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El 5 de marzo de 1937, ya en plena guerra civil española, tuvo lugar una singular batalla naval en la costa de Vizcaya en la que el buque insignia de la Flota nacional, el crucero Canarias destruyó a la flota del Gobierno vasco, (del PNV) compuesta por buques pesqueros grandes armados, a la altura del Cabo Machichaco. El 4 de marzo el Canarias, se hace a la mar desde su base de El Ferrol con una importante misión asignada por el Almirante Cervera, jefe del Estado Mayor de la Armada nacional, desde Salamanca.

 

El Canarias, al frente de un grupo de combate formado además por el acorazado “España”, el crucero auxiliar “Ciudad de Valencia”, el destructor “Velasco” y las flotas de patrulleros despegadas respectivamente en Pasajes de San Juan (Guipúzcoa, provincia que había sido conquistada por los “requetés” carlistas navarros durante el verano pasado) y Ribadeo (Galicia). La flota iba dirigida por el almirante Francisco Moreno Férnandez, Almirante jefe de Flota nacional, (excelente marino que tuvo mucho que ver con la exitosa campaña naval de la Escuadra nacional durante la Guerra), a bordo del “Canarias”, buque mandado por el capitán de fragata, Salvador Moreno (hermano del Amirante).

 

La misión del grupo de combate era doble : de un lado capturar al “Mar Cantábrico” un gran carguero repleto de armamento comprado por el Gobierno de la Republica en el extranjero y que había partido desde México presumiblemente con destino a Bilbao ( misión a la que el Mando nacional atribuía gran importancia) y por otro lado acabar con la flota de grandes bacaladeros armados dependiente del Gobierno vasco que suponía un peligro potencial para el trafico mercante nacional en el Cantábrico.

 

El 5 de marzo a mediodía el “Canarias” intercepta al bacaladero “Gipuzkoa” armado con cañones de 101 mm a 20 millas al Norte de Bilbao. El Canarias aumentó su velocidad a 30 nudos para evitar que el bacaladero se refugiara en los campos minados próximos a la costa y se inicia un duelo artillero. A pesar del pequeño tamaño del bacaladero comparado con el crucero nacional ,sus cañones de 101 mm suponen una amenaza ya que si alcanzaran la santabárbara o depósito de municiones del crucero podrían hacerlo volar. Baterías de costa republicanas disparan también sobre el Canarias. Sin embargo el ”Gipuzkoa” es alcanzado por varios proyectiles de 203 mm del Canarias y el bacaladero empieza a arder, hasta varar en una playa próxima, envuelto en llamas.

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En este combate tiene el “Canarias” su primera víctima mortal de la Guerra, el joven guardamarina José María Cheruguini Lagarde que murió desangrado tras ser alcanzado por un proyectil enemigo. Su muerte fue heroica, dando muestras de serenidad, resignación cristiana y patriotismo. Fue condecorado a título póstumo con la “Cruz Laureada de San Fernando”.

 

Alrededor de las 15 horas el Canarias intercepta a otros 3 bacaladeros del Gobierno vasco que escoltaban a un carguero llamado “Galdames”. Uno de los pesqueros armados huye rápidamente y se produce un intenso duelo artillero entre 2 de los bacaladeros y el Canarias que tras diversas maniobras logra encontrar los ángulos de tiro óptimos e incendia a uno de los bacaladeros llamado “Naparra” que se hunde. El otro bacaladero escapa hacia Bilbao aunque envuelto también en llamas. El carguero “Galdames” es capturado por el Canarias. En estos combates mueren decenas de tripulantes de los barcos vascos y otros son capturados. El Canarias capturará también unos días más tarde al “Mar Cántabrico” apoderándose para el bando nacional del armamento que llevaba. Así pues, la misión del grupo de combate quedó totalmente cumplida.

 

El bando nacional también organizó su propia flota auxiliar de casi 20 bacaladeros armados en el Cantábrico. Fueron los llamados”bous” que tripulados por marineros pescadores voluntarios actuaron sobretodo desde Ribadeo en Galicia y Pasajes en Gupúzcoa. Tuvieron más éxito que sus contrapartes republicanos y lograron apresar varios mercantes enemigos, vigilaban la costa e incluso hundieron un submarino republicano. Esta flotilla de “bous” estuvo mandada por el teniente de navío Felix Ozámiz. Llegaron a usar armas rudimentarias pero eficaces como por ejemplo cohetes de feria de gran potencia.

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En general la campaña naval de la Guerra Civil española es la faceta más desconocida por el gran público de cuanto aconteció en el Conflicto pero fue absolutamente decisiva pues de ella dependía el aprovisionamiento de armas de ambos bandos que se hacía casi siempre en grandes cargueros. La Marina nacional tuvo un amplio éxito en ello pues apresó casi 100 cargueros extranjeros con armas o combustible para la República (actuando audazmente atacando buques extranjeros, a veces en zonas muy alejadas de la costas españolas, como el mar del Norte o el Mediterráneo Oriental). Pese a ser inferior al principio, dominó el mar y llegó a establecer un sólido bloqueo de las costas republicanas. En cambio la marina republicana tuvo una deficiente actuación y no pudo capturar ni un solo carguero con destino a sus enemigos. Ello tuvo una gran influencia, como es obvio en el resultado de la Guerra.

 

Tampoco en lo referido en los combates navales entre ambas flotas estuvo afortunada la republicana (en todo ello influyó sin duda las matanzas de oficiales navales llevadas a cabo por las milicias revolucionarias en los primeros días de la Guerra).Como excepción, la marina de la República solo consiguió un éxito importante durante la Guerra, el hundimiento del acorazado nacional “Baleares” en 1938. La Armada nacional sustituyó al Baleares con la botadura de un nuevo crucero, el “Navarra”.

 

RAFAEL MARÍA MOLINA. HISTORIADOR.

Fuente: La guerra silenciosa y silenciada : Historia de la campaña naval durante la Guerra de 1936-1939. Fernando Moreno Alborán 5 volúmenes. Editorial Lormo.1998.

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Rafael María Molina
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