04/05/2024 00:20
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Carlos falleció con más de noventa años poco antes de los estragos de la plandemia del 2020 y como empresario mexicano había acumulado una experiencia de vida a nivel mundial que tamizaba con la templanza de una sabiduría muy objetiva, siendo consciente de las vicisitudes de la Historia de la Humanidad, sus progresos y sus frenos innatos mediante el enfrentamiento y el uso de la violencia. Pura sabiduría de una intensa experiencia muy personal. En México existe una cultura de la Muerte muy distinta a la desarrollada en el resto de culturas europeas y mi amigo Carlos hablaba de ella, hasta en sus más horrorosas maneras de causarla, que me sorprendía el modo de aceptarla incluso cuando no se producía por causas naturales. Eran los años del apogeo del Daesh que con macabro plan de marketing criminal transmitía las ejecuciones de miríadas de personas del modo más terrorífico que se pudiera imaginar. El califato de los sanguinarios criminales amenazaba con arrasar el mundo, especialmente el occidental.

Durante un tiempo, las redes sociales hirvieron de violencia sádica y se podía ver con horror el ajusticiamiento de pueblos enteros que iban desfilando a las orillas de un río, para ser ejecutados de un tiro sistemático en la nuca. La complacencia con la muerte era satánica y los asesinos desplegaron una imaginación brutal y sin límites para aterrorizar al mundo. Una de las ejecuciones preferidas era decapitar a sus víctimas con un cuchillo. Quemaban vivos a los pilotos apresados después de derribar las aeronaves; trituraban con paso de un tanque a hombres encadenados que intentaban huir a saltos, antes de ser convertidos en una masa informe de humanidad. Eran demonios sobre la Tierra practicando la barbarie ancestral del poder destructivo e innato del hombre. Carlos me comentó un día que aquello era en esencia puro terror de la maldad humana y de sus capacidades para incrementar los terrores de una matanza continua, pero que al mismo tiempo no dejaba de ser fascinante.

Terrorífico y fascinante…¿había algún modo moral de enlazar los dos conceptos siendo el núcleo de la reflexión el asesinato masivo, con un sadismo inédito en el siglo XXI y televisado, de hombres, mujeres y niños, para implantar dantesca justicia sobre la Tierra? ¿Qué tenía de fascinante? Él me contestó y yo deduje esa emoción de lo fascinante ante la maldad más brutal y demoníaca: la fascinación de Carlos era por la incertidumbre de la Historia. Lo que vivimos como testigos hoy, será la Historia escrita de lo que experimentamos y, por muy horrendo que sea, no dejamos de ser protagonistas vivos de esta Historia que un día se escribirá con la perspectiva del tiempo ya pasado. Y la Humanidad siempre sale de sus infiernos, siempre lleva en la mano la Luz que alumbra un nuevo camino.

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Le daba un sentido universal a la crueldad del hombre englobado en la fascinación por la Historia y la capacidad para resurgir de las cenizas.  Y reflexionando sobre ello, hallé más fascinante que el desarrollo de los acontecimientos vividos en primera persona, la innata capacidad de superación que la Humanidad demuestra pese a los tiempos aciagos de la destrucción de las guerras. Como si de un destino cíclico se tratara, no importa lo muy destructiva que haya resultado la confrontación sangrienta, que  el hombre  siempre sale de sus tragedias como si un resorte del sino marcara los tiempos de la desolación y los subsiguientes de la evolución y el progreso. Un proceso cíclico no degenerativo, sino implícito en los adelantos después de los aparentes fracasos.

Recordando a Carlos pienso en qué habría dicho sobre los cinco años del desgobierno criminal de Pedro Sánchez, de sus abusos, impunes y sin freno, de la sospecha de actuación delictiva ensanchando la dimensión de la permisividad con sus delitos; de la complacencia de la Ley una vez traspasadas sus líneas rojas, gracias a la intervención de la Justicia. Seguro que me habría dicho que el mismo Diablo actuaría con la mentira y el oscurantismo de Pedro Sánchez, pero que lo fascinante de sus tropelías era que intentaba manipular la Historia de una España que acumula en su haber honor y dignidad con innúmeras gestas. Esas gestas, además, se han producido incluso después de los tiempos más aciagos y sin atisbo de soluciones. Así que reflexionando sobre ese modo de pensar de mi amigo, se me ocurre que mucho ha aguantado España estos años pasados sin mover un dedo en su defensa; la que tarde o temprano surge cuando es llevada a situaciones límites. Una situación límite como su propia desaparición, contemplando los antecedentes históricos de su idiosincrasia resistente cuando es amenazada, me dice que a pesar de la experiencia de vida trágica que el sanchismo nos ha propiciado y que con innúmeras trampas se pretende eternizar en España, no deja de ser fascinante la incertidumbre por lo que puede suceder a partir de ahora. Cabe la esperanza de una reacción cuando se creía todo perdido, una chispa de lucidez en el tiempo que rememore los históricos triunfos de una España siempre vencedora ante los enemigos y el relativismo moral de quienes creen poder ultrajarla junto a generaciones de españoles que la construyeron con sacrificio y la forjaron con hazañas. La memoria de los héroes se transmite en los genes y quizá en el destino de los llamados a reverdecerla… Rememorando las palabras y la fascinación de Carlos no puedo evitar pensar que la gran amenaza de aquellos demoníacos asesinos quedó en una intención que fue vencida con el tiempo, y no puedo evitar comparar lo sucedido con España a merced de una horda de terroristas, criminales y facinerosos que la dirigen hacia una aparente disolución. Fascinante me parece recordar esas memorias históricas que surgen inesperadamente para reconducir las situaciones y mantener intacto el marchamo de su Historia pase lo que pase. Siempre hay un tiempo para reaccionar, como indefectiblemente demuestra la Historia. Me fascina esa idea de enmendar los errores y resarcir el dolor de la injusticia. Me fascina, amigo Carlos, me fascina.

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Autor

Ignacio Fernández Candela
Ignacio Fernández Candela
Editor de ÑTV ESPAÑA. Ensayista, novelista y poeta con quince libros publicados y cuatro más en ciernes. Crítico literario y pintor artístico de carácter profesional entre otras actividades. Ecléctico pero centrado. Prolífico columnista con miles de aportaciones en el campo sociopolítico que desarrolló en El Imparcial, Tribuna de España, Rambla Libre, DiarioAlicante, Levante, Informaciones, etc.
Dotado de una gran intuición analítica, es un damnificado directo de la tragedia del coronavirus al perder a su padre por eutanasia protocolaria sin poder velarlo y enterrado en soledad durante un confinamiento ilegal. En menos de un mes fue su mujer quien pasó por el mismo trance. Lleva pues consigo una inspiración crítica que abrasa las entrañas.
https://www.linkedin.com/in/ignacio-fern%C3%A1ndez-candela-59110419/
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Geppetto

«Lo que vivimos como testigos hoy será la Historia escrita de lo que vivimos y por muy horrendo que sea no dejamos de ser protagonistas vivos de esta Historia que un día se escribirá con la perspectiva del tiempo ya pasado»
NO
Lo que esta sucediendo hoy nada tendra que ver con lo que en el futuro se escriba sobre dichos sucesos, que estaran velados por la indigna forma de interpretar los hechos del grupo de golfos que en ese momento llevan la voz cantante

José Luis Fernández

La brutalidad de los terroristas del DAESH (también conocido como ISIS o Estado Islámico) no era simplemente una demostración de su sadismo criminal sino de un fanatismo religioso que se materializaba en el exterminio de todos los infieles que caían en sus garras (cristianos, yazidíes, e incluso musulmanes no sunitas).

Aliena

No existe la «España sanchista» porque no existe el «sanchismo», esa denominación se la han inventado ustedes para blanquear al socialismo; pues socialismo es lo que es y nada más.

Hakenkreuz

¿Incertidumbre? De incertidumbre nada de nada. Hasta 2027 infierno rojo y antiespañol. 4 años más de locura y destrucción de todo lo bueno. Desde luego que han hecho caso a los que pedían ir a votar. Han votado más infierno. No se ha tenido suficiente con los últimos 47 años, no. Necesitan los votantes más.

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