16/05/2024 03:22
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Un espíritu singular camina por los senderos sembrados de una gloria  imperecedera, como fue su inmensa capacidad de batallador con génesis de gigante; con la grandeza de un ímpetu que convertía su silla de ruedas en un tanque ante las dificultades.

Santiago Moreno García era realmente único; sensible, entregado y demoledor fue  inmenso para llevarse consigo el que será nuestro cariño terrenal, de tantos, y eterno para cuando nos volvamos a encontrar. Él pasó la línea donde nada es como en este mundo imaginamos. Mucho más allá de nuestras limitaciones su Luz es ya familiar como aquí lo fue su carisma.

 Esta remembranza a modo de modesto homenaje, estas letras contritas son un insuficiente homenaje de vida y admiración que siempre profesé a una de las personas más importantes de mi existencia. Él es grandeza en el silencio de la Memoria, donde a sus compañeros nos sobran las palabras para sentir de modo perenne lo formidable de su ser.  Es un brindis de  sempiterna gratitud porque fue maestro esencial  que conocí en la década de los ochenta; desde tan lejano entonces de juventud, él ha sido un acompañamiento intemporal, donde el espacio del alma fue la distancia que nos unió a pesar de la separación física. Siempre cupo, en tanto la existencia paralela nos transcurría, el regocijo por reencontrarnos

 El personalizó un encuentro en el destino como intuición indeleble que unificó mi identidad con la suya desde que le conocí, Dios mío qué suspiro sostenido es la vida, hace casi cuarenta años. Allá estábamos en los momentos cruciales de cada cual, fundidos en el reconocimiento de una amistad singular como huella permanente que nos acompañaba más allá una dimensión física. Otra vez encontrados como cuando me llamó en marzo de 2017 para decirme que se encontraba ingresado en el hospital después de sufrir un infarto; acudí para abrazarlo de nuevo y sin saberlo ninguno de los dos, despedirnos hasta nuestro especial más ver. Él atravesó el umbral de los sueños y acaso despertó en el Jardín del Edén donde ingrávido marcha hacia el curso infinito de las estrellas y yo no pude siquiera intuirlo: preparaba con tiempo nuestra cita para vernos cuando estuviera recuperado del susto. Aquello no fue un amago sino una llamada a las puertas del Cielo cuyo timbre no pude escuchar. Sé que más allá de los sentidos él se prodiga en la magia del corazón y nos acompaña a cuantos le añoramos. Reencontrarse es solo cuestión de pasar y seguir sus huellas luminosas que tantas veces alumbraron la oscuridad de su prójimo con sus sabios consejos y carácter contagiosamente participativo, humorístico y jovial.

 Los médicos descubrieron una dolencia cardíaca que desde siempre le acompañó convirtiendo su vida en un milagro perpetuo, por si ya no era él un prodigio de fortaleza que nos maravilló a cuantos le conocimos. Dios nos lo había regalado. Me dijo que su vida era un milagro y que estaba de prestado a sus 57 años después de pasar por mil y una vicisitudes con una carga de entereza que convertía en insignificantes los lastres propios de la sucesión de la vida y la identidad con la que evolucionamos en lo que llaman condiciones normales. Porque Santi desde su nacimiento vino a acrecentar la dignidad del sacrificio y a transformar la adaptación en un gigantesco Honor como batallador destacado en el ejemplo y el esplendor personal.

 No son un Homenaje estas letras al cabo de su fallecimiento aquel 28 de mayo ,sino un canto a la vida de esforzada cátedra de supervivencia que su sabiduría entonó a pesar de las adversidades, para significarse como paradigma del esfuerzo y la superación de los problemas. Porque quiso Dios que Santiago, nuestro querido Santi, naciera con sus piernas distinguidas con el sacrificio por la enfermedad de la poliomielitis, una característica física que reforzó con la impronta de un héroe esa capacidad innata de los líderes que marchan con las dificultades, para convertir en una escalada heroica de diario la normalidad con que el resto del mundo gira.

 Mi, nuestro Héroe. Tuyo siempre, a tu lado, tu Familia, tus numerosos Amigos, todos te amamos.

 Santiago Moreno García con Ignacio Fernández Candela

Autor

Ignacio Fernández Candela
Ignacio Fernández Candela
Editor de ÑTV ESPAÑA. Ensayista, novelista y poeta con quince libros publicados y cuatro más en ciernes. Crítico literario y pintor artístico de carácter profesional entre otras actividades. Ecléctico pero centrado. Prolífico columnista con miles de aportaciones en el campo sociopolítico que desarrolló en El Imparcial, Tribuna de España, Rambla Libre, DiarioAlicante, Levante, Informaciones, etc.
Dotado de una gran intuición analítica, es un damnificado directo de la tragedia del coronavirus al perder a su padre por eutanasia protocolaria sin poder velarlo y enterrado en soledad durante un confinamiento ilegal. En menos de un mes fue su mujer quien pasó por el mismo trance. Lleva pues consigo una inspiración crítica que abrasa las entrañas.
https://www.linkedin.com/in/ignacio-fern%C3%A1ndez-candela-59110419/
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Felisa

Muy ciertas tus palabras así era Santi mi hermano ,le echamos mucho de menos

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