17/05/2024 06:33
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Hoy, y así, sin más, entro en el Túnel de la Historia y reproduzco unas páginas de mi biografía sobre Pablo Iglesias, el fundador del PSOE (el serio, no el botarate que sufrimos hoy) porque lo que pensaba ayer sigo pensándolo hoy.

Mañana, por supuesto, sacaré el espejo de Stendhal y reflejaré lo que queda, lo que ha quedado, de aquella honradez de hace 144 años.

Aunque, hoy, tampoco me resisto a reproducir en las páginas de Cultura de este numantino “Ñtv España” el cuento que escribió don Santiago Ramón y Cajal sobre la honradez y que tituló “El fabricante de honradez”. Pasen y lean lo que fue el PSOE de antaño y así se darán cuenta mejor de lo que ha hecho con el socialismo, la honradez y el honor de los fundadores el corrupto y traidor Pedro Sánchez.

POR LA PUERTA GRANDE

“No podían imaginarse Pablo Iglesias y el grupo que le ayudó a fundar el Partido Socialista Obrero Español el “viacrucis” que iban a vivir desde la fundación del Partido hasta la participación en unas elecciones. Fueron 12 años de conferencias, mítines y viajes por toda la geografía española en busca de militantes que les apoyaran. Tal vez porque las normas que se habían impuesto en el I Congreso  eran demasiado exigentes para los posibles aspirantes: “En las elecciones generales de diputados a Cortes el Partido Socialista presentaran candidatos en todas las localidades donde cuente con elementos organizados. Los candidatos deberán estar afiliados al partido y serán presentados por las agrupaciones. Serán excluidas del Partido Socialista las agrupaciones y los individuos que hagan pactos o alianzas con los partidos burgueses o sus candidatos. Asimismo serán expulsados los que voten o realicen trabajos a favor de cualquier candidatura burguesa…”

Y como tal partido se presentaron a las elecciones de 1891, que fueron un fracaso, ya que no sacaron ni un solo Diputado, igual sucedió en 1893 y 1896… y tuvieron que esperar hasta 1905 para sacar sus primeros concejales (3 por el distrito madrileño de Chamberí, y ello gracias a la manipulación de los votos socialistas que hizo Largo Caballero a espaldas de Iglesias)

Pero antes en la Elecciones Generales de 1898 sucedió algo que define mejor que nada el carácter de aquel Pablo Iglesias. En plena campaña electoral se presentó en su casa en nombre de Sagasta, Jefe del Partido Liberal y a la sazón Presidente del Gobierno, el Subsecretario de la Presidencia, Pablo Cruz, para ofrecerle el acta de Diputado si aceptaba renunciar a algunas de reivindicaciones que el PSOE llevaba en su programa electoral (supresión de la Monarquía, supresión del ejército, supresión de la Iglesia y de las Órdenes Religiosas, supresión de la Propiedad Privada, etc.). Iglesias escuchó educadamente al enviado del Presidente y con asco más que indignación le respondió al emisario: “Había aceptado al revisión de que el señor Sagasta, además de político hábil, era buen conocedor de los hombres, y veo que semejante versión es total y absolutamente equivocada. El Partido Socialista tiene los mayores deseos de hacerse representar en el Congreso; pero para que el logro de es deseo le satisfaga es indispensable que quien le represente pueda entrar por la puerta grande y la cabeza levantada. Lo que usted en nombre del señor Sagasta viene a ofrecerme me autoriza a decirle que el señor Sagasta no lleva camino de conocer a los socialistas.”

Pero el PSOE se quedo una vez más sin representación en el parlamento y los socialistas tendrían que sufrir varias “estaciones” más de su viacrucis. Entre ellas la de la “semana trágica” de Barcelona, la primera prueba de fuego para el PSOE y sobre todo para la UGT. Porque cuando los anarquistas y los republicanos se rebelaron en Barcelona cuando el embarque de los reservistas para la Guerra de Marruecos ya no tuvieron más remedio que sumarse a la rebelión: “¡Abajo la guerra! ¡Qué vallan los ricos! ¡Todos o ninguno!” y hasta convocaron una Huelga General a nivel Nacional. Al final los sindicatos y los partidos de Izquierdas perdieron la partida porque el Gobierno presidido por Maura, con Juan de la Cierva como Ministro de la Gobernación, empleó toda la fuerza del estado para aplastar lo que ya tomaba signos de Revolución.

Y Pablo Iglesias y los miembros del comité de huelga fueron detenidos. El “Abuelo” (así le llamaban ya todos los socialistas y así incluso se le conocía entre la clase política, por su gran cabellera y barbas blancas) se pasó un mes en la cárcel… sin embargo, el Partido y el Sindicato crecieron ese año más que los 20 anteriores.

Tal vez por ello no sorprendió que los republicanos negociaran con el ir juntos a las elecciones de 1910. Iglesias al principio dudó, pero quizás porque entre los republicanos que negociaban con él estaba sentado Benito Pérez Galdós (a partir de ese momento y hasta la muerte se hicieron muy buenos amigos hasta el punto de que el autor de los “Episodios Nacionales” estuvo a punto de apuntarse como militante al PSOE).

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Y ¡por fin! Pablo Iglesias salió diputado a las Cortes en las elecciones del 8 de mayo de 1910, yendo en la lista Conjunción Republicano-Socialista. Tenía ya 60 años y hacia 31 años que había fundado el PSOE. Pero las izquierdas no le habían perdonado a Maura la represión de la “Semana Trágica” y mucho menos del fusilamiento de Francisco Ferrer Guardia, a quien todos consideraron inocente menos Maura. De ahí que la campaña electoral y los meses siguientes un grito (¡Maura no!) fue la bandera de todos.”

Dios y leer en la boca de Pablo Iglesias el fundador que los socialistas no entrarían en las Cortes españolas hasta que lo hicieran por la puerta grande y la cabeza levantada… al verdadero socialista de hoy seguro que le dan ganas de romper el carné.

Los candidatos a las elecciones deberán estar afiliados al Partido y serán presentados por las agrupaciones. Serán excluidos del PSOE las agrupaciones y los individuos que hagan pactos o alianzas con los partidos burgueses o sus candidatos. Así mismo serán expulsados los que voten o realicen trabajos a favor de cualquier candidatura burguesa”.

Autor

Julio Merino
Julio Merino
Periodista y Miembro de la REAL academia de Córdoba.

Nació en la localidad cordobesa de Nueva Carteya en 1940.

Fue redactor del diario Arriba, redactor-jefe del Diario SP, subdirector del diario Pueblo y director de la agencia de noticias Pyresa.

En 1978 adquirió una parte de las acciones del diario El Imparcial y pasó a ejercer como su director.

En julio de 1979 abandonó la redacción de El Imparcial junto a Fernando Latorre de Félez.

Unos meses después, en diciembre, fue nombrado director del Diario de Barcelona.

Fue fundador del semanario El Heraldo Español, cuyo primer número salió a la calle el 1 de abril de 1980 y del cual fue director.
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