21/11/2024 18:44
Getting your Trinity Audio player ready...

A poco que tengáis acceso a Internet y, quien sabe, los mass mierda y la puta tele; conoceréis a los reptilianos y la teoría de la conspiración.  Disparatada proposición la de que estamos gobernados por reptiles humanoides, venidos de donde ni Dios sabe. Pero que de esta parte, la sociedad haga un todo, va un abismo, tan redundantemente abismal que abruma. Y así, de broma en broma y tiro por que toca, hemos llegado a la actual iniquidad de considerar tarados (conspiranoicos) a todo aquel que niegue la versión oficial y, por lo tanto, el macabro y genocida statu quo mundial. Vamos, que si estás en contra del impuesto de sucesiones, poco tardan en perder el culo todos los esbirros del sistema para asociarte con terraplanistas y demás tarados que son esa parte de la cual se hace un todo, como señalé arriba.

Pero esto no es patrimonio contemporáneo, pues de toda la vida cualquier científico que avanzara, o cualquier persona que se opusiera a los oprobios y abusos sistemáticos del sistema (¿cacofonía o redundancia?) era señalado como tarado, brujo, demonio y etcétera de lindezas, nada sutiles, por cierto.

A “vuelateclado”, se me ocurren 3 ejemplos palmarios de lo rápido que se torna la constatación en conspiración y a los sensatos analistas en paranoicos conspiranoicos: La misión Apolo 11, el 11-M (los 2 onces más nefastos de la historia, junto al 3º, el 11-S) y el congojavirus. No soy ingeniero aeroespacial, agente del CNI ni médico o virólogo. Pero soy un ente sensato, sí, eso que ahora es una cualidad (casi) imposible de hallar en un ser humano. Mi intelecto parte del más absoluto ego, del más rotundo uso del YO, para no dejarse influenciar por nada ni nadie. ¿De verdad hay que ser muy listo para saber que estos 3 ejemplos son sendos montajes gubernamentales? Para el crédulo que aplaude siempre la versión oficial, por muy tosca que sea, le insto a usar un poco, sólo un poquitín, su lógica deductiva.

LEER MÁS:  La mascarilla es "una grave amenaza para el desarrollo de los niños", aseguran setenta médicos belgas. Por Luys Coleto

Misión Apolo 11: La NASA destruyó las grabaciones originales de la llegada del hombre a la luna… ¡grabaron encima de las cintas originales, alegando que no tenían presupuesto para comprar cintas nuevas y grabaron encima del mayor hito de la historia de la humanidad, destruyendo, por lo tanto, las pruebas irrefutables de la enorme hazaña!

11M: Las autoridades hispanas destruyeron, en pocas horas, los trenes de los atentados… ¡destruyeron el cuerpo del delito, impidiendo, así, cualquier investigación irrefutable al respecto!

Congojavirus: la aquiescente comunidad científica internacional (pastoreada por la Organización Mafiosa de la Salud) no ha podido aislar el nuevo coronavirus (sars-cov2) causante de la COVID19; y ha declarado la peor pandemia de la historia, sin muertos extras, es decir, sin más muertos que el resto de años, y por similares afecciones y enfermedades respiratorias… ¡y ahora que ni siquiera muere nadie ni hay ingresos hospitalarios, a este respecto, cunde el pánico más que nunca, restringen nuestras libertades más que nunca y, encima, en base a infectados detectados en unos test que la propia comunidad científica internacional reconoce que no sirven para nada.

¿Qué cojones tiene la gente en la almendra? De verdad, ¿qué maravilloso mundo habita en esos melones antropomorfos?

¿Hay alguien –desde el más tonto al más reputado científico– capaz de negar estos 3 ejemplos que he puesto, que desmontan de origen estos fraudes de lesa humanidad? Podría aportar 1.001 datos más, clarividentes, al respecto… ¡pero no hacen falta! Repetid conmigo, queridos niños: cuando hay una prueba, irrefutable, de la falsedad de algo, punto y pelota. El resto son redundancias y regocijos, pero la CONSTATACIÓN del hecho fraudulento ya está. La carga de la prueba está ahí. Ahí hay un tío que grita ¡Ay! Punto y final.

Aún así, aún con este uso tan lógico de la lógica deductiva, de la sensatez sensata… podría hacer tautologías por doquier, que todo seguirá igual. “Eres un conspiranoico”, porque te sacan, entre otros muchos, a los tarados reptilianos, los terraplanistas, etcétera. Pues bien, queridos niños, cuando alguien os acuse de eso, vosotros poneos a su nivel (es decir: razonar como si fuerais políticos, guionistas de series de televisión o películas de cine actual) y decidles: yo soy un conspiranoico, sí, pero tu eres un reptil humano, un ser antropomorfo que se arrastra por la vida siguiendo la consigna de su amo, el mantra de la verdad oficial. Eres un ser irracional, supersticioso y superchero. Un ser timorato que de tanto miedo con el que vive, ni siquiera es capaz de levantar la cabeza del suelo, no vaya a ser que peligre su integridad física; un ser tan vil y servil que ha denostado la génesis del ser humano: la racionalidad; cambiándola por una suerte de promesa de vida futura en una arcadia feliz.

LEER MÁS:  Los muertos les estorban. Por Fran Ruiz

Por lo menos, a los irredentos y libérrimos, a los amantes del “yo” y no del “nosotros”, desde nuestra desolación mental y nuestra esclavitud vital, siempre nos quedará la risa y el odio que nos provocáis; al saberos tan, pero tan cretinos y tan, pero tan, sumisos; y tan, pero tan criminales por acción u omisión, que a estas alturas del cuento, son lo mismo, que lo mismo da.

Menos mal que soy mortal.

De propina, os enlazo mi vídeo que muestra la falsa llegada a la luna, del Apolo 11.

PASEN Y VEAN:

 

Autor

REDACCIÓN