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Roberto forma parte de la Acción Católica de Cuenca. Es un joven comprometido con Cristo y su Iglesia que intenta aportar al mundo pequeños gestos de esperanza para llevar la luz del Salvador donde más se necesita.
Le entrevistamos con motivo del gesto de fe que hizo durante el pasado apagón.
¿Cómo nace la idea de iluminar 2 iglesias el día del apagón?
La idea surgió de forma sencilla pero providencial. Había llevado tres focos a una parroquia para ayudar a iluminar la celebración de una misa, aunque finalmente no se utilizaron. Como los focos seguían con la batería completamente cargada y esa noche la ciudad quedó sumida en una oscuridad total, sentí, inspirado por el Jubileo de la Esperanza, que podía usarlos para algo más grande. Decidí entonces iluminar las fachadas de dos parroquias, con el mensaje de “La luz de Cristo nunca se apaga” con la finalidad de llevar un mensaje de esperanza a los vecinos y amigos.
Cuando iluminé la parroquia de San Román, algunos vecinos se asomaron y comenzaron a apuntar con las linternas de sus casas hacia el templo, como queriendo unirse al gesto. Fue un momento muy especial para mí. Recé delante de la cruz de cada parroquia un padrenuestro, un ave maría y un gloria y en la de San Román agregué un Regina Coeli cantado para pedir a Dios ayuda por el apagón que estamos sufriendo. Algún vecino que me vio, lo escuché rezando conmigo.
¿Por qué decidió rezar delante de las cruces de cada parroquia?
Porque creo profundamente en el poder de la oración, especialmente en momentos de dificultad porque nos conecta con un diálogo íntimo con Dios y expresa una confianza total en Él. Rezar delante de la cruz, pienso que es recordar la pasión de Jesús, que tanto amo a los hombres hasta el punto de entregarse a la muerte por nosotros.
¿Cómo reaccionaron los vecinos al momento?
La reacción fue muy bonita. Movidos por la curiosidad de ver luz en medio de la oscuridad total, algunos vecinos se asomaron por las ventanas. Al notar que la parroquia estaba iluminada, comenzaron a apuntar con las linternas de sus casas hacia la fachada conmigo. Fue un momento sencillo pero muy especial, en el que la luz no solo iluminaba el templo, sino también pienso que despertó algo en los corazones de quienes lo vieron desde sus casas.
Y la reacción en redes fue mucho mayor…
Sí, la verdad es que me sorprendió muchísimo. En un principio decidí compartir por redes sociales lo que había hecho simplemente para llevar a mis amigos de Cuenca la esperanza y la luz de Cristo. Quería que, incluso quienes no lo vivieron directamente, pudieran ver que, en medio de un apagón tan inesperado, todavía había una luz encendida: la luz de Cristo, que no se apaga nunca. Subí algunas fotos y un pequeño testimonio sin pensar que tendría tanta repercusión, pero poco a poco comenzó a compartirse, primero entre amigos, luego con conocidos, y finalmente fue pasando de boca en boca. Empecé a recibir mensajes de personas conmovidas, dándome las gracias por el gesto, contándome cómo les había tocado el corazón. Lo más emocionante fue saber que no se quedó solo en Cuenca, sino que la historia ha llegado incluso a personas de habla hispana fuera de España. Espero que mi aventura nocturna inspire a muchos a confiar más en Dios en sus propias noches oscuras, tanto físicas como espirituales.
¿Qué testimonios podría destacar?
Una de las reacciones que más me conmovió personalmente fue la reacción de mi mejor amigo. Fue una de las primeras personas a las que le envié las fotos de las parroquias iluminadas para ver su opinión. Había tenido un día especialmente difícil por el apagón. Él se había quedado sin luz en casa y, además, incomunicado todo el día. Al despertar, se encontró con varios mensajes míos y con las imágenes de las iglesias resplandeciendo en medio de la oscuridad.
Cuando las vio, se quedó completamente impactado. Noté que las fotos le habían tocado el alma, pero que al conocer después toda la historia detrás (la intención, la oración, la respuesta de los vecinos), se que se emocionó aún más. Me quedo con la moraleja de que es más fácil ser luz cuando todo está oscuro, todos como cristianos podemos ser luz para otros a través de la caridad.
¿Por qué en estos tiempos los católicos tenemos que dar testimonio de nuestra fe?
Porque el mismo Cristo, en el sermón de la montaña, nos lo pide con claridad: “Brille así vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos” (Mt 5,16). No podemos esconder la luz que hemos recibido. Dar testimonio a través de palabras, obras, omisiones y pensamientos es una urgencia de amor.
Los católicos no estamos llamados a vivir una fe encerrada entre las paredes de un templo, sino estamos llamados a compartir la alegría del evangelio. Las catástrofes como este apagón son una oportunidad para llevar a Cristo, porque es cuando las personas viven su “apagón interno” y alli es cuando más necesitan de la esperanza y la presencia viva de Cristo.
Dar testimonio no significa hablar o convencer; a veces basta con un gesto o acción luminosa que despierte preguntas o consuele silenciosamente. Y eso solo es posible si primero vivimos nuestra fe con autenticidad, si nos dejamos transformar por Cristo para que nuestras obras sean reflejo de Él y no de nosotros mismos.
Ante las amenazas que se ciernen sobre la humanidad, ¿La fe es más necesaria que nunca?
Sí, sin duda. La fe no elimina el sufrimiento ni borra los desafíos, sino le da el significado de cargar con la cruz, dándole un porque al llanto y al dolor. La fe nos recuerda que todavía hay esperanza, que no estamos solos, que Jesús nos acompaña con su cruz y nos llama a ser hijos de su padre y resucitar con Él.
Hoy más que nunca, en España necesitamos esa fe que no se apaga con una oscuridad, ni siquiera ante un apagón como el que vivimos, sino una fe que se encienda y se propague como llama viva capaz de alcanzar el corazón del prójimo y encenderlo con el fuego del amor de Dios.
Autor

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Subdirector de Ñ TV España. Presentador de radio y TV, speaker y guionista.
Ha sido redactor deportivo de El Periódico de Aragón y Canal 44. Ha colaborado en medios como EWTN, Radio María, NSE, y Canal Sant Josep y Agnus Dei Prod. Actor en el documental del Cura de Ars y en otro trabajo contra el marxismo cultural, John Navasco. Tiene vídeos virales como El Master Plan o El Valle no se toca.
Tiene un blog en InfoCatólica y participa en medios como Somatemps, Tradición Viva, Ahora Información, Gloria TV, Español Digital y Radio Reconquista en Dallas, Texas. Colaboró con Javier Cárdenas en su podcast de OKDIARIO.
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