22/11/2024 01:02
Getting your Trinity Audio player ready...
Al igual que hicieron con la profanación de los restos mortales del Generalísimo Francisco Franco, el Gobierno ilegítimo de Pedro Sánchez, a través de su esbirro favorito, Félix Bolaños, ha anunciado en la Cadena Ser (por supuesto) su intención de profanar los restos de José Antonio Primo de Rivera, rompiendo su eterno descanso, y violentando las leyes más elementales y los fundamentos primarios de la civilización occidental.
 
Hasta hace unas décadas, era simplemente impensable que un Gobierno se dedicase a profanar tumbas, que es un acto propio de delincuentes peligrosos. Pero es necesario recordar que este Gobierno ilegítimo de Pedro Sánchez y sus socios marxistas se siente heredero directo del Frente Popular de la II República, que se caracterizó por los crímenes, las ilegalidades y un empeño enfermizo por llevarnos a la Guerra Civil.
 
Dice Bolaños, demostrando una mezcla insuperable de maldad, estulticia e ignorancia, que la Ley de Memoria Democrática (perpetrada por este Ejecutivo) prohíbe que estén en un lugar preponderante (en este caso, de la basílica del Valle de los Caídos) aquellas personas «que participaron en la dictadura (sic)». Ignora esta marioneta de Sánchez que José Antonio fue asesinado por un pelotón de fusilamiento compuesto por milicianos frentepopulistas en la cárcel de Orihuela donde lo habían encarcelado por «posesión de armas» (ridícula acusación que encubría su odio hacia todo lo que considerasen cercano al alzamiento nacional). Malamente pudo, por tanto, participar José Antonio en nada que tuviese que ver con el franquismo.
 
Un dirigente político que tuviese un mínimo de vergüenza, de sentido de la justicia y de amor a su Patria, lo primero que debería hacer es respetar un lugar sagrado, como es la basílica del Valle de los Caídos. Respetar su esencia y su naturaleza, que desde el primer momento fue la de honrar a todas las víctimas de la Guerra Civil, a todas, independientemente del bando en el que les hubiese tocado luchar. Pero esta secta que nos malgobierna, esta secta pútrida que llegó al poder de manera ilegítima mintiendo a sus propios votantes, ni tiene vergüenza, ni conoce la justicia, ni por supuesto ama España.
 
Vuelvo a decir lo que ya dije con motivo de la profanación de los restos mortales del Caudillo: si ante una agresión de esta magnitud, violentando el eterno descanso de uno de los españoles más dignos, brillantes y ejemplares que dio el siglo XX, las actuales generaciones de españoles no mueven un solo dedo para impedirlo, entonces no merecemos otra cosa distinta de la que ahora padecemos. Si nadie va a mover un dedo para evitar que se profane la tumba de un hombre inocente y bueno que fue fusilado por un pelotón de malechores, asumiendo él su propia defensa en el simulacro de juicio que padeció, y muriendo mientras perdonaba a sus asesinos, entonces no merecemos nada. Es más: merecemos muchas más desgracias de las que ahora tenemos.
 
Este Gobierno debe ser desalojado del poder cuanto antes. Pero con eso no es suficiente. Estos individuos, Bolaños, Sánchez y compañía, deben pagar por estos crímenes repugnantes, que violentan la conciencia de cualquier persona de bien. No pedimos venganza, exigimos justicia. La de los tribunales o la justicia poética, la que toque en cada momento. Porque de la Justicia divina, ya se ocupará (no lo duden) Aquel que jamás se equivoca.

Autor

Rafael Nieto
Rafael Nieto


Nació en Madrid en 1975. Es Doctor en Periodismo por la Universidad San Pablo CEU. Ha dedicado casi toda su vida profesional a la radio, primero en Radio España y desde 2001 en Radio Inter, donde dirige y presenta distintos programas e informativos, entre ellos "Micrófono Abierto", los Domingos a las 8,30 horas. Ha dirigido la versión digital del Diario Ya y es columnista habitual de ÑTV en Internet. Ha publicado los libros "España no se vota" y "Defender la Verdad", "Sin miedo a nada ni a nadie", "Autopsia al periodismo". Esta casado y tiene un hijo.