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En este parte intentaré diagnosticar el drama que afecta a muchos agentes de policía, que incluso lleva a algunos al suicidio, y luego proponer soluciones sencillas y eficaces para acabar con la tiranía. Porque es evidente que una tiranía sólo se sostiene con pistolas, y como esas las ponen los agentes, sólo ellos pueden negárselas.
Quiero empezar recordándoles el art. 5.1.d de la Ley Orgánica de Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, que muchos recitarán de memoria de sus tiempos opositores, que prohíbe a los policías obedecer órdenes ilegales, inconstitucionales o delictivas. Así las cosas, si un policía obedece órdenes ilegales, deja de ser policía para convertirse en otra cosa. Probablemente lo que el diccionario llama esbirro.
Sin embargo, desde el año 2020, una mayoría de agentes obedecen habitualmente órdenes ilegales y delictivas. La más flagrante fue la orden de detención ilegal de 47 millones de españoles, que abundantes agentes obedeció con entusiasmo e incluso con ensañamiento. Se diría que el odio que destilaban algunos agentes por aquellos días, era en realidad el que sentían por ellos mismos, al verse convertidos en criminales. Este tipo de órdenes, que enfrentan a los agentes con los ciudadanos a los que se supone que deben proteger, repugnan a toda buena persona, contradice la excelente formación que han recibido y es lo que puede llevarlos suicidio.
La orden de detención ilegal masiva tenía, además, mucho de esquizofrenia. Porque exigía vigilar estrechamente a los reclusos 8 horas al día, y luego convertirse en recluso el tiempo restante. Llama mucho la atención que aquellos días bastaba una llamada telefónica anónima, y en 5 minutos aparecía un puñado de pistoleros para reducir a un simple paseante.
Vista esta anomalía, en 2022 quise comprobar si los agentes ponían el mismo empeño en perseguir los gravísimos delitos que cometen nuestras mal llamadas autoridades. Para ello, presenté más de 1.200 denuncias, por escrito y firmadas, en todas las comisarías de policía y comandancias de la guardia civil de España. En ellas denuncié a diputados, senadores, ministros, presidentes autonómicos, jueces, magistrados y muchos otros facinerosos, por delitos gravísimos como blanqueo de capitales, sobornos a nivel internacional, tráfico de drogas y hasta asesinatos.
Concretamente, de los asesinatos llegué a denunciar y ubicar una posible fosa común, en una nave industrial de la calle Trueno 70, de Leganés, que formaría red con otras 3, situadas en Mequinenza, Vinaroz y Almacellas, que juntas podrían esconder más de mil cadáveres, presuntamente asesinados por una organización criminal que controlaría todos los poderes del estado.
Repito, una llamada telefónica anónima y en 5 minutos se reúnen varios agentes para reducir a un paseante, pero 1.200 denuncias escritas y firmadas, describiendo cientos de crímenes gravísimos, no consiguieron que se moviera uno solo. Miento, en realidad sí se movieron, pero para detener ilegalmente a 6 denunciantes de corrupción, de los que 3 llevan varios meses en prisión.
Todo esto demuestra que España no es un estado de derecho, sino una organización criminal, gobernada por una banda de psicópatas, narcotraficantes, ladrones, traidores y asesinos. Aun así, todavía hay agentes que se creen virtuosos por obedecer a esa caterva.
Tristemente, la excusa favorita de muchos de ellos es precisamente esa, que obedece órdenes. Pero como hemos visto, un policía no obedece órdenes ilegales. Ni siquiera por miedo a terribles represalias, porque esas represalias ilegales significan que los mandos que las cometen son una banda de criminales. Y como ya hemos visto, la función de un policía no es obedecer a los criminales, sino perseguirlos y encarcelarlos.
Ahora que conocemos el problema, veamos qué puede hacer un policía honesto la próxima vez que un ruin jefecillo le dé una orden ilegal.
Para empezar, por favor, empodérese. Usted no es un vulgar lacayo, es un agente de la autoridad, con valor suficiente para arriesgar su vida si un loco con un kaláshnikov amenaza la de otras personas, algo que ese jefecillo no haría, porque es un cobarde que desprecia a sus conciudadanos. Por tanto, plantéese y pídale la orden por escrito. Ese canalla no es tan tonto como para dársela. Y si lo fuera, o si lo represalía por ello, pídase una baja psicológica por acoso laboral, que nadie le negará, y denúncielo, amparándose en la nueva ley 2/2023 de protección de denunciantes de corrupción.
Si además quiere resolver el problema de una vez por todas, se la manda al correo electrónico a Alvise Pérez: alvisepf@gmail.com Alviseperez@protonmail.com
Justicia y venganza en una sola pieza.
El agente que así actúe, recuperará el orgullo del deber cumplido y ayudará a reducir el preocupante y sospechoso número de suicidios entre militares y policías. Muchos suicidios son el resultado de un policía vocacional, que ha recibido una sólida formación para proteger a sus conciudadanos, y se ve trabajando para una banda de delincuentes, sin saber cómo romper ese nefasto círculo vicioso.
Por ello insisto en la importancia de que todos los empleados públicos, pero especialmente los agentes de policía, estudien la ley 2/2023 de protección de denunciantes de corrupción y denuncien a destajo todos los casos que conozcan. Supuestamente con este fin, los ministerios de interior, defensa y justicia tienen los que eufemísticamente llaman canales internos de información y comunicación, supuestamente anónimos (1, 2 y 3).
Por favor, pongan esos canales a echar humo, a ver si funcionan. Y si no funcionan, escriben otra vez a Alvise Pérez, que funciona seguro.
Con que cada agente presente una sola denuncia, en dos telediarios revienta esta tiranía y convertimos a España en el Estado de Derecho que todos queremos y que, además, ustedes juraron defender. Por favor, que no los pille la demolición en el bando equivocado.
Con que ustedes hagan cumplir la ley a sus jefes, como lo hacen con el resto de los ciudadanos, los españoles recuperaremos la libertad y se hará Justicia, pero Justicia con mayúsculas.
Fiat iustitia ruat caelum
Hágase justicia aunque se hunda el cielo.
Artículo accesible en Youtube:
- https://www.defensa.gob.es/ministerio/canal-interno/
- https://www.interior.gob.es/opencms/es/servicios-al-ciudadano/canal-interno-de-comunicacion/
- https://www.mjusticia.gob.es/es/comunicacion-informacion-infracciones
Autor
- Guerrillero insurgente. El sistema lo describe como negacionista, conspiranoico, anticientífico, egoísta e insolidario. Él se cisca en el sistema y no ceja esfuerzos para derribarlo. No usa trabuco, pero a su ordenador lo llama “La MG-42”.
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Sólo la dotación de armas para la población podrá restaurar el Estado de derecho y hacer funcionar la administración de «justicia» en lo que queda de España.
No fastidies
Con lo entontecida que esta la gente mejor no darles ni tirachinas
Los agentes de policía no reciben órdenes ilegales pues sólo reciben las órdenes de sus jefes y son estos los únicos responsables Los agentes de policía tienen su ideología política como todo el mundo Los antidisturbios cuando cargan en una manifestación no son de derechas ni de izquierdas son sólo funcionarios que reciben órdenes Es un error pensar que los agentes de policía se sienten más cómodos en una manifestación de fachas con banderas con el águila de San Juan que en una de pro etarras Y si fuera así están haciendo muy mal su trabajo pues los agentes antidisturbios están para hacer cumplir la ley y obedecer órdenes y nada mas