20/09/2024 14:22
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Amanecemos a esta diana floreada de escarcha y humo, llena de dibujos surrealistas de hielo en los cristales, hoy 5 de enero, víspera de Reyes, con el monstruo que descubrimos ayer palmariamente y parlamentariamente en el Congreso de Diputados, ese mismo monstruo que recorre Europa, según se define en el Manifiesto Comunista, de Marx: el Comunismo. Los socialistas, endemoniadamente locos, nos llevan a otra guerra civil, resumiendo. En eso consiste la utopía estupida y alocada, de los «progresistas». El Progreso hacía el infierno. El sátrapa terminó ayer despóticamente encantado de conocerse. Manifestando que es feliz en su puesto dejando mandar a lo peor que pude parir la humanidad. Riéndose de todos: tú pregunta lo que quieras que yo ya contestaré lo que me dé la gana. Como así fue que no contesta nunca ni a la primera pregunta. Ese es, en su natural, el macarras, alias Dr. CUM fraude, sin límites ni escrúpulos, o sea, el mismo. A mis socios los elijo yo como me salga de dentro. Yo soy el presidente y el masca, y todos bocabajo. Todos al suelo. Aparte de un payaso es intrínsecamente, mala gente. Quien no cree en el demonio es que no conoce a la izquierda. 
 
El resentido chepas amenazó al irse con su ira envenenada y comunista, que aplicará su ley mano de hierro, a la justicia, a la libertad de expresión y a la economía, y a todo el que se mueva si no es comunista.  Es decir que el coletas manifestó echando la bilis por la boca llena de odio que se acabó la propiedad privada. Excepto la suya, claro, pues bien sabemos qué es y cómo un comunista: «lo mío es mío y lo de los demás también». El socialismo autoriza a robar, y el comunismo, a matar al que se resista. El chepas calla como un puta porque reencarnado en el demonio de Lenin, sabe qué hará, y que a los primeros que fusilará será a los socialistas que le ayudaron a llegar al poder totalitario. Su compañera que dejó abandonada con los churumbeles que le hizo, se hizo multimillonaria en cinco años. 
 
Pablo matará a Pedro, porque «el partido se fortalece depurándose», según dijo y demostró Lenin en la Revolución Rusa, 1917.
 
El Comunismo ya llegó a España para quedarse, aunque cueste creerlo, pues de tal perro de presa nadie se puede desenredar en cuando pega la primera mordida, ya te ha envenenado de muerte. Los que aún no se enteraron ya nunca se enterarán aunque mueran de hambre en una checa roja. No creo que volvamos a tener la oportunidad de votar, que es lo único que queda de esto que llaman democracia, gracias a los socialistas, autores del mal. Ellos trajeron a Podemos, y a los nacionalistas que ahora levantaron cuando más caídos estaban, lo mismo que Zapatero resucitó a la ETA cuando agonizaba. Hoy está mandando. La derecha que se cruzó de brazos observando impávida el espectáculo, en espera de recoger los despojos tras la hecatombe que ya empezó, también se equivocó, no podrá recoger nada porque no quedarán ni los despojos.
 
Hoy se abre el debate con la intervención de la etarra, que escupe contra el rey, España y la derecha toda suerte de improperios, poniendo a las víctimas como culpables, y a los culpables y verdugos, de víctimas. La presidenta, separatista que manda, ordena silencio para que la dejen hablar y ejercer su libertad de expresión. A la exaltación del terrorismo la llama libertad de Expresión, la catalana separatista y de nombre complejo de escribir que manda allí. Sin parar para nada a la etarra de EH Bildu que llama cárcel a  la Constitución y al rey fascista, y arma varios escándalos entre los diputados que lo mejor que harían es marcharse todos de allí, y dejar a la jefa sola defendiendo a la etarra, que no deja títere con cabeza. Solo se marcharon algunos de VOX.
 
Los socialistas con su encantador de serpientes al frente quedan retratados bajo la bota criminal de sus socios. Ya no hay lugar a dudas. 
 
Tras la etarra Vasca, viene otra, esta catalana, de la CUP y que da miedo, a rematar la faena. Tanta basura es insoportable. Un servidor ya no aguanta más. Apaga la tele y marcha del salón, ruborizado, sin saber dónde meterse.

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REDACCIÓN