron  persecución y ejecución, muriendo con sus labios perdonando a sus verdugos y sin una sola apostasía. Porque, no hay que olvidar que España es la tierra de María Santísima.

España es la ciencia de Gregorio Marañón, Jiménez Díaz y Ortega y Gasset. España es amarla sin límite, como la amo José Antonio, porque no le gustaba. España es el arte y el valor de Manuel Rodríguez Manolete. España es la alocución firme y viril de Matías Prats y el pedaleo constante hacia la cumbre de Miguel Poblet. España el gol político de Telmo Zarraonandia “Zarra” a Inglaterra.

España es el ingenio de Torres Quevedo, la inspiración de Isaac Peral y la sutileza de Juan de la Cierva. España es el laurel conseguido por los premios Nobel de José de Echegaray, Santiago Ramón y Cajal, Jacinto Benavente, Juan Ramón Jiménez, Severo Ochoa, Vicente Aleixandre, Camilo José Cela.

España tiene ritmo de pasodoble y de Jota, de muñeira y sevillana, de ranchera y de tango, de merengue y salsa, España es una sardana y una danza vasca. España suena a gaita y a guitarra, a mariachi mexicano y a tango porteño, a la resonancia andina y a cumbia y a bolero.  España es Albéniz y Falla. Granados y Rodrigo, Sarasate y Turina, Casals y Paco de Lucia, Chapí y Breton, Guerreo y Alonso. España es la inolvidable canción “en tierra extraña” de Concha Piquer. España es la voz inigualable de Alfredo Kraus, la versátil de Placido Domingo y la interpretación pulcra de Monserrat Caballé.

España son las fiestas de las Fallas de Valencia y los Sanfermines en Pamplona. España son las tradicionales celebraciones de la Semana santa y los carnavales de Cádiz y las Canarias. España es el vestirse y oler a Corpus Christi en Granada, Toledo y en todos los pueblos, así como lo es la algarada callejera de la Tomatina de Buñol. España son los Moros y cristianos en Alicante, la tamborrada de San Sebastián y el descenso del Sella con amigos y familiares.

España es la Semana Grande de Bilbao, la feria de abril en Sevilla, San Lorenzo en Huesca y de San Isidro en Madrid. España es la romería vikinga de Pontevedra, la Virgen de los Llanos en Albacete y la del Pilar en Zaragoza. España son las hogueras de San Juan en Alicante y celebraciones de Santa Tecla en Tarragona. España es la Romería del Rocío en Almonte y   la subida a la Virgen de la Cabeza en Andújar. España son las fiestas del almendro en flor en Salamanca y las del Cerezo en flor en el extremeño Valle del Jerte.  España son las fiestas de la Endiablada de Almonacid de Marquesado, las del Bando de la Huerta Murciana y los encierros y las corridas de Toros por todas sus plazas.

España es, en resumen, su geografía y su historia, su arte, su lengua y su cultura. Son nuestras fábricas e industrias, nuestros verdes bosques, nuestras obras públicas. Es el aluvión de hombres y mujeres cargados de honra y de honor, con un carácter especial y único que les hace entender la vida con un comportamiento singular, propio y exclusivo de quienes siendo individualistas por naturaleza están hermanados y unidos por un común denominador: su modo de creer y de rezar. De orar a un mismo Dios. Es tal su enraizamiento tradicional dentro de su diversidad, que por un ideal son capaces de gozar, de sufrir y hasta de morir.

Y ello es así, porque  su ser se identifica con  su forma de creer, es el depósito inmutable de la fe, de sus valores y de sus virtudes; pero es también, su ilusión aunada de todos los que convivimos en el horizonte del futuro, ya que sabemos que España no es un edificio acabado, sino que es un palacio en continua construcción, en el que las futuras generaciones tienen, además del deber de conservar lo edificado, la obligación de fijar nuevas ampliaciones aunando la importancia de su estilo tradicional con el de su época. Por último, resaltar, sobre todo, que la unidad de sus tierras y regiones, está cimentada por su catolicidad, que es la raíz, el tallo y el fruto de la esencia española

No quisiera terminar, este intentar definir a España, sin dar rienda suelta a los sentimientos sublimes y apasionados del español que soy y que en estos momentos embargan mi alma, para que hechos poesía, broten desde lo más profundo de mi ser al ser de España, como el más puro y limpio piropo de amor, que deseo compartir con cuantos vibren conmigo al escuchar: ¡España!

 

                       ¡España!, Patria bendita;

                        ¡España!, reina de amores;

                        ¡España!, trono de dicha.

                        ¡Corazón de corazones!

                      

                        ¡Mi España!  pura y rica,

                        caudal de fe y de honores.

                        Hija de la Pilarica.

                        Madre de los españoles.

                      

                        Como los cielos de bella

                        tu historia deja tu huella,

                        grabada tan firme y fuerte,

                        que más allá de la muerte,

                        aun sin razón mi cabeza,

                        proclamará tu grandeza!

 

Felices reyes magos, un saludo José Luis Díez.

 

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