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En el transcurso de la larga historia que ha tenido España, hubo algunas gentes, que sin ser en teoría lo que llamaríamos policías, realizaban sus funciones, sacrificando incluso la vida por salvaguardar y proteger la de los demás, así como las pertenencías y bienes que estos poseían. Además de todo eso, les era encomendado por el Imperio Español la defensa de la frontera de un vasto territorio que tenía España en lo que hoy son los Estados Unidos, que se extendía por más de 3.000 kilómetros, desde La Florida hasta California, todo Texas, Arizona, etc. 

Incluso habiendo realizado todo eso, hoy en día los tenemos olvidados, siendo unos desconocidos para la mayoría de los españoles.  

Esto es lo que ha sucedido, con los que en su día fueron famosos por su bravura y valor, considerándolos como un Cuerpo de Elite, y no son otros que los Dragones de Cuera, o también llamados Tropas Presídiales. Gente que estuvo batiendo el cobre más de tres siglos, desde finales del siglo XVI, hasta 1821, con la Independencia Hispanoamericana.  

Doscientos años antes de la Conquista del Oeste, que todos conocemos por las películas americanas, ya estaban los españoles por esas tierras luchando contra los apaches, comanches, navajos, etc. para salvar y proteger a las colonias de compatriotas que se iban asentando en esas tierras.  

Ya en 1540, en la larga expedición que hizo el explorador Vázquez Coronado, que había salido de México en dirección norte, ya consta que había tenido contacto con apaches, navajos, kiowas, cheyennes, osages, etc. 

Dos años después, Juan de Oñate, también tuvo contactos con esta tribu. Él fue el primero que los denominaría Apaches, pues había oído que así los denominaba otra pequeña tribu. Oñate pidió que le enviaran sacerdotes para lograr la evangelización de los apaches y pues así se creía que dejarían de ser hostiles.  

Como se ve en la fotografía siguiente, estos guerreros navajos, usaban al igual que los Dragones de Cuera, la lanza y el escudo de piel, y que pasaré más tarde a describiros. 

Guerrero navajo con lanza y escudo

De hecho, muchas de las historias reflejadas en películas por los americanos sobre el lejano Oeste, no son otra cosa que las vicisitudes que pasaron algunos españoles en esas tierras, aunque ellos con su buena propaganda patriótica y como tienen una notable falta de memoria histórica, dado los pocos años que tienen como país, se las adjudican como propias, cambiando los personajes de españoles, en este caso, por americanos. 

Por mi parte, cuando pensé escribir este artículo, quise acompañarlo con la imagen de un Dragón de Cuera pintado por mí, al óleo, al cual le puse el título de “siguiendo el rastro”. Os dejo la imagen de cómo me ha quedado. Espero que sea de vuestro agrado y que sirva también como homenaje para todos esos hombres que regaron con sangre española aquellos territorios indómitos.   

El autor y su obra

Comenzaré recordando un episodio de los que ocurrieron digno de hacer una película, y no fue otra que la Batalla del Presidio de San Agustín, de Texas, Arizona, en el que 42 Dragones de Cuera resistieron durante varias horas el ataque de más de 300 apaches, demostrando la capacidad de lucha que tenía esta gente.  

En un principio, en las filas de los Dragones de Cuera se contaba solamente con unos 400 o 500 hombres, aunque ya en el año de 1780 eran alrededor de 1500, para cubrir los quince Presidios que formaban el cordón fronterizo. 

Estos hombres estaban destinados por un mínimo de diez años, dado que ese era el plazo menor por la cual se podían alistar a este Cuerpo, y así con todo ello, nunca faltaron voluntarios para incorporarse a estos Dragones de Cuera. Era interesante el alistamiento por el salario que percibían y porque podían promocionarse hasta el empleo de capitán. Los había que una vez ascendían, se venían para España para seguir ejerciendo de militares en la península.  

Muchos de los dragones llevaban a vivir a sus familias a estos Presidios, y así se iba colonizando territorio, ya que hacían relaciones comerciales con los indios, cambiándoles abalorios, cuentas de cristal, incluso la famosa agua de fuego, que era un aguardiente, y con la que los indios, dado su intolerancia al alcohol, les facilitaba fácilmente el tener visiones del más allá, o de los Espíritus, cosa que era muy buscada por ellos dado sus creencias. 

Gracias a esos PRESIDIOS, y el nombre que se les otorgó en su día, hoy muchas de las ciudades llevan su nombre, como por ejemplo San Diego, Loreto, Monte Rey, San José del Cabo, Altar, Buena Vista, Santa Fe, Buena Ventura, El Paso, San Juan Bautista, etc. 

El nombre de “CUERA”, provenía del abrigo largo, sin mangas, que estaba hecho por hasta siete capas de piel de bisonte, que pesaba unos 10 kilogramos, y que tenía una gran resistencia a la penetración de las flechas lanzadas por los indios contra ellos. Recordemos que las picas de las primeras de flechas de los indios eran de pedernal, ya que no conocían el acero. La Cuera se usó en un principio solo por los oficiales, pero con el paso del tiempo lo fueron adquiriendo para toda la tropa, llegando a ser una prenda reglamentaria del uniforme

Uniformidad de un Dragón de Cuera

También comentar que, con el paso del tiempo, la Cuera fue evolucionando, ya que en un principio su largura cubría hasta las rodillas, y más tarde se fue acortando en tamaño. 

En 1779, Luis de Bertucat, ideó y propuso la construcción de una coraza metálica, que proporcionaría una mejor protección que la Cuera, y que estarían construidas con laminillas de hoja delata invincradas, y que con las pruebas que se hicieron en Chihuahua, fueron capaces de resistir un flechazo a una distancia de ocho pasos o un lanzazo dado por un soldado en plena carrera. Su peso era entre 7 a 8 kilogramos, con lo que se rebajaba un poco el peso en comparación con la Cuera. Se hicieron y se regalaron 50 unidades a los Dragones de Cuera para que las probasen, con el fin de que se convirtieran en reglamentarios, aunque debió de ser peor que la piel, ya que no llegaron a fabricarse en serie para su uso en la uniformidad.  

Luis de Bertucat

La mayoría de estos dragones de cuera eran españoles nacidos en América, gente fronteriza, habiendo entre sus filas criollos, (término utilizado para denominar a los nacidos en América, pero con origen europeo), mestizos, (era una clasificación de tipo racial, usada por el Imperio Español a partir del siglo XVI para denominar a una de las “castas” o “cruzas” que, tras las relaciones sexuales que hubo entre personas de raza blanca con otras denominadas de raza india). Había también indios hispanizados, e incluso esclavos liberados.  

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Según el Reglamento e Instrucción para los Presidios creado por Cedula de 10 de septiembre de 1772, y resuelto por el Rey, en el Titulo Tercero, en el que habla del VESTUARIO, en el PUNTO UNO, dice que: a los soldados de Presidio se les entregará una chupa corta de tripe o paño azul, con una pequeña vuelta y collarín encarnados, calzón de tripe azul, capa de paño azul, cartuchera, cuera, y bandolera de gamuza, en la forma que actualmente se usa, sombrero con cinta roja, corbatín negro, zapatos y botines. 

En el PUNTO DOS dice que el vestuario se dará prenda a prenda, según se valla necesitando, según lo vea el capitán al pasar revista, y para que nunca les falte, habrá en cada Presidio al cargo de ello un habilitado con suficientes repuestos de todas las especies. 

Ya metidos en el PUNTO CUARTO, lo dedica al Armamento y Montura

Las armas serán: espada, lanza, adarga, escopeta y pistolas. 

Sobre la España, el Rey hace hincapié diciendo: La espada ha de ser de tamaño y hechura que las que utilizan las demás caballerías de mis Ejércitos. Aunque con el paso del tiempo se fueron cambiando por unas más cortas y más anchas.  

Las moharras de las lanzas han de tener un pie de toesa (démonos cuenta de que una toesa era una medida antigua equivalente a seis pies, y que un pie equivalía a 326,6 mm.) y pulgada y media de ancha (una pulgada castellana equivale a 23,22 mm.), bien reforzada en el centro, de suerte que formen lomo, y cortantes por ambos lados, con una virola correspondiente para detener la demasiada introducción y facilitar su retroceso y repetición de golpes. Este dato no lo había visto en ningún dibujo de los que he consultado, aunque ciñéndome al Reglamento, lo he dejado reflejado en la pintura.

Aunque no figura en el Reglamento, se sabe que de las lanzas pendía un banderín de color rojo. 

La Adarga no variará de las que se usan en el día. Esto era un escudo redondo o de forma árabe, realizado con capas de piel y en el que se pintaba normalmente el escudo de España. 

La escopeta, al igual que las pistolas, estarán montadas, y tendrán las llaves a la española; el cañón de la escopeta tendrá de largo tres pies de toesa, y sobre esta proporción se arreglará la encepadura para que quede el arma equilibrada cuando se apunte. 

Los cañones de las pistolas no excederán de 10 pulgadas, siendo el calibre de unas y otras de 16 adarmes; los rastrillos de las llaves serán del mejor temple, para que resistan a la violencia del sol; los ganchos de las pistolas han de ser muy seguros y reforzados. 

También el PUNTO CUATROparte segunda, dice que, cada uno de los indios exploradores, tendrá una pistola, adarga, y lanza, además de su arco y carcaj con flechas. 

En la parte tercera, dice que habrá en cada Presidio un repuesto de cada arma para que nunca llegara a faltar, y un competente número en los arsenales de México, para ir reponiendo según las listas que remita a mí (Virrey), el Inspector comandante.  

En el PUNTO CUATRO, indica que para que las armas estén siempre en buen estado, habrá en cada Compañía uno de los soldados en calidad de armero, con la obligación de componer lo que necesiten las armas de los soldados, por lo que se librará de toda fatiga y servicio, pero no en las ocasiones de guerra. Se le suministrarán o abonarán los materiales, y señalará, arbitrando por el Virrey, aquella gratificación que juzgase suficiente para el logro de tan importante objeto.  

Guerreros apaches

Pasando al PUNTO CINCO, dice que se dotaba a cada Dragón de Cuera de seis caballos, un potro y una mula. 

Y especificando en el PUNTO SEIS que cada soldado ha de tener uno de sus caballos de día y de noche atado, mantenido con forraje, ensillado, haciéndose responsable de esto el Capitán y demás Oficiales de la Compañía. 

El PUNTO SIETE, indica que la silla ha de ser vaquera, con las cubiertas correspondientes, coraza, armas, cojinillos, y estribos de palo cerrados, quedando por consiguiente prohibidos el uso de los estribos grandes, por impropios y perjudiciales. 

Los requisitos para alistarse a Dragón de Cuera eran: haber alcanzado los 16 años de edad, tener una medida como mínimo de 150 centímetros, estar sano y ser católico y libre de pecados. 

Comentar que de este Cuerpo salieron gente importante. Recordemos, por ejemplo, al malagueño Bernardo de Gálvezque, en su día, fue un Dragón de Cuera, y que después llegaría a ser Virrey de la Nueva España y Gobernador de la Luisiana. Fue un héroe en la batalla de Pensacola, y fue vital para la independencia de los Estados Unidos de América. 

Hoy en día cuelga su retrato en el Senado de los Estados Unidos

Bernardo de Gálvez

Otro que no le anda a la zaga, fue Juan Bautista de Anza, que fue el que más me inspiró a pintar el cuadro, y que persiguió a caballo durante más de 1.000 kilómetros a la banda del jefe comanche Cuerno Verde. Los siguió, los derrotó, y capturó a unos 100 guerreros. 

Hoy en día en Estados Unidos hay varias estatuas y placas conmemorativas de este glorioso militar español. Al contrario, aquí en España, es totalmente desconocido.  

Juan Bautista de Anza

Anza, tras darle muerte, el tocado que portaba el jefe Cuerno Verde que era la piel de una cabeza de bisonte con los cuernos pintados de verde y el cual ya había pertenecido a su padre, fue llevado y entregado al Gobernador de la zona, y luego este, se lo regaló al Papa. Hoy en día se encuentra en el Museo del Vaticano. 

Jefe Comanche “Cuerno verde”

Otro acontecimiento que ocurrió, y, al igual que otros episodios, están bien documentados en el Archivo de Indias, en Sevilla, y no fue otro el gran ataque que sufrimos por varias tribus comanches, cerca de la localidad de Halcón Chico, de la que obtuvimos una gran victoria y en la que los Dragones de Cuera adquirieron buena fama.  

También en noviembre de 1779, una partida de casi 300 guerreros apaches fue hasta el Presidio de Tucson con el fin de guerrear contra los españoles, confiados en su superioridad numérica, no contaron que estos Dragones de Cuera eran guerreros muy experimentados y con un valor a prueba de toda duda. Los Dragones en vez de refugiarse en el Presidio, se lanzaron al ataque contra los sorprendidos indios, que no podían dar crédito a que fueran ellos los atacados y no al revés. El resultado fue una victoria de los Dragones de Cuera, gracias a un lancero de los Dragones que dio muerte al jefe apache en un combate desigual, dado que los Dragones eran solamente 15, y los indios como ya he comentado cerca de los 300. El hecho de que los apaches vieran la cabeza de su Jefe hincada en la pica de una lanza de un Dragón de Cuera, fue suficiente para que perdieran la batalla. 

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En 1780 continuarían otra vez los ataques apaches, y en junio de este año, asesinarían al capellán del presidio cuando venía de un pueblo cercano de celebrar el día de San Juan. Al saber lo sucedido una columna de cincuenta Dragones de Cuera salió de inmediato a la búsqueda de los asesinos, aunque en esta ocasión no pudieron encontrarlos. 

Ya en 1781, se sublevaron los indios del territorio de Yuma, atacando algunos asentamientos y capturando algunas mujeres españolas, haciéndolas prisioneras. Se organizó de inmediato una “columna de socorro” al mando del coronel Pedro Fajes, que tras múltiples peripecias lograría liberar a las prisioneras y llevarlas a Tucson. Ellas fueron las primeras en relatar que los guerreros apaches se pintaban la cara con colores para ir a guerrear. Después de esto, en 1782, finalizó la guerra momentáneamente. Qué, ¿os suena todas estas historias?, ¿las habéis visto en alguna película con otros protagonistas?, seguramente en alguna película americana. 

Metidos ya en 1783, por ejemplo, se construye un muro de adobe en San Agustín de Tucson para mejorar las defensas, y que la crónica de la época refleja de cómo quedó agradablemente complacido, cuando lo visitó, el General del Virreinato de Nueva España Don José de Gálvez, que era sobrino del conquistador de Pensacola, y del que hablamos anteriormente. 

La paz con los españoles se llegaría en 1793, ya que los apaches, yumas, chiricaguas, navajos y otras tribus, fueron poco a poco relacionándose con los españoles, hasta terminar por convivir con ellos en las distintas misiones, presidios y asentamientos.  

Hay que recordar, por ejemplo, que jefes apaches como JerónimoMangas Coloradas, Cochise, etc. que en tantas películas americanas ha salido, hablaban perfectamente español, ya que habían nacido en territorio de Nueva España, y después de 1821 de México. 

 

Jerónimo (obra del autor del texto)

Esta paz se rompería en 1821, con la Independencia del Virreinato de Nueva España. 

Y ya en 1846, México perdería este territorio y llegarían otros solados de frontera, también con otros uniformes azules, y otro lenguaje. Eran los americanos, que destrozarían la paz que tanto nos costó conseguir y empezarían otra vez las guerras de guerrillas con los indios, dado que quisieron quitarles las tierras y meterlos en Reservas, aunque fuimos los españoles, con los Dragones de Cuera, los que escribimos las más gloriosas páginas en la historia que se desarrolló en estos territorios de frontera. 

No podemos olvidarnos tampoco de gente como el comandante don Pedro Allande y Saavedra y de Carlos Fernández y López de Cuellar, entre otros. Todos ellos hombres que dieron fama y honor a este Cuerpo. 

También hubo derrotas, como la de Pedro Villasur con sus cuarenta y cinco Dragones, que junto a sesenta indios Pueblo auxiliares y doce guías apaches, sucumbieron, a cientos de guerreros pawnee y sus aliados franceses, en Nebraska el 14 de agosto de 1720. Muerto Don Pedro, se pusieron a luchar en círculo, rodeando a su capitán muerto, hasta que uno a uno fue cayendo. Solo lograron escapar siete Dragones, cuarenta y cinco indios Pueblo y todos los apaches, llegando de vuelta el 6 de septiembre a Santa Fe. 

Esta expedición que llamada la “Expedición Villasur”, había partido el 16 de junio de 1720 de Santa Fe, y tras recorrer unos 800 kilómetros, a través de los actuales estados de Colorado, Kansas y Nebraska llegaron a territorio pawnee, acampando junto al Rio Platte. El 14 de agosto, al amanecer, fueron atacados por los pawnee, junto a soldados y comerciantes franceses con el resultado que ya conocemos. Fue la expedición que había viajado más al norte y al este que cualquier otra expedición militar española, con ella se marcó el fin de la influencia española en el centro de las Grandes Llanuras, hasta que España las recuperó mediante el Tratado de Fontainebleau en 1762, que creó la enorme gobernación de la Luisiana española. 

Os dejo fotografía de otro cuadro pintado mío, de lo que bien pudiera ser un indio pawnee o Cheyenne de esa época. 

 

Si esto no es para hacer una película que venga Dios y lo vea. Ni el General Custer y el 7ª de caballería en la batalla de Little Big Horn.  

Como dato anecdótico comentar que los Dragones de Cuera siempre al iniciar una carga lo hacían al grito de “por Santiago y por España”. 

Según las crónicas de la época, en 1846-47, en las Guerras indias que mantuvieron los norteamericanos con los indios para quitarles las tierras y meterlos en reservas, se dice que les había llamado la atención y que quedaban extrañados al ver que algunos de sus enemigos vestían Cueras, y no era sino porque ya en esas épocas, quedaban los que habían sido dragones y sus descendientes mezclados con los indios en un mismo pueblo. Luego ingleses, franceses y holandeses, no pararon de ensuciarnos con la Leyenda Negra que muchos incultos de hoy en día aún siguen creyendo. 

Tanto durante, como después de la Guerra Anglo-Española, los Dragones de Cuera tuvieron un papel muy importante en los conflictos militares habidos dentro del país; un ejemplo lo tenemos en la Batalla de Puebla, el 5 de mayo de 1862, cerca de la ciudad que lleva ese mismo nombre, durante la intervención francesa previa a la Revolución Mexicana. Démonos cuenta, por ejemplo, que una de las marchas militares más conocidas en México hoy en día, es la marcha DRAGONA, la única usada por la caballería y las unidades motorizadas durante el desfile del 16 de septiembre para conmemorar el día de la Independencia.  

Si los norteamericanos tuvieran la historia que nosotros tenemos, no pararían de hacer películas, escribir libros, pintar cuadros, etc. Nosotros tenemos la Historia, pero no hacemos películas, solamente se hacen las subvencionadas por el Gobierno de turno, y para hablar mal de solo una de una de las partes de nuestra Guerra Civil más reciente. Tampoco escribimos libros, o poesías, ni pintamos o dibujamos cuadros, solo por ser temas militares y ser políticamente incorrectos, a excepción del maestro Augusto Ferrer-DalmauJosé Mª Bueno con sus dibujos. Es una verdadera pena. Yo por mi parte, escribiré y pintaré y haré todo lo que esté en mi mano, para que esta raza de hombres españoles no se quede en el olvido. 

Autor

REDACCIÓN