22/11/2024 03:22
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Bozal, nuclear propósito: mantener indefinidamente la deshumanizada desconfianza entre iguales, el pánico, el miedo, la ansiedad , la paranoia, la opresión. La búsqueda de la más completa sumisión, mental y social. Personal y colectiva. Tiránica ingeniería social. Satánico y ritual efecto apotropaico. Ciencia, cero. Ciencia basura, toda la que deseen.

Bozal, antisanitaria marca del esclavo del Nuevo Orden Mundial

La eficacia de los bozales no sólo no ha sido científicamente probada, sino que su utilización ha sido sobradamente demostrada como profundamente lesiva para la salud humana. La contundencia de esta compilación de estudios que se ofrece a continuación hoy no podrá ser rebatida por ningún científico español ni por ninguna una agencia de «verificadores» ( ya saben, los malditos censores) de la información sin antes desmontar la validez de todas y cada una de ellas, así como de la conclusión que se extrae del conjunto: nada legitima la brutal imposición a la población de una medida sanitaria cuya seguridad y eficacia no han sido probadas en ningún momento, y que cuenta con evidencias que apuntan directa y exactamente a lo contrario.

Sin embargo, poseo la rocosa certeza de que lamentablemente este conjunto de evidencias no producirá el abandono (ni siquiera el cuestionamiento administrativo) de las políticas hondamente antisanitarias decretadas por el Gobierno de Cum Fraude (y de todo el orbe terrestre), y cuya particular aplicación ni siquiera encuentra respaldo en las recomendaciones publicadas por la OMS.

 

Se confía en que al menos este abrumador conjunto de  EVIDENCIAS CIENTÍFICAS consiga que alguien se quite las putas bragas de la boca, liberticida prótesis (anti)respiratoria, y respire como se debe, sin pañales guarreados de por medio. Y aquí tiene multitud de certezas científicas del liberticida ataque contra su salud que se lleva perpetrando contra usted (otros decidimos que, jamás, asumiendo las consecuencias hasta la hez, nos pondríamos semejante mierda en la boca) y contra todo el que pasa por allí en este perro mundo.

¿Están justificados la necesidad y el uso generalizado de mascarillas?

En los últimos meses, en aras de contener una supuesta epidemia viral, hemos podido asistir a la incongruente normalidad del uso diario y continuado de mascarillas por parte de una gran mayoría de la sociedad.

Dicha conducta ha sido impulsada desde la Administración Pública haciendo uso de los medios de información oficiales a su servicio, a través de la difusión de mensajes de miedo infundados, que contradicen la verdad objetiva basada en la evidencia hospitalaria y estadística y en la teoría y experimentación científicas.

Dicha conducta, incluso ha sido impuesta por ley, presionando a la ciudadanía con amenazas de sanciones económicas, lo que supone una arbitrariedad inaceptable.

En este punto, cabe hacerse dos preguntas clave:

1- ¿Existen evidencias científicas de que las mascarillas funcionan para prevenir contagios virales?

2- ¿Existen evidencias científicas de que las mascarillas producen daños a la salud?

Ahora bien, el hallazgo de evidencias científicas que desacreditan el uso de las mascarillas mostrando su ineficacia y su toxicidad podría estar guiado por un sesgo de confirmación, esto es, por la selección de pruebas que trabajan sólo en la confirmación de una hipótesis que el observador deseara ver confirmada. Para evitar este problema intrínseco a cualquier debate científico, podemos y debemos hacernos una tercera pregunta:

3- ¿Son sólidas las evidencias que justifican el uso eficaz y seguro de las mascarillas?

Se trata de intentar contestar a las tres preguntas. En un último bloque, comentaremos las evidencias que se pueden detraer del análisis comparativo entre países sobre la aplicación de la medida sanitaria consistente en imponer el uso de la mascarilla como protección generalizada.

1- NO EXISTEN EVIDENCIAS CIENTÍFICAS DE QUE LAS MASCARILLAS PREVENGAN CONTAGIOS VÍRICOS

La cantidad de trabajos científicos que desacreditan la eficacia de las mascarillas en el combate frente a virus de tipo respiratorio es abrumadora. Sintetizamos a continuación los principales de entre los numerosísimos estudios realizados al respecto:

– Según un meta-análisis de 67 estudios de ensayos controlados aleatorizados y estudios observacionales en trabajadores de la salud, publicada en la prestigiosa base de datos de medicina y salud pública Cochrane, el uso de mascarillas no reduce la transmisión de virus respiratorios y de enfermedades similares a la influenza.

– Según una revisión de 4 meta-análisis de estudios publicados hasta abril de 2020, realizada por el Instituto Nacional de Salud de Perú; no existe evidencia de la efectividad del uso de mascarillas en la reducción del riesgo de infecciones respiratorias virales.

– Según un meta-análisis de estudios publicado en la New England Journal of Medicine, el uso de mascarillas ofrece una eficacia mínima, si es que ofrece alguna.

– Según un meta-análisis de 40 estudios titulado “Eficacia de las Mascarillas Contra Infecciones Respiratorias” realizado por Oxford Academy y la IDSA Infectious Diseases Society of America (Sociedad Americana de Enfermedades Infecciosas), la evidencia existente es escasa y los hallazgos son inconsistentes. La evidencia de los estudios de cohortes fue menos concluyente. La evidencia de un efecto protector de bozales contra infecciones respiratorias comunes no fue significativa. Hubo estudios que no encontraron ningún efecto protector de las mascarillas. Si bien se encontró que algunas mascarillas profesionales sí presentan eficacia contra SARS, no se informó ningún efecto protector contra el SARS para las mascarillas desechables (las comúnmente usadas por la población mundial).

– Según un meta-análisis de 12 estudios elaborado por Cowlings et al., de la Universidad de Cambridge, ninguno de los 12 estudios revisados, seleccionados sobre más de 50 por su solidez, demostró beneficio alguno en el uso de mascarilla, ya sea por parte del personal sanitario o en los miembros de la comunidad en los hogares.

– Según un meta-análisis de 52 estudios revisados por Brosseau y Sietsema, de la Universidad de Illinois y publicado en el CIDRAP Center for Infectious Disease Research And Policy (Centro de Investigación y Política de Enfermedades Infecciosas), no se han encontrado datos sólidos de prevención de infecciones que justifiquen el uso permanente de mascarillas, las cuales no tienen ningún efecto en la vida cotidiana, ni como autoprotección ni para proteger a terceros (el llamado control de fuente).

– Según un meta-análisis de 14 estudios realizado por el CDC, Center of Disease Control (Centro para el Control de Enfermedades) y publicado en mayo de 2020, la evidencia encontrada en los 14 ensayos controlados aleatorios de estas medidas (higiene de manos y mascarillas faciales) no apoyó un efecto sustancial en la reducción de transmisión viral.

– Según un meta-análisis de 21 estudios realizado por la Universidad de Londres titulado «Máscaras Faciales para Prevenir la Transmisión de Infecciones Respiratorias Virales», la evidencia científica es ambigua en cuanto a si el uso de mascarillas reduce las infecciones respiratorias virales. Las mascarillas pueden incluso aumentar la transmisión.

– Según un meta-análisis de 17 estudios realizado por la Health Protection Agency (Agencia de Protección de la Salud de Londres), en los 17 estudios analizados no hay evidencia concluyente de que las mascarillas proporcionen protección contra contagios.

– Según una revisión llevada a cabo por el Centro Oxford para la Medicina Basada en Evidencia y publicada en julio de 2020, no existe evidencia de la efectividad de las mascarillas de tela contra la infección o transmisión de virus

– Un estudio sobre Covid 19 entre países realizado por la Universidad de East Anglia, el Departamento de Salud ambiental de la Universidad Tecnológica de Tshwane (Sudáfrica), el Departamento de Epidemiología de las Enfermedades Infecciosas de la London School of Hygiene and Tropical Medicine y la Escuela de Ciencias Naturales y Ambientales de la Universidad de Newcastle, encontró que el requisito de portar una mascarilla no era beneficioso y que incluso podría aumentar el riesgo de infección.

– Una revisión de abril de 2020 de la Escuela de Medicina de Norwich (preimpresión) encontró que «la evidencia no es lo suficientemente sólida para respaldar el uso generalizado de mascarillas»; pero aconseja el uso de mascarillas por parte de «individuos particularmente vulnerables cuando se encuentran en situaciones transitorias de mayor riesgo».

– Un estudio de julio de 2020 realizado por investigadores japoneses descubrió que las máscaras de tela «ofrecen nula protección contra el coronavirus« debido a su gran tamaño de poro y, en general, su mal ajuste.

– Un estudio de 2015 en el British Medical Journal BMJ Open encontró que las máscaras de tela fueron atravesadas por el 97% de las partículas y pueden aumentar el riesgo de infección al retener la humedad o por el uso continuado.

Queda suficientemente sustentada por lo tanto la inexistencia de evidencias científicas que demuestren la eficacia de las mascarillas en la prevención de contagios víricos.

2- EXISTEN CLARAS Y ABRUMADORAS EVIDENCIAS CIENTÍFICAS DE LA TOXICIDAD DE LAS MASCARILLAS

La cantidad de estudios científicos que demuestran con mayor o menor contundencia los daños producidos en la salud a causa del uso continuado de mascarillas, es igual de abrumadora que la que desacredita su eficacia para prevenir el contagio e impedir la transmisión de cualquier virus respiratorio. Existen cientos de publicaciones, de las que recogemos aquí sólo una muestra, extraída tanto de la compilación realizada en el trabajo publicado el 29 de octubre de 2020 por Antonio D. Galera, Universidad Autónoma de Barcelona titulado «Efectos del Uso Permanente de Mascarillas – Contribución a su difusión como medio de prevención de pandemias en medios escolares – Compilación de información científica y experimental» (y comentadas sintéticamente por Dani RD), como en el ya citado esfuerzo compilatorio del Dr Nava Antuñez, así como en hallazgos realizados por ALO.

– 1989 Perlman, Stanley; Jacobsen, Gary; Afifi, Adel: Spread of a neurotropic murine coronavirus into the CNS via the trigeminal and olfactory nerves. Virology, 170 (2), June 1989, pp. 556-560. [El efecto barrera de la mascarilla hace que los virus producidos por una persona contagiada puedan ingresar a su cerebro a través del trigémino y los nervios olfativos.]

– 2004 Aggarwal, Bharat B. (University of Texas, Houston): Nuclear factor-kappaB: The enemy within. Cancer Cell, 6 (3), September 2004, pp. 203-208. [El bajo nivel de oxígeno promueve la inflamación sistémica que, a su vez, facilita el crecimiento, la invasión y la propagación de los cánceres.]

– 2005, tesis doctoral presentada por Ulrike Butz en la Universidad Técnica de Múnich (Alemania) [Examinó los efectos nocivos de usar las mascarillas que comúnmente se usan hoy para supuestamente protegerse. Las conclusiones de los ensayos sobre los que sustenta son reveladoras: después de ponerse una máscara se inhala más CO2 exhalado de lo normal. Los efectos nocivos fueron tan importantes que al doctorado sólo se le permitió evaluar a los sujetos durante un período de máximo 30 minutos para que no sufriesen daños. Los efectos fueron, entre otros, un aumento del cansancio, una respiración más rápida, latidos cardíacos irregulares, un aumento de falta de concentración y una reducción de las habilidades motoras. En el nivel psicológico, se concluyó que un uso prolongado de la mascarilla altera las relaciones interpersonales, reduce la autoestima, genera aislamiento personal y se genera un efecto de rechazo al otro que es inconsciente o conscientemente percibido como una amenaza para la propia salud].

– 2005 National Taiwan University Hospital: The Physiological Impact of N95 Masks on Medical Staff. 2005 june. Retrieved from US Clinical Trials [El uso de mascarillas N95 por los trabajadores de la salud les provocó hipoxemia (nivel bajo de oxígeno en la sangre) e hipercapnia (elevación de los niveles de dióxido de carbono en la sangre). Además, el estudio encontró que el personal médico tiene un mayor riesgo de contraer el Síndrome Respiratorio Agudo Severo (SARS) [por] usar mascarillas N95 … Por último, los autores del estudio encontraron además que el personal médico que usa mascarillas N95 experimenta comúnmente mareos dolor de cabeza y dificultad para respirar y que se vio afectada su capacidad para tomar decisiones correctas.]

– 2006 Lim, E. C. H.; Seet, R. C. S.; Lee, K.-H.; Wilder-Smith, E. P. V.; Chuah, B. Y. S.; Ong, B. K. C. (National University Hospital, Singapore): Headaches and the N95 Face-Mask Amongst Healthcare Providers. Acta Neurológica Scandinavica, 113 (3), March 2006, pp. 199-202. [Los dolores de cabeza en los profesionales médicos se encuentran comúnmente como resultado del uso de mascarillas, lo cual es un signo de hipoxia. Cerca del 10% de los trabajadores de la salud en un estudio experimentó síntomas tan graves que se vieron obligados a tomar, en promedio, dos días completos de bajas laborales por enfermedad, mientras que el 60% de estos profesionales de la salud requirieron el uso de analgésicos debido al dolor de cabeza. En ciertos trabajos (conductores de vehículos, obreros en andamios…) el uso de mascarilla podría ser causa de accidentes irreversibles.]

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– 2007 Savransky, Vladimir; Nanayakkara, Ashika; Li, Jianguo; Bevans, Shannon; Smith, Philip L.; Rodríguez, Annabelle; Polotsky, Vsevolod Y. (John Hopkins University, Baltimore): Chronic intermittent hypoxia induces aterosclerosis. American Journal of Respiratory and Critical Care Medicine, 175, March 2007, pp. 1.290-1.297, [La hipoxia crónica intermitente inducida por el uso permanente de mascarillas causa aterosclerosis cuando la persona tiene hiperlipidemia (exceso de lípidos en sangre) preexistente; por lo tanto aumenta el riesgo de padecer otros accidentes cardiovasculares, como los ataques cardíacos, así como accidentes cerebrovasculares.]

– 2008 Beder, A.: Büyükkoçak, Ü.; Sabuncuoğlu, H.; Keskil, Z. A.; Keskil, S. (varias universidades turcas): Preliminary report on surgical mask induced deoxygenation during major surgery. Neurocirugía, 19, 2008, pp. 121-126. [El uso prolongado de la mascarilla reduce significativamente los niveles de oxígeno en sangre. Cuanto mayor sea la duración del uso, mayor será la caída de estos niveles.]

 

– 2009 Jacobs, Joshua L; Ohde, Sachiko; Takahashi, Osamu; Tokuda, Yasuharu; Omata, Fumio; Fukui, Tsuguya (University of Hawaii, Honolulu): Use of Surgical Face Masks to Reduce the Incidence of the Common Cold Among Health Care Workers in Japan: A Randomized Controlled Trial. American Journal Infect Control, 37 (5), June 2009, pp. 417-419 [Mascarillas, cero beneficios y más frecuentes dolores de cabeza.]

– 2010 Cowling, B. J.; Zhou, Y.; Ip, D. K. M.; Leung, G. M.; Aiello, A. E. (Universidad de Hong Kong): Face Masks to Prevent Transmission of Influenza Virus: A Systematic Review. Review Epidemiol. Infect, 138 (4), Apr.2010, pp.449-456 [Falta de evidencias acerca de la efectividad de las mascarillas contra el virus de la gripe. No se recomienda el uso de las mascarillas en personas sanas o en espacios abiertos. El uso continuado aumenta el riesgo de infección.]

– 2013 Sceneay, Jaclyn; Parker, Belinda S.; Smyth, Mark J.; Möller, Andreas (University of Melbourne, Australia): Hypoxia-driven immunosuppression contributes to the pre-metastatic niche. OncoImmunology, 2 (1), January 2013, e22355, [Debido al uso permanente de la mascarilla, las personas con cáncer tienen más tendencia a desarrollar metástasis, pues la ausencia de oxígeno favorece la proliferación de células mieloides y suprime las funciones de las células sanas (linfocitos) que luchan contra las enfermas.]

– 2014 MacIntyre, C. Raina; Seale, Holly; Dung, Tham Chi; Hien, Nguyen Tran; Nga, Phan Thi; Chughtai, Abrar Ahmad; Rahman, Bayzidur; Dwyer, Dominic E.; Wang, Quanyi (University of New South Wales, Sydney, Australia): A cluster randomised trial of cloth masks compared with medical masks in healthcare workers. British Medical Journal Open, 5 (4), 2015, Apr 22, [Ningún tipo de mascarilla protege de los virus en razón del tamaño de los poros de las mascarillas médicas en relación con el tamaño de los primeros.]

– 2014 Zhu, Jian Hua; Lee, Shu Jin; Wang, De Yun; Lee, Heow Pueh (University of Singapore): Effects of long-duration wearing of N95 respirator and surgical facemask: a pilot study. Journal of Lung, Pulmonary & Respiratory Research, 1 (4), November 2014, pp. 97-100, [Hay un aumento de la resistencia nasal al retirar el respirador N95 y la mascarilla quirúrgica después de 3 horas de uso, lo que potencialmente se debe a cambios fisiológicos nasales, que no se recuperan hasta después de 1 hora y media de quitarse los bozales.]

– 2015 Shehade, Hussein; Acolty, Valérie; Moser, Muriel; Oldenhove, Guillaume: Cutting Edge: HypoxiaInducible Factor 1 Negatively Regulates Th1 Function. The Journal of Inmunology, 195 (4), August 15, 2015, pp. 1.372-1.376, [La falta de oxígeno en el organismo estimula un poderoso inhibidor del sistema inmunológico (una célula llamada Treg), que a su vez hace que el cuerpo esté listo para contraer una infección, como es el caso de la COVID-19 y experimentar dicha enfermedad de manera más severa: Esto prepara el escenario para contraer cualquier infección, incluido COVID-19, y hacer que las consecuencias de esa infección sean mucho más graves. En esencia, la mascarilla puede poner a la persona en un mayor riesgo de infecciones varias y, por lo tanto causarle un daño mayor al riesgo que se pretende combatir.]

– 2016 Johnson, A.T.: Respirator masks protect health but impact performance: a review. Journal of Biological Engineering, 10 (4), 2016, [El uso de mascarillas conlleva una serie de cargas fisiológicas y psicológicas, que pueden interferir en el desempeño de las tareas y reducir la eficiencia del trabajo y pueden incluso ser lo suficientemente graves como para causar afecciones potencialmente mortales si se mantienen en el tiempo.]

– 2016 Motoyama, I.; Joel, G.; Pereira, P.; Esteves, G.; Azevedo, P.: Airflow-Restricting Mask Reduces Acute Performance in Resistance Exercise. Sports, 4 (4), 2016, 46 [El ejercicio de resistencia aeróbica aumenta la percepción subjetiva de esfuerzo y disminuye el rendimiento muscular y las concentraciones de lactato antes de que las personas suspendan el ejercicio por agotamiento.]

– 2017 Westendorf, Astrid M.; Skibbe, Kathrin; Adamczyk, Alexandra; Buer, Jan; Geffers, Robert; Hansen, Wiebke; Pastille, Eva; Jendrossek, Verena (University Hospital Essen, University of DuisburgEssen): Hypoxia enhances immunosuppression by inhibiting CD4+ effector T cell function and promoting Treg activity. Cell Physiol Biochem, 41, 2017, pp. 1.271-1.284 [La hipoxia inhibe la función de las células que aseguran la inmunidad natural.]

– 2019 Parodi Feye, Andrés Santiago; Carlos Magallanes: Efectos agudos y crónicos del uso de máscaras de entrenamiento en altura durante el ejercicio: una revisión. Revista Universitaria de la Educación Física y el Deporte, 12, Diciembre de 2019. Montevideo (Uruguay), 53-65. ISSN 1688-4949 [Efectos de hipoxia y menor resistencia en deportistas usuarios de bozales.]

– 2020 Are Face Masks Effective Against COVID-19? The Pros and the Cons. The Science Times (May 18, 2020) [Se encontró que las mujeres embarazadas que usaban máscaras N95 tenían dificultades respiratorias asociadas con el uso del trapo sucio en la cara. El bozal N95, si se usa durante horas, puede reducir la oxigenación de la sangre hasta en un 20%, lo que a su vez puede conducir a la pérdida del conocimiento, como le sucedió al desafortunado hombre que conducía solo en su automóvil con una máscara N95, que se salió de la carretera y chocó, sufriendo lesiones. Cualquier persona con mala función pulmonar que lleve mascarilla puede correr riesgo evidente de desmayo y golpearse la cabeza. Esto, por supuesto, puede provocar la muerte.]

– 2020 Baig, Abdul Mannan; Khaleeq, Areeba; Ali, Usman; Syeda, Hira: Evidence of the COVID-19 virus targeting the CNS: Tissue distribution, host-virus interaction, and proposed neurotropic mechanisms. ACS Chemical Neurosciences, 11 (7), March 13, 2020: 995-998. [El efecto barrera de la mascarilla favorece que los virus producidos por una persona contagiada puedan ingresar a su cerebro a través de los nervios olfativos.]

– 2020 Baynes, Chris: Coronavirus: Face masks could increase risk of infection, medical chief warns. Independent, March 12, 2020. [El uso permanente de mascarillas aumenta el riesgo de infecciones.]

– 2020 Klompas, Michael, M.D., M.P.H.; Morris, Charles A., M.D., M.P.H.; Sinclair, Julia, M.B.A.; Pearson, Madelyn, D.N.P., R.N.; Shenoy, Erica S., M.D., Ph.D.: Universal Masking in Hospitals in the COVID-19 Era. New England Journal of Medicine, 382:e63, May 21, 2020, [No hay protección médica, sólo sensación psicológica.]

– 2020 Ong, Jonathan J. Y., FRCP; Bharatendu, Chandra, MRCP; Goh, Yihui, MRCP; Tang, Jonathan Z. Y., MRCEM; Sooi, Kenneth W.X., MRCP; Tan, Yi Lin, MBBS; Tan, Benjamin Y. Q., MRCP; Teoh, Hock‐Luen, MRCP; Ong, Shi T., BSc; Allen, David M., FAMS; Sharma, Vijay K., MRCP (National University Hospital, Singapore): Headaches Associated With Personal Protective Equipment. A Cross-Sectional Study Among Frontline Healthcare Workers During COVID-19. Headache, The Journal of Head and Face Pain, 60, 30 March 2020, pp. 864-877, [Mascarillas causan dolores de cabeza generalizados y consecuencias más graves en algunos casos.]

– 2020 Pifarré, F.; Zabala, D. D.; Grazioli, G.; Maura, I. D. (2020). COVID19 and mask in sports. Apunts. Sports Medicine, June 2020, [El uso de mascarillas provocó en los 8 deportistas testados una respiración hipóxica e hipercápnica, que disminuyó el O2 en un 3,7% y aumentó la concentración de CO2 en un 20%.]

– 2020 Giustra-Kozek, Jennifer: Masks: Are There Benefits or Just a Comfort Prop? Let the Facts Speak. Collective Evolution, May 21, 2020. [Las mascarillas tienen más riesgos para la salud que efectividad para prevenir contagios.]

Además de los trabajos anteriores, otras evidencias nos alarman sobre la toxicidad de estas prótesis aparentemente protectivas e inocuas:

Las pruebas realizadas por el Hospital Universitario de Leipzig en Alemania han demostrado que las máscaras faciales reducen significativamente la capacidad de recuperación y el rendimiento de las personas sanas.

Un estudio psicológico alemán con alrededor de 1000 participantes encontró «consecuencias psicosociales graves» debido a la introducción de mascarillas faciales obligatorias en Alemania.

El Instituto Ambiental de Hamburgo advirtió sobre la inhalación de compuestos de cloro en las máscaras de poliéster, así como sobre los problemas relacionados con la forma de desechar las mascarillas.

Ante la abrumadora evidencia de la toxicidad de las mascarillas, sorprende que las autoridades sanitarias y políticas de una gran cantidad de países (a la cabeza de los cuales está España) hayan impuesto el uso generalizado y discrecional de las mismas; un tipo de uso que ni siquiera la OMS recomendó. Por el contrario, el organismo internacional advertía en una Guía publicada en diciembre de 2020 de la detección de varios efectos secundarios como dificultad para respirar y erupciones cutáneas. Por otra parte, se conoció que el sistema europeo de alerta rápida RAPEX tuvo que retirar del mercado 70 modelos de mascarillas porque no cumplían con los estándares de calidad de la UE y podrían dar lugar a “riesgos graves”. En China, dos niños que debían usar una máscara durante las clases deportivas se desmayaron y murieron, y en los EEUU, un conductor de automóvil que llevaba una máscara N95 (FFP2) se desmayó y se estrelló contra un poste. Esto sólo de los casos que se han conocido en los medios sobre la infinidad de casos detectados e indetectados que el uso discrecional y generalizado de estos productos están originando sin control ni preocupación alguna por parte de nuestras administraciones.

 

LOS ESTUDIOS QUE DEFIENDEN LA EFICACIA DE LAS MASCARILLAS CARECEN DE SUSTENTO CIENTÍFICO

Para completar nuestra hipótesis, es necesario confirmar la validez o invalidez de aquellos estudios que van en el sentido contrario a la misma. Cabe destacar aquí, antes de pasar a neutralizar nuestro sesgo de confirmación, que en la bibliografía de consulta de la Recomendación de la OMS publicada en junio de 2020 sobre el uso de mascarillas, no se recoge ni uno sólo de los estudios referidos en los dos epígrafes anteriores ni en este tercer y último apartado. El sesgo de confirmación es pues, si existe aquí, el de la autoridad global regulatoria de nuestra salud.

El Doctor Denis Rancourt, ex profesor titular de física en la Universidad de Ottawa e investigador de la Asociación de Libertades Civiles de Ontario en Canadá, publicó en junio de 2020 una revisión de los principales estudios y trabajos científicos que demostrarían la eficacia del uso de mascarillas en el combate a la infección y propagación de un patógeno de origen vírico. La premisa específica de Rancourt es que no existen pruebas controladas aleatorias de tipo estándar de oro (también conocido como grado de política) que demuestren que las máscaras funcionan eficazmente para detener la propagación de un virus respiratorio.

La afirmación de que los bozales pueden ser más perjudiciales que útiles se asocia con las preguntas abiertas que Rancourt planteó con respecto a las consecuencias desconocidas del enmascaramiento obligatorio fue objeto de refutaciones de científicos y cargos administrativos de distintos niveles de gobierno. Ni una sola demostró que el análisis de Rancourt de las pruebas controladas aleatorias fuera falso o engañoso. Tampoco ninguno de los intentos de refutación respondió o superó ninguna de las preocupaciones de Rancourt sobre el daño potencial del uso obligatorio de la máscara.

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Su revisión fue actualizada hasta agosto de 2020.  Se traducen aquí sus conclusiones:

Revisión de la literatura médica

He aquí algunos puntos clave de anclaje de la extensa literatura científica que establece que el uso de mascarillas quirúrgicas y respiradores (por ejemplo, «N95») no reduce el riesgo de contraer una enfermedad comprobada:

– Jacobs, J. L. y otros (2009) «Use of surgical face masks to reduce the incidence of the common cold among health care workers in Japan»: A randomized controlled trial», American Journal of Infection Control, volumen 37, número 5, 417 – 419. https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/19216002

Los trabajadores de la salud enmascarados N95 tenían una probabilidad significativamente mayor de experimentar dolores de cabeza. No se demostró que el uso de mascarillas en los trabajadores sanitarios enmascarados proporcionara beneficios en cuanto a los síntomas del resfriado o de la gripe.

– Cowling, B. y otros (2010) «Face masks to prevent transmission of influenza virus: A systematic review», Epidemiology and Infection, 138(4), 449-456.

Ninguno de los estudios examinados mostró un beneficio del uso de una máscara, ya sea en el caso de los trabajadores sanitarios o de los miembros de la comunidad en los hogares (H). Véase el resumen de los cuadros 1 y 2 de ese informe.

– Bin-Reza y otros (2012) «The use of masks and respirators to prevent transmission of influenza: a systematic review of the scientific evidence» (El uso de mascarillas y respiradores para prevenir la transmisión de la gripe: un examen sistemático de las pruebas científicas), Influenza y otros virus respiratorios 6(4), 257-267.

«Hubo 17 estudios elegibles. … Ninguno de los estudios estableció una relación concluyente entre el uso de máscaras y respiradores y la protección contra la infección de la gripe».

– Smith, J.D. y otros (2016) «Effectiveness of N95 respirators versus surgical masks in protecting health care workers from acute respiratory infection: a systematic review and meta-analysis», CMAJ Mar 2016

«Identificamos seis estudios clínicos … En el meta-análisis de los estudios clínicos, no encontramos ninguna diferencia significativa entre los respiradores N95 y las mascarillas quirúrgicas en cuanto al riesgo asociado de (a) infección respiratoria confirmada por el laboratorio, (b) enfermedad similar a la influenza, o (c) ausentismo laboral reportado».

– Offeddu, V. y otros (2017) «Eficacia de las mascarillas y los respiradores contra las infecciones respiratorias en los trabajadores de la salud»: A Systematic Review and Meta-Analysis», Clinical Infectious Diseases, Volumen 65, Número 11, 1 de diciembre de 2017, Páginas 1934-1942,

«La evaluación autoinformada de los resultados clínicos era propensa al sesgo. Las pruebas de un efecto protector de las máscaras o respiradores contra la infección respiratoria verificada (IRV) no fueron estadísticamente significativas»; según la Fig. 2c de la misma:
– Radonovich, L.J. y otros (2019) «N95 Respiradores vs. Máscaras médicas para la prevención de la gripe entre el personal de atención de la salud: A Randomized Clinical Trial», JAMA. 2019; 322(9): 824-833.

«Entre 2862 participantes aleatorios, 2371 completaron el estudio y representaron 5180 temporadas de HCW… Entre el personal de atención médica ambulatoria, los respiradores N95 frente a las máscaras médicas que usaron los participantes en este ensayo no resultaron en una diferencia significativa en la incidencia de la influenza confirmada por laboratorio».

– Long, Y. y otros (2020) «Effectiveness of N95 respirators versus surgical masks against influenza: A systematic review and meta-analysis», J Evid Based Med. 2020; 1- 9.
«Se incluyeron un total de seis ECA con 9.171 participantes. No hubo diferencias estadísticamente significativas en la prevención de la gripe confirmada en el laboratorio, las infecciones virales respiratorias confirmadas en el laboratorio, la infección respiratoria confirmada en el laboratorio y las enfermedades similares a la gripe mediante el uso de respiradores y mascarillas quirúrgicas N95. El meta-análisis indicó un efecto protector de los respiradores N95 contra la colonización bacteriana confirmada por el laboratorio (RR = 0,58; IC del 95%: 0,43 a 0,78). El uso de las mascarillas de respiración N95 en comparación con las mascarillas quirúrgicas no se asocia con un menor riesgo de gripe confirmada por laboratorio».

Además del trabajo de revisión del Profesor Rancourt, el Doctor Nava Antuña ha recopilado otra serie de trabajos que constituirían una base científica para justificar el uso de mascarillas, pero cuyo análisis revela serias inconsistencias: casi todos presentan una metodología deficiente, cuando no acaban demostrando lo contrario de lo que afirman. Además, según Nava Antuña, estos estudios ignoran el efecto de otras medidas, así como el impacto del desarrollo natural de las cifras de infección y de los cambios en la actividad sobre el rendimiento de las pruebas. Por último, comparan países con condiciones muy diferentes. Recogemos a continuación de manera literal lo que puedes encontrar en el ya mencionado blog.

Un estudio alemán afirmó que la introducción de máscaras obligatorias en las ciudades alemanas había provocado una disminución de las infecciones. Pero los datos no apoyan esto: en algunas ciudades no hubo cambios; en otras, una disminución; en otras, un aumento de las infecciones (ver gráfico a continuación). La ciudad de Jena fue una ‘excepción’, solo porque introdujo simultáneamente las reglas de cuarentena más estrictas en Alemania, pero el estudio no mencionó esto.

Un estudio de la revista PNAS afirmó que las mascarillas habían provocado una disminución de las infecciones en tres puntos de acceso globales (incluida la ciudad de Nueva York). Pero el estudio no tuvo en cuenta la disminución natural de las infecciones y otras medidas simultáneas. El estudio fue tan defectuoso que más de 40 científicos recomendaron que se retirara.

Un metaestudio muy citado en la revista The Lancet, encargado por la OMS, afirmó que las máscaras «podrían» conducir a una reducción en el riesgo de infección, pero los estudios consideraron principalmente respiradores en un entorno hospitalario, no máscaras de tela en una comunidad. En el entorno, la solidez de la evidencia se informó como «baja», y los expertos encontraron numerosas fallas en el estudio. El profesor Peter Jueni, epidemiólogo de la Universidad de Toronto, calificó el estudio de la OMS como “esencialmente inútil”.

Un estudio estadounidense afirmó que las mascarillas obligatorias habían provocado una disminución de las infecciones en 15 Estados. El estudio no tuvo en cuenta que la incidencia de infección ya estaba disminuyendo en la mayoría de los Estados en ese momento. No se realizó una comparación con otros Estados.

Un estudio canadiense afirmó que los países con máscaras obligatorias tenían menos muertes que los países sin máscaras obligatorias. Pero el estudio comparó países de África, América Latina, Asia y Europa del Este con tasas de infección y estructuras de población muy diferentes.

EVIDENCIAS EXTRAÍDAS DEL ANÁLISIS COMPARATIVO ENTRE PAÍSES
Más allá de este pulso entre estudios y criterios científicos (deliberadamente oculto por los centros de producción del discurso científico y político hegemónico), la evidencia empírica es apabullantemente reveladora. El sólo análisis de cotejo de los datos de sobremortalidad acumulada entre países que han impuesto el uso obligatorio de mascarillas y países que no lo han impuesto debería bastar para confirmar la validez de un pensamiento intuitivo: una prótesis que dificulta la función orgánica primordial de cualquier ser vivo (la respiración), cuya bondad no ha sido conveniente ni suficientemente demostrada y sobre la que parecen pesar evidencias de su intrínseca toxicidad, no puede ni debe constituirse en una solución permanente a un problema sanitario. Ábrase el debate, la científica controversia que nos ha sido denegada en esta y otras cuestiones por los verdaderos negacionistas de nuestra actualidad: aquellos que bunkerizan «su ciencia» y tratan de imponerla sin cotejo posible contra lo que califican como «la pseudo-ciencia de los otros».

El siempre «incómodo» caso sueco
Suecia ha sido presentada por los defensores del relato oficial y de las políticas restrictivas derivadas de este como el «enfant terrible» de la acción internacional pública: en sus calles, centros de trabajo, escuelas y universidades, centros de ocio y recreación se experimenta una total normalidad (una normal de la antigua, de la verdadera), tal y como la propia televisión pública aragonesa nos mostró quizás sin querer. Sus ciudadanos menores de 65 años hacen una vida absolutamente normalizada y sin mascarilla, y las personas mayores –las que han representado más del 90% de las muertes en 2020 en el país– han visto reforzados racionalmente sus cuidados, sin recurrir a cuarentenas salvajes ni verse privado del contacto con sus allegados. Los resultados de su «extrema e irresponsable laxitud» en términos de protección de vidas humanas están a la vista y pueden ser cotejados con aquellos logrados por países de ciudadanías embozadas y limitadas en todos los parámetros de sus vidas.
La gráfica que extraemos a continuación, ha sido extraída en fecha 9 de enero de la página web de EuroMomo (sistema de monitoreo de la sobremortalidad en 26 países europeos).


El «sorprendente» caso japonés

De la misma manera que Suecia ha sido y es usada como ejemplo de lo que no hay que hacer por parte de nuestros científicos y tertulianos más adeptos a las restricciones e imposiciones administrativas infundadas, Japón es esgrimido como el mítico ejemplo de una ciudadanía que habría integrado el uso social generalizado y prácticamente permanente de las mascarillas en su cotidianidad. El problema es que el más conspicuo usuario de mascarillas en todo el globo, sufrió en enero y febrero de 2019 su epidemia de gripe más contundente, con más de 5 millones de personas enfermas.

El significativo caso austriaco

En Austria, unos científicos escépticos respecto del relato oficial sobre las mascarillas protectoras se tomó la pena de analizar el real impacto de estas, más allá de las soflamas políticas y los titulares mediáticos, vehiculadores indisimulados del mayor caso de sesgo de confirmación en la historia de la comunicación pública humana. Descubrieron que la introducción, retractación y reintroducción de mascarillas faciales obligatorias en Austria no influyó en absoluto en la tasa de infección.

El desvergonzado caso de Kansas

En el estado estadounidense de Kansas, los 90 condados sin mandatos de mascarillas tenían tasas de infección por coronavirus más bajas que los 15 condados con uso obligatorio de mascarillas. Para ocultar este hecho, el departamento de salud de Kansas intentó manipular las estadísticas oficiales y la presentación de datos.

A MODO DE CONCLUSIÓN
Se han presentado una argumentación dividida en tres partes sostenida por múltiples evidencias científicas contrastadas que rebate y desecha la hipótesis que ha guiado la acción de una mayoría de gobiernos del Mundo; hipótesis que no fue nunca objeto de debate científico abierto y transparente y que se impuso como verdad absoluta e incontrovertible en estos países, a pesar de que jamás la OMS recomendó el uso masivo, generalizado y prácticamente permanente de estas prótesis (anti)respiratorias.

El mayor problema respecto de esta cuestión no reposa únicamente en el hecho de lo que ya se nos ha hecho padecer con la imposición de este objeto en nuestra cotidianidad, contra nuestra salud física y psíquica, contra nuestra sociabilidad y en contra también de una naturaleza que ya estaba suficientemente devastada, sino en el hecho de que distintas autoridades se han pronunciado en el sentido de que su uso será seguramente banalizado e impuesto sostenidamente hasta el final de nuestras vidas, incluida, por supuesto, la infancia. En fin.

Autor

Luys Coleto
Luys Coleto
Nacido en Bilbao, vive en Madrid, tierra de todos los transterrados de España. Escaqueado de la existencia, el periodismo, amor de juventud, representa para él lo contrario a las hodiernas hordas de amanuenses poseídos por el miedo y la ideología. Amante, también, de disquisiciones teológicas y filosóficas diversas, pluma y la espada le sirven para mitigar, entre otros menesteres, dentro de lo que cabe, la gramsciana y apabullante hegemonía cultural de los socialismos liberticidas, de derechas y de izquierdas.