21/11/2024 11:55
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Hijo del militante del grupo terrorista FRAP (1) Francisco Javier Iglesias Peláez, Pablo Manuel Iglesias, que, entre otras actividades, hasta su ilegalización por vínculos con ETA en 2013, fue contacto en Madrid de Herrira -organización para la amnistía y el fin de la dispersión de los terroristas presos-, lo intentó. Intentó ser, desde la radicalidad marxista, la presencia de todas las discusiones, que ese fue su verdadero estímulo y su anhelo. Ese, y tener una mansión como las que él y su pareja habían visto tantas veces en la revista HOLA, en su pisito de Vallecas.

La protesta del 15-M en la plaza de la Puerta del Sol en Madrid, que pronto acaparó, fue su oportunidad para saltar a la arena política, monopolizando durante algunos meses la causa del descontento generalizado contra “todo y todos”, cuya solución no era otra que la revuelta. Aunque en eso, en la revuelta, muchos estuviéramos de acuerdo.

Su apoyo incondicional al régimen chavista, a la Cuba castrista y al régimen chino no tuvo fisuras. Pero su compromiso con las gentes de su generación no fue otro que prodigarse en muchos frentes para su particular prestigio. A lo que añadía su muy particular “estética” y una sentida querencia por ser “macho alfa”, al estilo del gallo en un corral de gallinas. Lo comprobó muy concretamente la periodista Mariló Montero, con la que quiso practicar una de las que parece son sus obsesiones, “azotarla las nalgas”. En fin, dejemos estas patologías mentales por asquerosas.

Pero Pablo Manuel Iglesias Turión o Turrón (el segundo apellido nunca lo tengo claro), el hijo del “camarada Peláez”, escondía un secreto a voces, era y sigue siendo un farsante.

Un farsante como lo fue el personaje al que quiso emular, Jean-Paul Sartre: un trastornado mental, un adicto a diferentes sustancias opiáceas, un ególatra, un obseso sexual, un hipócrita, un misógino, un déspota y un cómplice del terror estalinista. La imagen ecuménica de la izquierda a la que quiso imitar Pablo Manuel, nacido, criado y educado en un medio comunista-estalinista, y en una cultura determinada para la acción expeditiva y la revuelta. Eso sí, sabiendo, como de sobra sabe, que a todos los de su “calaña” les mueve el odio y la envidia: la “lucha de clases”. Sí, la “lucha de clases”, por más anticuado que nos parezca… De casta le viene al galgo.

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Ahora bien, para cerrar esta colaboración cabe hacerse una pregunta… ¿Qué será de esta joven promesa del comunismo estalinista que como fantasma surgió en un momento y al momento siguiente desapareció? Será acaso el resultado de estos tiempos, en el que la política, única actividad en la que no hay que demostrar valía alguna, es un medio de vida para no trabajar y a la que se llega, entre otras razones, por enseñar las tetas en una iglesia católica (pongamos a Rita Maestre) u ocultándose entre la masa con cara (depongamos a Iñigo Errejón).

Para mí que terminará haciendo el largo camino que hicieron otros hasta recalar en el PSOE, casa madre de todas las “inmundicias”, véase el caso del genocida Carrillo, la repugnante rata de Pontejos. O puede que dé un giro espectacular a su vida como también hicieron otros. Desde el exnazi Jorge Verstrynge, uno de los casos más patéticos de la política española de los últimos cincuenta años; pasando por Fernando Sánchez Dragó, cuando por fin se interesó por la vida de su padre; Ramón Tamames, cuyo giro hacia VOX no tengo duda razonable que es causa y consecuencia de la demencia senil; Jiménez Losantos, porque durante muchos años culpó a Franco que la naturaleza le fuera tan esquiva; o el caso de la sin par Rosa Díez, hoy muy cerca de la formación de Abascal, a quien se debe la propiedad intelectual de “¡Felipe dales caña!”. Por no citar a los que estuvieron muy cerca de ETA, hoy prestigiosísimos intelectuales: Juan Juaristi o Fernando Savater, entre otros bastantes. Personajes todos ellos marcados por la simpleza cultural moral y social, el trastorno mental, la irreflexión y la incoherencia. Personajes a los que sí el Código Penal no les ha pasado factura, la Historia no será tan indulgente.

  1. Frente Revolucionario Antifascista y Patriota, más conocido por sus siglas FRAP. Fue creado por el ex ministro del PSOE durante la Segunda República, Julio Álvarez del Vayo. Cometió varios asesinatos, Su modo de actuar era “tiros por la espalda y remate a cuchillo”. Modus operandi parecido al del GRAPO (Grupos de Resistencia Antifascista Primero de Octubre), con la diferencia que este grupo terrorista en lugar del cuchillo utilizaba el “martillo o, en su defecto, el piolet” .

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Autor

Pablo Gasco de la Rocha
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Geppetto

Mejor que no se le vea
Estara en Venezuela con alguna churri que no sea feminazi para que no de la coña

Proby

Ya estamos otra vez con la mierda del martillo…

Proby

El segundo apellido de Iglesias es Turrión. T-U-R-R-I-Ó-N. Aunque no creo que eso le importe mucho a la gente como no sea para distinguirle del fundador del PSOE, con el que tiene en común algo más que el nombre.

Y me sorprende que no haya mencionado usted al miserable de Luis María Ansón, que tantos elogios ha hecho del ex-coletas.

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