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Un estudio elaborado por dermatólogos del Hospital Clínico San Carlos revela que el 64,7% de los contenidos compartidos en redes sociales sobre dermatología son imprecisos o generan confusión, investigación que han publicado en la revista ‘International Journal of Dermatology’ tras analizar el contenido publicado en 385 sitios web.
El trabajo, titulado Fake news in dermatology. Results from an observational, cross-sectional study, es fruto de la investigación llevada a cabo entre marzo de 2019 y marzo de 2020, tiempo en el que los investigadores han analizado el contenido compartido en redes sociales como Facebook, Twitter, Pinterest y Reddit sobre cuestiones dermatológicas, habiendo destacado como principal conclusión que el 64,7% de todo el contenido analizado es confuso o impreciso conforme a la evidencia científica disponible.
“El 44,7% del contenido compartido en internet se categorizó como impreciso o engañoso y el 20% como confuso, mientras que sólo el 35,3% restante se puede catalogar como preciso. Además, los contenidos que mayor número de seguidores registraron fueron los catalogados como imprecisos, lo que presenta un contexto de contenido sin verificar que se toma como creíble por parte de la población con el consiguiente riesgo que ello puede implicar”, afirma Álvaro Iglesias-Puzasel, dermatólogo del Hospital Clínico San Carlos y uno de los investigadores.
Psoriasis, acné, alopecia, eczema, melanoma, sarpullido, rosácea …
De los 385 sitios web analizados en el estudio, la psoriasis, con el 19,8% de los contenidos, fue el tema más compartido en las redes, seguido por el eczema (17,6%), la alopecia (15,4%), el melanoma (14,3%), el cáncer de piel (13,3%), el acné (9,7%), el sarpullido (8,9% y la rosácea (1%).
Entre los contenidos dermatológicos compartidos, el de mayor número de sitios web con menor evidencia científica fue el relacionado con el acné (50%), mientras que la rosácea y el eczema registraron el mayor porcentaje de contenidos precisos (43% y 42% respectivamente). El estudio, además, sugiere que no sólo la mayor parte de los contenidos compartidos en las redes sobre dermatología presenta inexactitudes, sino que también estos contenidos imprecisos o engañosos son los que mayor interés generan entre los usuarios.
Los tópicos más frecuentes entre los contenidos imprecisos fueron la medicina alternativa, las opiniones individuales y los artículos no relacionados con instituciones sanitarias ni revisados por pares, es decir, por otros especialistas. En este sentido, los dermatólogos advierten de que la divulgación de contenidos relacionados con la salud dermatológica sin verificar “puede suponer un problema de salud pública ya que hay gente que toma decisiones basadas en informaciones imprecisas sin verificar por los especialistas debido a la capacidad para compartir información no contrastada científicamente que tienen las redes sociales. El acceso a estos contenidos ha creado un contexto en el que esa información, que circula repetidamente, puede ser aceptada como creíble sin verificar científicamente, influyendo en la toma de decisiones y la adopción de hábitos de conducta por parte de los ciudadanos”, añade el jefe del Servicio de Dermatología del Hospital Clínico San Carlos, Eduardo López Bran.
Todo ello puede minar la confianza del paciente en el especialista o sugerir tratamientos inadecuados o ineficaces que pueden llegar a ser potencialmente peligrosos “porque en esos sitios, en ocasiones, se tiende a desacreditar a la medicina convencional y, a veces, sucede que los pacientes acuden a la consulta con el dermatólogo con una idea preconcebida de su enfermedad y del tratamiento a seguir, cuestionando el que el especialista pudiera indicarles, si no se ajusta a su idea previa de una cura rápida de la caspa o de la caída del cabello como sugieren algunos de los sitios web analizados con medicinas alternativas”, añade Iglesias-Puzas.
Todos los datos del estudio fueron extraídos de fuentes públicas de información y analizados independientemente por dos dermatólogos y si se presentaba alguna discordancia entre ambos, mediaba la opinión de un tercero. Los investigadores concluyen que la mayoría de los contenidos compartidos en las redes sociales se encuentran por debajo de los estándares aceptables de calidad y proponen la elaboración de guías y códigos de buenas prácticas basados en la evidencia y el conocimiento científico para contrarrestar los contenidos engañosos e imprecisos.
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