24/11/2024 20:17
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El gobierno social comunista de este país, presidido por Pedro Sánchez y compuesto por una caterva de mediocres indocumentados con una mezcla de indigencia intelectual y de borricos con pretensiones de pijo, se avergüenza de nuestros españoles más ilustres y cambia el nombre a los Premios Nacionales de Investigación, que dejan de denominarse Santiago Ramón y Cajal,  Menéndez Pidal, Gregorio Marañón o Juan de la Cierva entre otros, para ser designados por el área por el que se conceden. Es decir, Biología, Medicina o Tecnología. La excusa que ofrece el ministerio del ramo, dirigido por el astronauta Pedro Duque, es que los premios se reducen de diez a seis, en una reestructuración de los mismos. Otra versión apunta a que eran demasiados hombres y ninguna mujer, razón por la cual mejor que no se nombre a nadie. El astronauta Pedro Duque, que está pasando por el gobierno de España con más pena que gloria, lo da más de sí. Intento enseñarnos a todos a ponernos la mascarilla, cosa de la que no fue capaz ni de ponérsela el mismo, y ahora, su otro gran logro al frente del ministerio de tecnología, es sacar de la historia a los personajes más relevantes que ha dado este país en el ámbito de las humanidades, la investigación o la medicina.

Este no es un asunto menor. Entiendo que la izquierda tenga complejos, al no contar entre sus correligionarios con gente ilustre, o con mujeres de valía. Lo suyo es mas de “cuotas”, pues solo así se explica que la borrica Irene Montero, la petarda Ione Belarra o la berberecho Carmen Calvo, ocupen un puesto en el Consejo de Ministros, solo así tenemos una explicación razonable y motivada, para entender como una indigente mental como Adriana Lastra es diputada o Susana Díaz ha sido presidenta de la Junta de Andalucía. La izquierda es así, nos roba la memoria y el patrimonio de Españoles ilustres, les niega reconocimiento y valía y oculta sus meritos, tratando de establecer modelos paritarios incluso en cuestiones del pasado. La maldad y la manipulación  no pueden ser ni normalizadas ni banalizadas. La izquierda prefiere que el principal hospital del archipiélago canario lleve el nombre de un ladrón, de un delincuente como el del Doctor Negrin, antes de permitir que el aeropuerto de Murcia reciba el nombre del inventor del autogiro y helicóptero Juan de la Cierva.

La ley de Memoria Histórica no permite que un hombre bueno, un hombre de ciencia e investigación como Juan de la Cierva, de nombre al aeropuerto de la ciudad que lo vio nacer, por considerar que en la guerra civil española, se puso del lado de los nacionales y no del de los criminales que deseaban asesinarle. El gran crimen de Juan de la Cierva es el de no dejarse matar por aquellos que ahora le niegan todo reconocimiento. El problema, es que entre las filas de la izquierda no encontramos grandes personalidades, investigadores o científicos de los que sentirse orgulloso, lo suyo es mas de ensalzar a criminales, ladrones, genocidas o asesinos como Luis Companys, que tiene mausoleo, avenida y estadio Olímpico, La Pasionaria, con calle, parque y estatuas o Santiago Carrillo que es hasta hijo predilecto de su localidad, por no hablar del ya citado Negrin, que no pasara a la historia precisamente por sus conocimientos médicos, y si por robar el oro del Banco de España y quedarse una pequeña gran fortuna con el dinero de los muertos nacionales. Una fortuna que le daría para vivir holgadamente en su retiro dorado en Méjico. Méritos que le han servido para que sea merecedor de dar nombre al principal Hospital Canario.

Me da mucho asco la izquierda y todos aquellos que pensaban que esto de la Ley de Memoria Histórica no iba con ellos. Son igual de culpables que los que la promulgaron. Tuvieron la capacidad y oportunidad de derogarla, y no lo hicieron, es más, me atrevería a decir que nunca lo harán. Faltando el respeto a nuestros ilustres españoles, nos lo estamos faltando a nosotros mismo, a las generaciones pasadas y a las generaciones venideras. España no puede ni debe tener como ejemplos a seguir, a ladrones, delincuentes, genocidas y asesinos, que es lo que la izquierda y este gobierno pretenden.

Autor

REDACCIÓN