20/09/2024 00:04
Getting your Trinity Audio player ready...

La literatura hispánica se ha caracterizado, desde tiempos medievales, por poseer importantes ejemplos de poesía épica que han glosado a personajes clave de nuestra historia o han narrado en verso gestas militares, con bellos recursos literarios, pero con un sello de autenticidad, descartando la fantasía. Los estudiosos de la historia de nuestra literatura han destacado como en mayor o menor medida la poesía épica española se ha caracterizado siempre por ofrecer fuentes de un alto rigor histórico, a diferencia de otras como la francesa, por ejemplo.

Desde el Poema de Fernán González, (el fundador de la Castilla medieval) o el Cantar del Mío Cid hasta el Poema de Alfonso XI, llegando hasta el género del Romancero, que dedicó numerosos poemas que se hicieron populares y se recopilaron luego, sobre gestas de la Reconquista, la literatura medieval castellana está llena de ejemplos de poesía épica, bella pero también rigurosa históricamente, al mismo tiempo.

Al comenzar la Edad Moderna, Castilla y España se vuelcan en un nuevo tipo de gesta, la Conquista y evangelización de América, el Nuevo Mundo. La poesía épica hispánica alcanzará nuevas cotas de calidad e importancia. Ya la conquista de las islas Canarias, el gran ensayo para la gran empresa americana, tendrá su extenso poema épico: «Las Antigüedades de las Islas Afortunadas», también conocido como «La Conquista de Tenerife» a cargo de Antonio de Viana.

Y en cuanto se refiere ya propiamente al continente americano, tenemos nuestras de altísima calidad. Una obra destaca quizá sobre el resto: «La Araucana» de Alonso de Ercilla, el gran poema épico sobre la conquista hispanica de Chile, escrito en octavas reales. Son casi 900 páginas con más de 23.000 versos.

Otra obra imprescindible en el género de la poesía épica hispánica de América es las  «Elegías de varones ilustres de Indias», de Juan de Castellanos, con nada menos que 113.000 versos endecasílabos. Narra con todo detalle, con un estilo que llega a ser a veces, casi trepidante y cinematográfico, la conquista española de la zona del Caribe y de los territorios de lo que que hoy son Colombia y Venezuela. Está considerado el cuarto poema épico más extenso de la historia de literatura mundial.

Tanto Ercilla como Castellanos fueron conquistadores que participaron en las expediciones sobre las que escriben, por tanto saben muy bien de lo que hablan. Sus obras son muy recomendables tanto desde el punto de vista de la historia militar como de la etnografía, de la geografía natural y el conocimiento de los pueblos indígenas. Son obras plenamente identificadas con los valores hispánicos, católicos y monárquicos de la Conquista, pero al mismo tiempo están llenas de respeto e incluso admiración por los pueblos indígenas y por su valor. En el caso de La Araucana, interviene la imaginación poética del autor en lo referido a la organización y jerarquía interna de los araucanos o mapuches pero es una obra también esencialmente rigurosa y plenamente histórica 

Menos extensa pero también importante es la «Conquista de Nuevo México» de Gaspar de Villagrá, que narra la expedición de Juan de Oñate, que conseguirá establecer la colonización de Nuevo México a principios del siglo XVII. Y habrá también otras obras similares, si bien de menos importancia.

En definitiva, un género de obras muy recomendable tanto desde el punto de vista literario como histórico, y que son un perfecto complemento a las Crónicas de Indias en prosa de la época. Incluso como en el caso de la obra de Castellanos y la de Ercilla, son también a veces, la principal fuente para las crónicas en prosa posteriores. Cuando España tenía no solo conquistadores y soldados, sino soldados poetas.

LEER MÁS:  Las píldoras de Pío Moa: En Cataluña solo se presenta un partido que defiende la unidad y la independencia de España, VOX

 

Autor

Avatar
Rafael María Molina
Suscríbete
Avisáme de
guest
0 comentarios
Anterior
Reciente Más votado
Feedback entre líneas
Leer todos los comentarios
0
Deja tu comentariox