Heraclio, el último César conquistador. Por Manuel Fernández Prieto

Voy a hablar un poco de este interesante personaje que llevó a cabo el contraataque más asombroso de todos los tiempos. 

 

Su padre luchó contra los persas bajo las órdenes de Mauricio. Se llamaba Heraclio el viejo. Por su buena labor fue recompensado con el exarcado de Cartago. Allí se trasladó toda la familia incluido Heraclio que había nacido en Capadocia.  Y desde allí promovieron el golpe de estado que depuso al tirano Focas, que había asesinado a Mauricio y su familia y que ejercía el poder en Constantinopla de forma impopular.

 

Por Africa subieron el tío y el primo de Heraclio y este se dirigió directamente a Constantinopla. Allí tomó el poder sin dificultades y mató a Focas e hizo castrar su cadáver por violador. Luego se dispuso a enfrentarse a los persas bajo la égida de Cosroes III se colaban por Anatolia y habían llegado al Levante. Los primeros enfrentamientos de Heraclio con los persas se saldaron en derrotas y este pidió la paz a Cosroes.

 

En este tiempo de armisticio Heraclio reorganizó el ejército y las finanzas. Acabó con la corrupción de los tiempos de Focas y suprimió todo gasto que no fuera destinado al ejército. Fundió todos los metales nobles poseídos por la Iglesia para pagar a sus soldados.

 

Una vez que se sintió fuerte comenzó el contraataque. Una de las aventuras más extraordinarias de todos los tiempos. Mandó a su primo al Levante y allí este venció a los Sanidad reconquistando Siria y Palestina y Egipto. Heraclio al frente de sus tropas avanzó por Anatolia. Allí venció a los persas en dos batallas e invadió el territorio persa conquistando Mesopotamia. Llegó a las puertas de Csetifonte donde Arsaces, sucesor de Cosroes, le devolvió la Vera Cruz tomada en Jerusalén. 

 

Volvió Heracles a Constantinopla y echó de sus murallas a los ávaros, que habían aprovechado su ausencia para cercarla. Los persiguió hasta las fronteras y una vez restablecido el orden se dedicó a gobernar con sabiduría. 

 

Intentó una nueva doctrina monotelista para poner de acuerdo a todos los cristianos. Nestorianos y monofisitas incluidos.  Estableció leyes contra la corrupción y reorganizó las finanzas. Devaluó la moneda y emitió una nueva con su efigie.  Legisló contra el poder de la aristocracia y dividió el territorio militar en themes. Unos años de buen gobierno truncados por la irrupción de los árabes.

 

Pues durante este tiempo los árabes unidos en torno a la nueva religión, que había profetizado la victoria de Heraclio sobre los sasánidas, habían conquistado Persia en su totalidad.  Luego se dirigieron sobre el territorio de un Heraclio ya enfermo.  Este desde su lecho dirigió las operaciones pero no pudo evitar que los árabes conquistaron Siria, Palestina y Egipto. Logrando contenerlos en Anatolia y Cartago.

 

Luego murió. Ya nunca un emperador volvería a ponerse al frente de sus tropas en campaña. De su primer feliz matrimonio tuvo varios hijos. Al primogénito lo nombró heredero. Luego casó con su sobrina, la impopular Martina, y del matrimonio incestuoso nacieron varios hijos deformes.  No aptos para el gobierno.

 

Este hombre fue el último César conquistador.  Los que le sucedieron lucharon todos a la defensiva. Paseó por las calles de Constantinopla la Vera Cruz. Este acto devolvió el optimismo a sus súbditos pues los persas la habían tomado de Jerusalén.  Mucha iconografía se refiere a este suceso.

 

Con su reorganización y reforma del imperio bizantino puso las bases para que este durara 800 años más. Hasta la conquista de Constantinopla por los turcos.

 

En fin, de vez en cuando la historia nos ofrece grandes hombres como este Heraclio que realizan en la tierra los designios del señor. Falta hace un Heraclio en España que combata la corrupción y reorganice nuestro maltrecho ejército. Y que ponga orden en las finanzas públicas. 

 

Un contraataque espectacular lo llevó a las puertas de la capital persa donde le fue entregada la Vera Cruz. ¿No se merece esta historia una película?

 

Y poco más. Voy a echar un poco de abono al huerto. Yo soy agricultor cerealista y no tengo ganado. Alguno de mis lectores me menosprecia por mi oficio. Pero que sepa que sin nuestro trabajo la ciudad no come, y que trataré de ser un Heraclio que lleve a sus chalecos azules hasta el corazón de Madrid el próximo Otoño. A protestar por la ruina que tenemos encima, no a hacer pscolabis. Esas cosas las dejamos para nuestros pijo-progres que bien que les gustan.  Espero que con la lectura de este artículo les haya entrado curiosidad por saber más del personaje. Y que se unan a  nosotros a nuestra marcha sobre Madrid en Otoño. Si no un Heraclio, este Máximo Decimo Meridio está ya en ello.