21/11/2024 14:24
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El Instituto de Política Social (IPSE), amenaza con llevar a los tribunales al Ministerio de Educación y en consecuencia a las editoriales educativas que en los libros de texto de enseñanza escolar enseñan que el Franquismo fue una dictadura y tergiversa la verdadera historia de España. El IPSE, ha emitido una carta al Ministerio de Educación, exigiéndoles que muestren neutralidad en los libros de texto y no matices ideológicos a favor del comunismo.

 

 

Según Pablo Hertfelder Garcia-Conde, presidente del Instituto de Política Social (IPSE), el Ministerio de Educación es el culpable de que en España haya una falta de formación en cuanto a la historia de España, dado que se tergiversa la historia en los centros escolares por culpa de las directrices que se emiten desde el Ministerio en cuanto a la historia de España.

·         “El Franquismo no fue una dictadura, al revés, salvó a la sociedad de acabar abocada al fracaso y la quiebra”- incide el líder del Instituto de Política Social.

 

 

El Instituto de Política Social (IPSE), ha emitido a día de hoy una carta dirigida al Ministerio de Educación, exigiéndoles de manera inmediata que cesen de “adoctrinar” a los escolares en materia de historia. Acusan al Ministerio de Educación de “mentir” sobre la historia de España. A este comunicado se suma la firma del Movimiento por España que encabeza la franquista Pilar Gutiérrez Vallejo.

El Instituto de Política Social (IPSE), recuerda que en los centros escolares, se está enseñando que Franco fue un dictador y que fue acusado de criminal por la ONU en el año 1946, lo que según este Instituto, es mentira y una farsa: Justifican que los únicos que han acometido crímenes de guerra y contra la soberanía de España son los republicanos y el frente popular. Inciden en que la historia de España es la que es y no se puede tolerar que se adoctrine de esta manera a los escolares.

Pablo Hertfelder Garcia-Conde, presidente del Instituto de Política Social, denuncia que se ha mentido mucho sobre la faceta del franquismo y añade que el odio no es el de los que aún recuerdan el Franquismo con cariño, sino de aquellos que se dedican a desenterrar muertos para burlarse de familiares (se refiere a la exhumación de Franco).

El IPSE ha pedido al Ministerio de Educación que de manera inmediata retiren la falsa información que se vierte en los libros de texto educativos sobre el Franquismo y alegan que se cuente los más de 255..000 asesinatos que acometieron aquellos que se denominan “Frente popular” o republicanos.

“El Franquismo surgió para salvar España y hacerla grande. Mientras que el fanatismo de aquellos comunistas que asesinaron vilmente a monjas, curas y laicos se oculta y no se cuenta. No hay más que ver que aquellos que desentierran tumbas, desprenden odio ya que perdieron la guerra del 1936-1939”- incide Hertfelder Garcia-Conde.

 

FRANCO NO SE ALZÓ CONTRA LA LIBERTAD, AL REVÉS, FRANCO TRAJO LA DEMOCRACIA A ESPAÑA.

 

El Instituto de Política Social (IPSE), además recuerda al Ministerio de Educación que es fundamental explicar en la enseñanza, las técnicas tan agresivas que utilizaban aquellos del Frente Popular y Republicano en España, para asesinar a aquellos que no pensaban igual. Técnicas que se reflejan en el comunicado emitido por el Instituto al Ministerio de Educación, para refrescarles la memoria por si no se acuerdan.

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Algunas de las prácticas eran totalmente innovadoras en España, y esto fue ‘gracias’ a la llegada de activos

de los bandos estalinistas al país para reforzar al Frente Popular:

 

“El submarino seco”: si la víctima no hablaba, le encasquetaban una bolsa de plástico que le cubría toda la cabeza hasta el cuello ajustándola al mismo, con el objetivo de generarle asfixia. A veces también utilizaban un cinturón que ceñían alrededor del cuello para provocar estrangulación.
“La banderilla”: consistía en inyectar en las manos y pies del preso, agua mezclada con heces para

provocarles dolorosos abscesos en los miembros infectados y la disfuncionalidad de los mismos.

“Badajo”: consistía en colgar la víctima con las manos atadas en la espalda. Pasaban una cuerda por una polea y se la ataban a las muñecas, luego tiraban de la cuerda hasta que la persona quedaba levantada del suelo, hasta romperle los
“Empetao”: la víctima desnuda era atada en decúbito prono (boca abajo) sobre un banco con las piernas a cada lado. Los interrogadores le introducían a la víctima el cuello de una botella por el recto, empujando hacia dentro del intestino, una vez introducida media botella tiraban de ella, la cual hacía ventosa y succionaba la víscera. Si la víctima era mujer realizaban la misma técnica por la
“La ratonera”: consistía en colocar una rata dentro de una cacerola en la que sentaban a la víctima desnuda y atada para que no se pudiera levantar. Seguidamente con un infiernillo eléctrico procedían a calentar la olla, lo que provocaba que la rata quisiera salir de la misma al percibir el calor. La rata intentaba desgarrar un orificio a través del cuerpo de la persona para poder
“El collar eléctrico”: Se colocaba un collar de bolas metálicas alrededor del cuello de la víctima que iba

conectado a un cable a través del cual se le administraban descargas eléctricas reguladas en intensidad. 

“La ducha fría”: la ducha era un pequeño cuarto en cuya parte exterior se hallaba instalada una manguera que introducía agua fría a gran presión. En el se encerraba a la víctima completamente desnudo y era sometida a una prolongada y violenta 

“La argolla”: Se colocaba a la víctima desnuda, atada de manos y colgado por un pié en una argolla con la cabeza hacia abajo, sumergiendo la cabeza a la altura de la nariz en un recipiente con agua o excrementos mientras era azotado. Para poder respirar debían contraerse, realizando un esfuerzo inhumano hacia arriba para sacar la nariz del líquido.
“El gancho”: la víctima era atada por las muñecas y colgada de un gancho fijado en el techo. A los pies de la víctima se ataba pesas, a fin de producir una mayor tracción sobre sus articulaciones. Suspendido de esta forma y desnudo, era azotado para que confesara.
“El tizón”: la víctima era atada por las muñecas a un gancho en el techo con los pies en el Mientras

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era interrogada se le producían con cigarros o con una plancha de ropa quemaduras en el tórax y abdomen. 

“El pozo”: la víctima era introducida en una estrecha estructura de madera sobre un pozo. En ella se montada una polea para hacer descender o izar al prisionero. Así podían sumergirle la cabeza en el agua el tiempo que quisieran y prolongar la sensación de ahogamiento. 

“El gomazo”: consistía en colocar alrededor de la cabeza una goma elástica ancha a la altura de la frente. De dicha goma colgaba una campanilla de la que trababan y soltaban para que la campanilla metálica impactara contra el cráneo durante el interrogatorio.
“Quebrantahuesos”: con una tenaza de punta hueca luxaban la falangeta de cada dedo, posteriormente luxaban la falangina y finalmente las En ocasiones también lo hacían con los dedos de los pies. Con un artilugio denominado “Talón de Aquiles” luxaban todas las falanges de la mano a la vez.
“El deposito”: Consistía en cerrar a la víctima a obscuras en una pequeña habitación que se utilizaba como depósito de cadáveres. En dicha habitación se encontraban diversos cadáveres compañeros de la persona que habían sido asesinados al aplicarles las técnicas de tortura. En el habitáculo había un fuerte olor a cadáveres en descomposición. Podían pasar ahí varias
“La bañera”: consistía en interrogar la víctima dentro de una bañera con agua fría jabonosa donde en su fondo habían depositados trozos de La persona estaba con las manos atrás y atadas por las muñecas, mientras su cuerpo se iba cortando con los vidrios.
“Echar a los cerdos”: En los patios de algunas checas como la de San Elías, se criaban cerdos. La técnica consistía en realizar a la víctima varios cortes profundos por las piernas a la vez que era lanzado al centro de la piara, los cerdos al percibir el olor de la sangre la agredían a mordiscos hasta comérsela En ocasiones hacían presenciar la tortura de su compañero, a la víctima que sería interrogada después. O bien ya difunta, el cuerpo de la víctima era troceado y lanzado como alimento.

 

Hace especial hincapié en que la historia es la que es y ya va siendo hora de que la gente se entere de lo que realmente ha sucedido en España, “sin pinceladas llenas de odio, mentiras y adoctrinamiento de por medio”- sentencia Pablo Hertfelder Garcia-Conde.

Autor

REDACCIÓN