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Mucha gente se atreve hablar de la guerra sin conocer una guerra. Lo peor que le puede pasar a un ser humano es vivir una guerra.

El 20 de marzo de 2003, es una fecha clave en la historia de Irak, hay un antes y un después. Han pasado 19 años desde que Estados Unidos con Bush hijo a la cabeza, quería moldear a su gusto Irak, pero el molde democrático en el que se ha forzado al país ha demostrado ser incompatible con el comportamiento de los líderes políticos- religiosos de Bagdad.

El 02 de agosto de 1990, Irak invadió Kuwait y se hizo con el emirato, lo que marcó el inicio de la Guerra del Golfo o como la bautizó Saddam Husein “La madre de todas las batallas”, sin embargo, George H. W. Bush padre, presidente de Estados Unidos en aquel tiempo la tituló “La tormenta del desierto”. Una amplia coalición internacional de 33 países, encabezada por tropas de Estados Unidos, necesitó sólo tres días para liberar Kuwait. Los 700.000 soldados iraquíes que fueron desplegados en Kuwait, terminaron  derrotados y dispersados por los rudos ataques de las tropas occidentales, matando casi 150.000 soldados y otros 200.000 heridos, seres humanos con nombres y apellidos.

Ojo, Kuwait no era ni es miembro de la OTAN ni de Unión Europea.

 

Yo he estado allí, nadie me ha dicho, entre los primeros que han entrado en Kuwait, haciendo el servicio militar obligatorio y de los pocos que han logrado salir con vida, herido de una bala en el “culo”.

 

¿Alguien ha oído hablar de la masacre del Camino de la Muerte en Irak?

 

Todos los que aparecen en esta imagen están muertos, incluso los camiones están completamente destruidos. Estas imágenes fueron tomadas en la mañana del 27 de febrero de 1991, cuando el presidente iraquí Saddam Hussein “nos” ordenó a su ejército que se retira de Kuwait en respuesta a la Resolución de las Naciones Unidas, N. 660, al final de la segunda Guerra del Golfo. En el mismo momento, la administración del presidente estadounidense “George Bush padre” había ordenado a las fuerzas estadounidenses que rodearan los vehículos iraquíes en el puerto de ‘Abdali, la frontera entre Irak-Kuwait, en la ruta 80 que conduce a la ciudad de Basora, mi ciudad donde me he criado. El orden de George Bush padre a las fuerzas estadounidenses era muy claro: que no dejen ningún soldado ni civil ni vehículo regrese vivo de Kuwait a Irak. Fuimos bombardeados por docenas de aviones de combate estadounidenses a lo largo de la carretera. Más de 2.000 vehículos fueron destruidos y casi 80.000 soldados iraquíes murieron en pocas horas. Entre las víctimas había familias civiles, mujeres, ancianos, niños iraquíes que vivían en Kuwait y se retiraron con el ejército iraquí por temor a represalias contra ellos por el gobernó kuwaití.

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Las fuerzas estadounidenses mataron, soldados y civiles, a pesar del anuncio de alto el fuego y del anuncio de retirada de Irak y con la garantía de la ONU, que participó en el crimen engañando a Irak.

Yo sobreviví estos ataques principalmente gracias a Dios, escondiendo y protegiéndome entre los miles de calaveres extendidos en la carretera. 

Saddam Husein logró mantenerse en el poder, a cambio, aceptó la entrada de los inspectores de armas de la ONU, al menos inicialmente. Sin embargo, Estados Unidos continuó bombardeando objetivos Iraquíes durante toda la década siguiente.

En marzo de 2003, Estados Unidos lidera una fuerza internacional para invadir Irak y derrocar a Saddam Husein. La existencia de armas de destrucción masiva fue uno de las principales excusas del gobierno estadounidense para ir a la guerra contra Irak. No obstante, estas armas no fueron encontradas hasta hoy día. El resultado de esta invasión fue el quebranto de casi un millón de iraquíes entre muertos, heridos y discapacitados, la gran mayoría de ellos, civiles y el país totalmente destrozado sin luz ni agua potable ni suministros básicos.

El 13 de diciembre de 2003, Saddam Husein fue arrestado en una operación conjunta entre efectivos kurdos, iraquíes y el Ejército estadounidense mientras se encontraba escondido en un sótano en los alrededores de su localidad natal, Tikrit.

El 05 de noviembre de 2006, tras tres años de juicio, Saddam Husein fue condenado a morir en la horca por el Alto Tribunal Penal iraquí, que lo encontró culpable de haber cometido un crimen contra la Humanidad y fue ejecutado el 30 de diciembre de 2006.

¿Quien gobernó después de Saddam Husein hasta hoy día? Los radicales islámicos chiíes vinculados al régimen de los AyatAllah de Irán. La guerra civil iraquí toca su pico en el año 2007, antes de que el gobierno estadounidense redobla sus esfuerzos militares con el objetivo de pacificar las calles, sin éxito, dejando muchas bajas entre su ejército, hasta su retirada total en el año 2011. Irak se convirtió hasta hoy día en un estado violento y caótico, donde el gobierno es ineficiente, corrupto, acusado de sectarismo, los atentados son diarios, el recuentro de víctimas altísimo, la inestabilidad y las tensiones entre los diversos grupos étnicos están aumentando.

El régimen de Saddam Husein, era totalitario laico, panarabismo o nacionalismo árabe, no islamista. Saddam, tenía muchos defectos, no obstante, tenía los líderes religiosos radicales, tanto chiíes como suníes, sujetos y controlados. Sin embargo, el régimen que vino después, hasta hoy día, es un sistema tribal político radical islámico dictatorial chií, vinculado al régimen fundamentalista islámico chií de los AyatAllah de Irán. Es decir, peor que el régimen laico baasista de Saddam Husein. Es cierto, Irak bajo el régimen de Saddam vivía una dictadura muy dura, no menos cierto, que el país era seguro, próspero y las minorías religiosas, entre ellos los cristianos teníamos cierta libertad religiosa.

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Estados Unidos ha mostrado su ignorancia de la compleja realidad étnica, política y religiosa en Irak, incluso el “mundo árabe-musulmán”. No hubo armas de destrucción masiva en Irak, ni el régimen iraquí estaba en contacto con Al Qaeda. Toda la guerra de Irak se basó en mentiras. Centenares de miles de iraquíes murieron y están muriendo a causa de estas mentiras, sin mencionar la destrucción de la infraestructura de un país que fue construido a través de muchas décadas.

Este es el precio de la libertad que Estados Unidos a la cabeza “los Bush, padre e hijo”  prometió a los iraquíes que no llegó ni llegará nunca.

El 24 de marzo de 2022, la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos ha registrado casi 5.000 víctimas civiles en Ucrania desde el inicio de la invasión rusa el 24 de febrero hasta hoy, entre muertos y heridos. Es una pena y muy triste la muerte de cualquier persona inocente en una guerra. Casi todo el mundo se ha levantado y todavía no ha sentado, condenando Rusia y pidiendo la cabeza de Putin. Sin embargo, nadie dijo nada ni siquiera las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, contra EE.UU. ni contra Bush, padre e hijo, cuando destruyeron un país entero, sacrificando casi un millón de personas.

Si hubiera o hay justicia en el mundo los “masones Illuminati, Bush padre e hijo”, deberían ser llevados ante un tribunal internacional y juzgados como criminales de guerra. Lo mismo que pide el actual presidente de Estados Unidos, Joe Biden para el presidente ruso, Vladímir Putin en su injusta guerra contra Ucrania.

 

Lo afirma un sufrido y sobreviviente de la guerra.

Raad Salam Naaman

Cristiano católico caldeo de origen iraquí

Doctor en filología árabe, estudios árabes-islámicos y ciencias religiosas

Profesor-escritor-traductor e intérprete 

Autor

REDACCIÓN