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El sacerdote y escritor, Gabriel Calvo Zarraute, visitó el plató de Dando caña para presentar su libro «De Roma a Berlín» y dialogar distendidamente con el periodista Julio Ariza.
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No señor. El protestantismo es una rebeldía o enmienda a Jesucristo Nuestro Señor.
Lutero engañó con su falsa doctrina de que solo la fe salva. La fe y las obras son inseparables. Si hay fe, ello queda reflejado en las obras. No se puede confiar plenamente en Dios y no verse reflejada tal fe en la conducta del día a día, independientemente de que estemos en esta vida sometidos a la tiranía del pecado. Por otra parte, lo de la predestinación como justificación de cualquier tipo de conducta (solo los predestinados se salvan hagan lo que hagan) es sencillamente demencial. Según Lutero y demás herejes, Mt 25, 31-46, entre otros muchos otros pasajes, no cuenta para nada, «porque ellos lo valían». Y sí, del protestantismo ha derivado todo tipo de males para el mundo, por desgracia. Es la peor de las herejías, pues convierte a cada persona en «dios» de sí mismo, subjetiva y vanamente autojustificado (engaño).
Seguir hurgando en las divisiones entre las Iglesias cristianas no es lo que hay que hacer para asegurar la supervivencia del mundo cristiano que está amenazado por una religión agresiva y violenta cuyo número de seguidores crece año tras año. El Vaticano debería impulsar un movimiento ecuménico dirigido a conseguir la unión de todas las iglesias cristianas.
Eso es imposible y usted lo sabe. No podemos aliarnos con un diablo para vencer a otro.
Si seguimos estando divididos los cristianos seremos vencidos.