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La batalla naval de la Rochela o la Rochelle, fue el momento culminante de la  participación de Castilla en la Guerra de los Cien Años, apoyando a Francia, contra Inglaterra. Como vimos en su momento, la guerra civil castellana entre Pedro I, llamado el Cruel, contra Enrique de Trastamara ya había sido en realidad un frente de la Guerra de los Cien Años puesto que a Pedro le apoyaba Inglaterra y a Enrique, Francia pero después se repitió la misma dinámica.
 
Como vimos, el final de esta guerra civil fue digno de una película o serie de televisión de fantasía medieval. Enrique mató a su hermanastro Pedro a puñaladas en su propia tienda de campaña, en los campos de Montiel. Al asentarse Enrique en el trono castellano continuó la guerra contra Inglaterra, dado que a raíz de la muerte de Pedro, el duque de Lancaster, hijo de Eduardo III de Inglaterra, como estaba casado con una hija de Pedro el Cruel, doña Constanza, se titulaba rey de Castilla y pretendía invadir Castilla y apoderarse del trono. Además, el norte de la Corona de Castilla y León, sobretodo las provincias vascas y Cantabria, presionaba al rey para atacar a Inglaterra y disputarle el control del mar del Norte para poder controlar las rutas navales de la exportación de lana castellana hacia Flandes, comercio del que Inglaterra quería apoderarse.
 
Enrique II de Castilla  firmó una nueva alianza con el rey Carlos V de Francia y envió una flota de guerra al mando del almirante genovés al servicio de Castilla , Ambrosio Bocanegra para unirse a la francesa en el bloqueo naval de la ciudad de La Rochelle, en el suroeste de Francia, que estaba en manos de los ingleses. 
 
En junio de 1372, Eduardo III de Inglaterra envió una flota a socorrer la ciudad, flota mandada por el conde de Pembroke, y esta flota se topó con la castellana el 23 de junio. Aunque las descripciones de la batalla difieren según los cronistas ingleses y franceses, todas coinciden en que fue una clara victoria castellana. Parece que las galeras y naos castellanas aprovecharon hábilmente el hecho de que las naves inglesas habían quedado semivaradas  cerca de la costa debido a la marea desfavorable, cosa que pudieron aprovechar las naves castellanas que eran más ligeras y rápidas, destruyendo un gran número de buques ingleses, lanzándoles naves cargadas con artefactos de fuego.
 
400 caballeros y 8000 soldados ingleses quedaron prisioneros y fueron trasladados a España, a Burgos, donde quedaron presos hasta que fueron rescatados con dinero, poco a poco. La guerra naval anglo castellana continuó y de hecho algunos años más tarde, los marinos castellanos Fernán Sánchez del Tovar y Pero Niño llegaron a atacar las costas inglesas hasta las cercanías de Londres.
 
También en esta época las escuadras castellanas lucharon contra las portuguesas, pues Portugal ha sido casi siempre un aliado secular de Inglaterra. En cualquier caso, los historiadores españoles y franceses señalan que la intervención castellana en apoyo de Francia, fue un factor importante para invertir el rumbo de la Guerra de los Cien Años, hasta entonces favorable a Inglaterra y que finalmente acabaría con victoria francesa.
 
Esta intervención militar también dio impulso a la economía castellana y a su principal recurso, la exportación de lana. En esta época los mercaderes castellanos lograron sólidas posiciones en los mercados de Flandes. La exportación de lana  a Flandes sería durante siglos uno de los principales motores de la economía de Castilla y de España.

Autor

Rafael María Molina
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