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Ángel Ruiz Ortiz es la incuria progre con toga. Cuando por negligencia e incompetencia, por pereza, cobardía o dejadez a un arquitecto se le cae un edificio, a un ingeniero se le desmorona un puente, a un médico se le muere un paciente sin previo diagnóstico letal, o un militar conduce a sus hombres a una celada mortal, los responsables del desastre y de la carnicería acaban siempre, en todos los países en los que la Justicia no es una meretriz de la Política, ante un Tribunal o ante un Consejo de Guerra. Y no hace tanto tiempo, en los países de seriedad prusiana, en el cadalso o ante un pelotón de fusilamiento. Nuestros actos tienen consecuencias y éstas, si son nefastas, si son mortales, deben saldarse siempre, además de con el oprobio y el deshonor públicos, con la destitución fulminante, el despido laboral y la condena explícita en el Código Penal.

En España no es así nunca cuando el que reboza en incuria, en negligencia y en ideología progre y tóxica sus decisiones y sus sentencias es un político o un juez, porque en España la Justicia sí es una meretriz de la Política, y así como a un cirujano lo primero que se le exige para ejercer en Cataluña no es pericia ni sabiduría, sino que hable catalán con la fluidez de un gañán del Ampurdán, a un juez y a un político, para trepar en la cucaña de los Poderes del Estado la primordial exigencia es que sean progres, muy progres y dóciles, muy dóciles. Lo demás, todo lo demás, es accesorio.

Ángel Ruiz Ortiz le abrió la jaula a la Bestia. Con todos los informes médicos, psiquiátricos y psicológicos en contra, decidió otorgarle la libertad condicional a Francisco Javier Almeida, un psicópata, un pederasta, un violador y un asesino que si hubiera colgado de una soga, de ésas que los presos trenzan con mimo para los pederastas y los violadores, no hubiera podido asesinar a un niño de nueve años que jugaba en un parque de Lardero mientras su madre preparaba la cena.

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La Bestia salió de caza porque Ángel Ruiz Ortiz le abrió la jaula y la veda, pues para ese montón de escoria progre, para ese vertedero de incuria con toga, la rehabilitación (¿) de un pederasta, de un violador y de un asesino es una misión más humanista, más erasmista y más progresista que la protección de las vidas de sus víctimas, cobradas o por cobrar. Un niño de nueve años ha muerto a manos de una Bestia a la que liberó un juez negligente y progre. El asesino y el juez están vivos. A Francisco Javier Almeida probablemente lo rehabiliten los presos que, a buen seguro, ya le están trenzando una soga. Ángel Ruiz Ortiz, sólo tiene un camino para la redención. Léete el Bushidõ, Ángel, y en él encontrarás el único sendero de tu rehabilitación. Se llama Harakiri.

Autor

Eduardo García Serrano
Eduardo García Serrano
Eduardo García Serrano es un periodista español de origen navarro, hijo del también periodista y escritor Rafael García Serrano. Fue director del programa Buenos días España en Radio Intereconomia, además de tertuliano habitual de El Gato al Agua en Intereconomia Televisión. Desde el 1 de Febrero del 2019 hasta el 20 de septiembre del 2023 fue Director de El Correo de España y de ÑTV España.