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La actualidad política pasa por saber si es bueno para Núñez Feijóo que se le traspase la patata caliente de una posible presidencia de Gobierno cuando a Pedro Sánchez le va la heterodoxia para incumplir las leyes y salvar el arbitraje moral que se le supone al gallego para dirigir España. El Partido Popular quiere gobernar un barco con las velas extendidas en la intención y ninguna brisa favorable, en cambio el PSOE es especialista en navegar con viento huracanado como si tuviera su propia máquina meteorológica para manipular a su antojo la singladura hacia la desintegración territorial e institucional. Un proceloso océano donde el de la Moncloa en funciones se mueve como pececito en el agua no haciendo ascos hasta a la alta traición, cuando el otro todavía ha de demostrar que sabe nadar. Las metáforas de estos extremos que representan los dos candidatos son sintomáticas para advertir que en los dos casos sigue estando en juego el futuro de España.
Con este percal de incertidumbre Feijóo se reúne con las distintas fuerzas políticas en busca de esos 4 escaños que le separan, por lo pronto , de una previsible crisis de liderazgo y una rebelión interna en el PP si no alcanza el objetivo de ser investido. Porque si los asuntos favorecen todo el mundo se arrima, al contrario que si son adversas que todo el mundo más allegado conspira. Como las distintas formaciones políticas que están negociando sus cambalaches propios con la excusa del gobierno de España que importa un bledo a los independentistas con los que quiere gobernar de nuevo Sánchez. O como los comunistas que tampoco les interesa España y han conseguido una vicepresidencia que , a la chita callando, está sentando las bases de un sociedad y una economía de cariz bolivariano.
Un sector del PNV dice sopesar las ofertas del Partido Popular ante la amenaza de que Iberdrola y BBVA, imitando a Ferrovial, se vayan de España. Urkullu se desmarca de la inflexibilidad de Ortuzar y abre una vía interna de debate. ¿Maniobras de distracción mientras se ata todo bien atado con Sánchez? El tiempo lo dirá, pero Pedro Sánchez con todas las maniobras torticeras conseguidas incluso el 23J-el que pueda entender que entienda-y lo mucho que tiene que ocultar, está en un segundo plano silencioso pero preponderante a la espera de su oportunidad.
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Feijoo, ese felón venido de Galicia, esta dispuesto a traicionar hasta a su madre con tal de sentar su trasero en Moncloa.
Lo malo es que esta arrastrando en sus indignidades al partido que le ha dado su apoyo a cambio, como se ve, de nada.
Estar arrastrando a VOX